Cociné pomada de mota con mi madre

Nunca pensé que cocinar pomada cannábica fuera a ser tan complicado. Ahora entiendo porque sus precios suelen ser más altos que la misma cantidad de yerba que usamos para preparar el ungüento.

Mis padres no eran tan abiertos a temas cannabáceos, pero los estudios e investigaciones recientes sobre esta planta, y la información que ha llegado a varios medios de comunicación sobre sus efectos medicinales y terapias alternativas con raíces, hongos y plantas, les provocó una curiosidad que, poco a poco, ha terminado de disolver sus miedos infundados. Esos que predican en los círculos más ultraconservadores: que la mota mata y nos vuelve inútiles, poco productivos y estúpidos, porque aceptémoslo, el cliché del pacheco ha sido uno de los más difíciles de desechar.

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Celebrar sólo el 420 era un gesto poco generoso hacia la planta, por eso en VICE en Español hicimos la Semana Marihuana. Cuando comenzamos a pelotear temas, no pude evitar pensar en un tutorial para cocinar pomada de mota, la misma pomada que le ayudó a mi abuela en su tratamiento de cáncer para disminuir el dolor, atenuar los síntomas de la artritis y hacer desaparecer dolores reumáticos y musculares.

No sabía si mis padres aceptarían prestarme la cocina para hacer un menjunje con marihuana, pero mi intención era hacerlo de esta forma y provocar un diálogo que resaltara los aspectos terapéuticos y medicinales de la planta, no tanto sus rasgos recreativos o lúdicos. Accedieron y comenzamos el proyecto con muchas ganas pero poco norte. Para nuestra fortuna, la pomada, en consistencia, olor y efectos, resultó un éxito.

Documentamos esta odisea que abajo puedes leer y, eventualmente con la legalización de esta sustancia, crear tu propia medicina.


Ingredientes:

Fórmula ideal:

  • ½ litro de aceite (Oliva, coco, almendra, etc.)
  • 1 litro de agua purificada
  • 1 onza de marihuana
  • 130 gramos de cera de abeja
  • 100 mililitros de aceite
  • 200 mililitros de agua
  • 5 gramos de marihuana
  • 30 gramos de cera de abeja

Método:

Tiempo de preparación: 8 horas, aproximadamente.

1. Colocar a baño maría el litro de agua, la marihuana y el medio litro de aceite. Esto debe de reposar a fuego lento sin que hierva el contenido de la olla interior —donde está todo mezclado—, el agua de la olla exterior si puede llegar a punto de ebullición.

Este proceso es el más largo, se debe dejar cocinando entre 3 y 4 horas, dependiendo el tipo de marihuana. Hay que remover cada media hora hasta que el líquido tome un color verde traslúcido.

2. Después debemos enfriar nuestro té aceitoso, colarlo y verterlo en un recipiente que soporte altas temperaturas. Es en esta parte donde separaremos el agua del aceite.

3. Hay que meter al congelador el recipiente hasta que se solidifique el agua. Alrededor de dos horas.

4. Después vaciar el aceite en una olla y ponerlo a fuego lento. Es probable que el aceite se haya congelado en la nevera, no pasa nada, incluso es más fácil hacer la separación de los dos líquidos.

5. Hay que añadir los 130 gramos de cera de abeja en pequeños trozos. Nosotros usamos un rayador de queso que se fue directo a la basura, no era necesario, se pegostreó de cera y no pudimos quitársela. En lugar de rayarlo se puede usar un cuchillo y hacer pequeños cubos.

6. Después hay que esperar a que se haga una mezcla homogénea entre el aceite de cannabis y la cera de abeja, su consistencia debe ser completamente líquida. Una vez que se enfríe un poco, poner en recipientes independientes. Posteriormente enfriar la mezcla en la nevera.

Resultado final:

En la mañana vi a un amigo que casualmente llevaba el hombro lastimado. Se aplicó un poco de la pomada y se compuso. Misión cumplida. ¡Lo logramos!


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Fórmula legal escalada para producir en México:

  • 100 mililitros de aceite
  • 200 mililitros de agua
  • 5 gramos de marihuana
  • 30 gramos de cera de abeja