Systema Solar están muy lejos de ser unos novatos. La agrupación colombiana lleva ya casi 10 años desde que se formó específicamente para participar en la Bienal de Medellín del 2006, con músicos y artistas que se conectaron principalmente a través de la posproducción del documental de hip-hop Frekuensia Kolombiana. No todo el mundo puede presumir de contar en su primer show con una audiencia de 4000 personas, y mucho menos a tan solo semanas de haberse juntado improvisadamente a construir ese set. Eso no fue sino un buen augurio para la exitosa carrera del grupo, que ha girado extensivamente por América y Europa, y que hasta la fecha cuenta con tres álbumes y colaboraciones con gente importante dentro y fuera de las fronteras de Colombia, desde Carmelo Torres hasta Blondie.
Rumbo a tierra, su tercer disco y sucesor de La revancha del burro (2014), está plagado de todos los elementos que hacen única a la música de Systema Solar: ritmos contagiosos, voces excéntricas, letras que invitan a la acción y a la reflexión sobre problemas sociales, muchas colaboraciones enriquecedoras, y un amor innegable por la tradición de la música del caribe colombiano que se desborda en cada uno de sus temas. Desde la cumbia a la champeta al bullerengue, el folclor de su tierra natal le da el sabor a su mezcla de música electrónica de baile y hip-hop.
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Pero la propuesta de Systema Solar realmente cobra vida en sus presentaciones en vivo, que van más allá de un concierto típico y transforman los recintos donde se presentan en lo que ellos catalogaron como “berbenáutikas”, que conjugan el concepto de los soundsystems, (o pikós, como se le conoce en Colombia) con las fiestas populares, o verbenas. Son shows donde se invita al público a romper su pasividad e involucrarse con un espectáculo que incluye, además de la música, visuales, vestuario y una energía que sumerge a todos los asistentes en un momento de encuentro comunal.
Próximamente, el público mexicano podrá perderse nuevamente en el encanto de la berbenáutika, con un show en La Bipo San Ángel el 16 de junio, y su debut en Monterrey en la edición 2017 del Festival Machaca, el 17 de junio. A continuación les compartimos una entrevista con Walter Hernández, a.k.a. Índigo, uno de los MCs de Systema Solar, donde nos cuenta de primera mano los detalles de creación y presentación de la banda.
THUMP: ¿Qué motivó a Systema Solar a incorporar elementos del folclor colombiano en su música?
Índigo: En las primeras canciones que hicimos, cada quien puso lo que tenía en el grupo, y de ahí salieron canciones nuevas con esos sabores, sampleando clásicos de agrupaciones, artistas o maestros que nos han inspirado. Casi todos son músicos caribeños de la tradición de la cumbia, el bulleregue y la música ligada al carnaval, como el Carnaval de Barranquilla.
Venimos de escenas diferentes, pero nos conectamos. Justo una de las primeras canciones que hicimos para el primer álbum [ Systema Solar] la propuso nuestro DJ Dani Boom, que es de la escena del house y el techno. Él estaba haciendo un remix de la canción “ Da Ya Think I’m Sexy?” [de Rod Steward], que se llamó “ ¿Crees que soy sexy?” [basado en] la versión cumbianchera colombiana del maestro Pedro “Ramayá” Beltrán, que interpretó en el año 79. A nosotros nos gustó muchísimo; buscamos al maestro y le mostramos nuestra versión y también le gusto, y volvió a tomar la flauta de millo con la que tocó hace mucho tiempo y terminamos haciendo una presentación con él. Eso fue muy gratificante para nosotros, porque no solo quedamos haciendo algo “discográficamente”, sino que también conectamos con el mismo músico que lo creó, y fue muy bueno.
Sin duda, los sonidos que están ligados a nuestra forma de hacer música están ligados al caribe colombiano. No tenemos una fórmula ni un esquema de que tiene que ser así, pero es parte de la energía que nos mueve y es muy natural para nosotros conectarnos con la cumbia y de todas las músicas que nacen y se desprenden de la cumbia. No somos una agrupación de cumbia; decir que somos una agrupación de cumbia no encajaría en lo que hacemos, pero sí es cierto que estamos muy conectados y somos defensores y promotores de ese sonido.
A pesar de que su música es movida y de celebración, siempre han encontrado un espacio para hacer, de una manera muy particular, denuncias y reflexiones sociales. ¿Cómo logran balancear estas facetas para que el mensaje no se pierda?
Claro. Para nosotros no hay una división; celebrar no debe ser sinónimo de evadir la realidad, ni bailar tampoco. En nuestras producciones lo analizamos; toda la ritualidad y la conexión ancestral de las poblaciones que han resistido siempre han estado conectadas a rituales ligados a la danza y la música, y no somos la excepción.
La cosa no tiene que ser seria para que sea realmente una protesta. Para nosotros es un poco más el no quejarnos, [tener] más bien humor y, antes que nada, moveros, bailar, sentirse bien, sin dejar de hablar de lo que vivimos de una manera muy abierta y, en lo posible, conectada con las personas o comunidades que también viven esas realidades. Las canciones están vinculadas a experiencias que puedes constatar, o hemos hecho documentales complementarios que están ligados a ellas. Ir a una fiesta no significa ser indiferente Una fiesta es una oportunidad para encontrarse y para enterarnos, para organizamos en lo posible. Y a eso apostamos a que nuestra berbenáutika sea una oportunidad de encuentro más que de evasión.
