Comamos pasteles de vagina

Hoy en día, los pasteles para baby showers, parecen sacados de un libro de ginecología. Antes eran en forma de bebé o de chupones. Ahora, no es raro ver un pastel de vagina con la cabeza de una muñeca, sangre de fresa, pelos púbicos de coco tostado y anos de chocolate.

Descubrí cientos de estos pasteles inspirados en la vagina cuando estaba buscando en Internet ideas para el baby shower de mi cuñada. Por supuesto, los pasteles obscenos no son nada nuevo. Si alguna vez has estado en una despedida de soltera o si tienes un grupo de amigos con un sentido del humor asqueroso como yo, probablemente te has encontrado cara a cara con un pastel en forma de pene con semen de helado de vainilla. Pero en los últimos años, los pitos no han sido las únicas partes del cuerpo convertidas en dulces. Gracias a esta nueva moda, los reposteros están utilizando cada vez más sus habilidades artísticas y talentos culinarios para representar la anatomía femenina.

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Michael Kaz, el fundador de Erotic Baking en Nueva York, dijo que desde hace diez años ha estado haciendo pasteles de vagina. A pesar de que la vagina todavía no alcanza la popularidad que tienen los pasteles de pitos y de anos, él ha notado un incremento reciente en los pedidos para eventos como un baby shower, en los que la gente está dispuesta a pagar 200 dls por un pastel de vagina que alcanza más o menos para 15 invitados. Esta moda incluso ya ha sido adoptada por algunas celebridades como Christina Aguilera y Nicole “Snooki” de Jersey Shore.

“Cuando hacen pedidos de pasteles de vagina para un baby shower, siempre es un diseño que se relaciona con el nacimiento”, me dijo. “Creo que el amigo o el miembro de la familia que ordena el pastel está tratando de darle cierto sentido del humor a la horrible experiencia de dar a luz”. Kaz se acuerda de un pedido con un ingrediente que parece baba para representar el flujo y otro en el que el esposo quería unas cabezas de gemelos y que una de ellas tuviera lentes. 

El verano pasado, sorprendieron a Johanna Nagan con un pastel de vagina antes de que diera a luz a su segundo hijo. En lugar de tener un baby shower tradicional, los amigos de Nagan le hicieron una fiesta con temática de vaginas y celebraron con un pastel enorme de una vagina rosa cubierta con chispas de chocolate, con sangre de fresa y con una cabeza de bebé lleno de placenta saliendo de ella. Le tomaron una foto al pastel y varios medios la publicaron.

“El hecho de haber tenido un pastel de vagina es una experiencia liberadora”, me dijo Nagan en un email. “Tener un pastel gráfico abre las puertas para que se hable sobre estas cosas. Lo que mas me sorprendió fue que nadie me dijo mucho de lo que pasa durante el embarazo y la maternidad. Nadie te dice que tu vagina se puede desgarrar y que puede ser que no te puedas limpiar bien durante tres años”.

Nagan dijo que había otro pastel en la fiesta que decía “Desgarré a mi mami” escrito con chocolate. “En lugar de sentir pena ajena por que iba a dar a luz otra vez, me reí”, agregó. “Porque lo que decía el pastel era gracioso y verdad”.

Mientras que el pastel de vagina puede parecer una moda trivial, estas representaciones pueden ayudar a abrir el diálogo sobre un tema que todavía se considera tabú. Por no mencionar el hecho de que, muchas mujeres no están muy familiarizadas con sus propios genitales. 

La partera Ina May Gaskin ha escrito extensamente sobre la paradoja de los genitales femeninos en la cultura de hoy, señalando que está constantemente expuesta en la pornografía, pero permanece fuera de los límites en términos de parto.

“En culturas antiguas, la visión de una vulva de una diosa era una imagen sagrada y nuestra cultura la convirtió en un tabú”, escribe Gaskin en su libro Birth Matters. “¿Por qué no se le permite a la sociedad ver cómo es una vulva? Creo que sería bueno que las mujeres aprendan que la naturaleza provee los bienes para ese gran trabajo, Ver es creer, después de todo”.

La profesora británica Emma Rees, directora del Instituto de Estudios de Género de la Universidad de Chester y autora de Vagina: A Literary and Cultural History, está de acuerdo en que los pasteles vaginales pueden ser un fenómeno positivo que puede ayudar a fomentar el dialogo.

“Se nos niega la terminología, entonces nos callamos, y es por eso que el abuso de la mutilación genital femenina (MGF) y las violaciones continúan”, dijo Rees. “Si un cupcake en forma de vulva o un episodio de un programa de televisión hace que alguien piense en esto y diga la verdad sobre los cuerpos de las mujeres, entonces hay progreso, pero tenemos que estar preparados para enfrentar milenios de misoginia acumulada y asco para lograrlo”.

Conforme seguía viendo imágenes de los pasteles de vagina en Internet, me di cuenta de que algunas de las representaciones del parto se hicieron con la intención de shockear a la gente, en lugar de educar o celebrar. Eso es algo que a Rees se le hace problemático.

“Corren el riesgo de cubrir literalmente con azúcar los verdaderos abusos que las mujeres y las niñas sufren alrededor del mundo”, advirtió Rees. “Si sirves y comes un cupcake en forma de vulva pero no haces nada sobre el hecho de que, 200 millones de mujeres viven con la mutilación genital femenina, de acuerdo con las últimas estadísticas de la OMS, entonces estás lejos de participar en un acto de empoderamiento. En realidad estás contribuyendo a las fracturas del feminismo, anulando su estatus como movimiento político y haciéndolo nada más que una moda “.

En el ámbito político de estos días en el que los derechos reproductivos de la mujer desde el acceso al aborto hasta el control de natalidad están bajo ataque por la administración de Trump, es verdad que hacer un cupcake de vulva no es suficiente cuando se trata de luchar contra el poder. Pero es un avance. Para Nagan, el pastel es sólo el principio para enseñarle a su hija sobre el poder de la vagina. 

“Llevé a mi bebé de siete meses a protestar a la Marcha de Mujeres en DC, donde llevaba un hermoso pasador de vagina en mi cabello que fue hecho para su baby shower”, dijo Nagan. “Porque la vagina no es una palabra sucia, es una parte poderosa, inestimable, que da vida a la humanidad y estoy criando a mi hija para que conozca su propio poder, y no para que se avergüence de la vagina”.

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Foto de Chuck Johnson.