Las regulaciones en Latinoamérica con respecto al cannabis atraviesan un momento de transformación. Con Uruguay como pionero, cada vez más países buscan la manera de incluir en sus leyes el uso de la marihuana y el cáñamo como fuente de salud, industria y esparcimiento.
La aprobación del autocultivo de hasta 20 plantas en Colombia, la jurisprudencia que defiende el consumo y cultivo en México, la sanción de la ley para permitir el uso Cannabis medicinal en Argentina y los dispensarios medicinales en Chile son algunas muestras de la reincorporación del cannabis a la vida económica y social de la región.
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Ante este panorama se abren muchas posibilidades, desde la investigación y aplicación del cannabis para tratamientos de salud, a la producción industrial con textiles y viviendas de cáñamo. Sin embargo, para el consumidor de marihuana —aquellos que no buscan lucrar a partir de la planta, sino tener un acceso seguro, ya sea con fines medicinales o de recreación— también se exploran algunas opciones para acceder legalmente a la planta.
Mientras en Uruguay se apostó por el modelo de clubes cannábicos y el suministro de marihuana en farmacias, en Canadá —el segundo país en el mundo en legalizar el uso personal del cannabis— los dispensarios son la manera en que los consumidores pueden comprar marihuana legalmente. Sin embargo, ambos modelos comparten un principio que ha sido reconocido como un derecho, derivado del libre desarrollo de la personalidad: el autocultivo sin fines comerciales como forma legítima de acceder a la planta.
Aunque algunas personas optan por cultivar la marihuana en exterior para aprovechar recursos y reducir gastos, muchos de quienes buscan auto abastecerse no cuentan con el espacio ni la luz necesaria para hacerlo. Sin embargo, en los últimos años la tecnología alrededor del cultivo en interior con luces artificiales ha florecido hasta el punto en que existen kits de cultivo que incluyen un armario que ocupa menos de un metro cuadrado, o incluso máquinas automatizadas que cultivan la planta por ti.
En este sentido, la tecnología lumínica para el cultivo de marihuana cuenta con años de investigación, por lo que actualmente se pueden encontrar una variedad de opciones eficaces para llevar a cabo un cultivo con éxito. Las principales vertientes al momento de elegir una luz artificial para el cultivo de cannabis son las lámparas de HPS —High Pressure Sodium, que utilizan vapor de sodio para producir luz—, y las LED —Light Emmiting Diode, diodos con un polo positivo y uno negativo que generan luz cuando reciben electricidad—.
Si bien cada tecnología ofrece ventajas y desventajas sobre la otra —que se pueden apreciar en aspectos como la calidad y densidad del producto, así como en el costo de la electricidad y la temperatura del cuarto— para esta guía se optó por la última opción por ser la más duradera, con más de 50 mil horas contra las 25 mil que suelen durar las HPS, y la más eficiente (Mientras que una luz de HPS produce 35 por ciento de fotones y 65 por ciento de calor con el total de energía que recibe, la tecnología LED produce 56 por ciento de fotones y 44 por ciento de calor con la energía recibida). Por otro lado, uno de los inconvenientes de la tecnología LED es que suele ser cara conseguirlas —un juego de luces COB puede costar hasta 400 dólares—. Sin embargo, con esta guía es posible reducir ese precio cerca de la mitad.
Ahora, dentro de la gama de luces LED, existe una tecnología conocida como COB — Chip on Board o chip en placa—, que consta de un conjunto de chips LED montados sobre una superficie de cerámica o aluminio. Básicamente, se trata de juntar muchos diodos LED sobre una sola superficie para concentrar la luz y activarlos mediante un solo conducto. Cada COB necesita de 36 voltios para encenderse, por lo que una luz con 4 COBs necesita un balastro de 144 voltios (de aquí parte la elección del balastro).
Materiales
Los materiales necesarios para armar las luces son los siguientes; algunos se pueden comprar en ferreterías mientras que otros se pueden pedir por internet.