Hablando justamente de la berbenáutika, ¿cómo le explicarían ese concepto a quienes todavía no han visto al grupo en vivo?
La berbenáutica es una experiencia en la que todo el que diga “Voy para allá” tiene que participar, más allá de ver a un grupo allá arriba o allá lejos; tiene que ser parte de la celebración. Y ahí se va a estimular con las luces, la escenografía, con nuestra energía, nuestras canciones –tanto con lo que decimos como con cómo suena– y todo eso lo va a motivar a que termine conectado. El video es clave, porque nosotros somos un colectivo audiovisual, y [por esa vía] te va a conectar con de dónde venimos, cómo es esa calle colombiana, cómo son las comunidades en nuestro contexto. Es una gran invitación a sentirse bien.
Es una experiencia comunal e inmersiva. Que, más allá de observar, el público se involucre y sea activo.
Sí, claro. Esa es nuestra manera de expresar lo que queremos. Ahora mismo mezclamos los tres álbumes, aunque le damos prioridad al último, Rumbo a tierra –estamos interpretando casi todas sus canciones para que más gente lo conozca. Ahora mismo tenemos unas visuales nuevas, hay un vestuario nuevo.
Estamos muy motivados de ir al Machaca, porque no hemos ido al norte, a Monterrey. Es nuestra primera vez y sabemos que hay un gusto muy grande por la música del caribe colombiano, la música de acordeón, por ejemplo, o la cumbia, entonces queremos sentir qué pasa y ver cómo se mueve la gente con lo que llevamos, que no es tradicional pero bebe de ahí.
El elemento visual es un elemento importante de Systema Solar, en especial en los conciertos, donde se manifiesta incluso a nivel de vestuario. ¿Quién se encarga de esta área y bajo qué concepto?
Las visuales son de Vanessa Gocksch, quien se encarga de conectar todo ese material. En ellas muestra gran parte de nuestra cotidianidad y se atreve a hacer comentarios sociales de diferentes temas, como el caso d la minería en nuestro país, que hoy es una amenaza grande porque destruye grandes territorios, y hay muchas comunidades luchando para que eso no ocurra. Es una gran oportunidad para nosotros apoyar a esas comunidades, y hay grandes mensajes que se muestran de manera visual y refuerzan lo que decimos en las canciones.
Para nosotros, las visuales no son un complemento del sonido, sino que también son parte del mensaje que se está diciendo; no son un acomodo del espectáculo. También es una oportunidad para que las personas que no conocen Colombia se conecten con esos sitios, con la gente, y también, sobre todo, con una actitud de muy buena onda.
La colaboración parece ser un elemento clave en la manera en que el grupo trabaja y se desarrolla. Nada más en Rumbo a tierra , cinco de las 11 canciones cuentan con artistas invitados. ¿De qué manera escogen con quién quieren colaborar y de qué manera aporta a su música?
Muy, muy espontáneo. Fuimos a casa del maestro Ramayá porque estábamos haciendo la remezcla. En el nuevo álbum, la canción “ La plata” es con unos amigos llamados La 33, que son una orquesta de salsa que tienen ya muchos años andando y siempre nos encontramos en el escenario en eventos, y siempre quedó pendiente hacer algo juntos. La canción “ Somos la tierra“, que hicimos con el maestro Carmelo Torres, partió de una canción que nos invitaron a hacer para una serie de televisión; no la aprobaron, pero ahí quedó la maqueta. Eso nos sirvió, porque la canción no se desperdició, sino que la aprovechamos, le cambiamos el nombre y usamos los acordeones que había grabado el maestro.
Nunca ha sido planeado, pero se han dado las circunstancias de la vida como chéveres y hemos contado con la presencia de personas que se han destacado muy bien y que enriquecen nuestro mensaje. Como en el caso del maestro Abelardo Carbonó, que es un gran maestro de la música psicodélica del Caribe y de reinterpretar esa influencia de las músicas urbanas de los años 70 hacia acá. Tenemos un amigo en común que trabaja en Palenque Records, donde él está trabajando nuevamente –porque estuvo mucho tiempo sin estar activo– y nos enviaron una maqueta que duró mucho ahí quieta, hasta que en un momento de la grabación del disco salieron versos por parte de Jhon Primera, mi compañero MC, quien aportó unos temas que sirvieron mucho y le dieron sentido a esa maqueta. Sabíamos que la canción era muy buena, pero no queríamos dejarla de escuchar porque ya la guitarra era muy pegajosa y no teníamos más nada que hacer ahí, hasta que salió lo que era.
¿Sabes qué? Cuando lo hemos pensado, a veces [las cosas] no salen (risas). Las personas no tienen tiempo, no pueden o no están disponibles. No siempre se dan las cosas cuando uno las planea, pero no significa que no se den. También, por ejemplo, la invitación que nos hizo Blondie se dio porque ellos un día nos escribieron un email diciendo que escuchaban Systema Solar en su carro y que si queríamos cantar en una canción de su nuevo disco. Así lo hicimos; les enviamos nuestras voces, a ellos les gustó y la canción salió en su disco. Y nosotros les devolvimos la invitación: “Miren, aquí tenemos esto andando, si quieren [colaborar en] alguna canción que les guste, pues bien”, y a Debbie Harry le gustó el tema que se llama “ Artificial“, y lo hicimos. Todavía no hemos coincidido en un escenario juntos, pero se logró hacer una canción que al público le ha gustado.
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