1. Cuatro almohadillas termales
2. Cuatro COBs de 36 Voltios
3. Cuatro sujetadores para COB
4. Un regulador de intensidad
5. Un disipador de calor 80 cm de largo 10 cm de ancho y 2.5 cm de altura
6. Un balastro con 144 voltios de salida
7. Dos ventiladores de 12V
8. Dos conectores
9. Un cable trifásico (opcional)
10. Un cable calibre 18 (dos metros)
11. Una pinza para cortar cable.
12. Una clavija
13. Un convertidor de voltaje de 12V
14. Ocho tornillos medida 1/8
15. Ocho tuercas medida 1/8
Ensamble
Una vez que se tienen los materiales necesarios se procede con el ensamblaje para que las luces puedan funcionar. Los pasos son los siguientes:
- Preparar el balastro.
- Conectar las luces en el disipador.
- Colocar los ventiladores.
- Enchufar.
1. Preparar el balastro
Se necesita un balastro con una capacidad de entrada de 100 a 240 Voltios y 2.4 Amperes; así como una capacidad de salida de y 143 Voltios y 1.4 amperes. (Es importante revisar estas especificaciones porque si no la luz no va a encender). El balastro tiene tres cables. Uno trifásico (con tres conductores activos) que se conecta a la corriente, otro bifásico (con dos conductores activos) que se conecta al regulador de intensidad (dimmer), y uno último —bifásico— por donde sale la corriente y que se conecta con las luces.
En el cable trifásico que será conectado al tomacorriente necesitamos adaptar una clavija. Se coloca el conductor positivo del cable a la entrada positiva de la clavija y el conductor negativo a la entrada negativa. El conductor que da a tierra se coloca en la entrada para tierra de la clavija. Si quieres ver un video sobre como se hace da click aquí.
En el cable bifásico que va al regulador de intensidad, colocamos el conductor positivo al primer puerto del regulador —el de la izquierda cuando vemos el regulador desde arriba—. El conductor negativo se conecta al segundo puerto —el de en medio—, y el tercer puerto se deja sin conexión alguna. Se recomienda soldar los conductores del cable con los puertos del regulador.
Por último, al cable bifásico de corriente que será conectado con las luces se coloca un conector. Este conector tiene dos entradas; se coloca el conductor positivo en la entrada positiva del conector y el conductor negativo en la entrada negativa. Este conector será unido con su contraparte, que irá conectada a las luces.
2. Colocar las luces en el disipador
Se necesita un disipador de 80 cm de largo por 10 cm de ancho y 2.5 cm de altura. Se realizan ocho agujeros a lo largo de la superficie plana del disipador, en donde puedan atornillarse tornillos de ⅛, la misma medida que ocupan los sujetadores. En estos agujeros serán colocados los sujetadores COB, por lo que cada par de orificios debe cuadrar con los orificios de los sujetadores.
Se coloca una almohadilla debajo del panel COB y se coloca este dentro del sujetador, que contiene un pequeño brazo para detener el panel. Una vez unidos los sujetadores con el panel y las almohadillas, se coloca cada sujetador a lo largo del disipador, de modo que los orificios de los sujetadores cuadren con los orificios del disipador. Una vez colocados, se aseguran con tornillos de ⅛ y las tuercas correspondientes.
Una vez colocados los paneles COB se procede a conectarlos a través de una conexión en serie. Primero se coloca un cable de calibre 18 al polo negativo del primer sujetador. Este cable será conectado por el otro extremo a la entrada negativa del conector (que a su vez se unirá al conector que va al balastro). Después se conecta un cable que sale del extremo positivo del primer sujetador con el extremo negativo del segundo; y así hasta llegar al cuatro sujetador, conectando el extremo negativo de cada sujetador con el extremo positivo del anterior. Finalmente, se conecta otro cable al extremo positivo del cuatro sujetador; este cable será conectado por el otro extremo con la entrada positiva del conector.
3. Colocar los ventiladores sobre el disipador
Existen dos tipos de disipador: activo (con ventiladores), y pasivo (sin ventiladores). Se optó por un regulador activo debido a que requieren una superficie de disipación tres veces menor que los pasivos. Si quieres conocer más sobre disipadores, así como las fórmulas para calcular la superficie necesaria, visita este video.
Primero se fijan los ventiladores sobre la parte superior del disipador, aquella con rendijas. Posteriormente se conectan los conductores positivos de cada ventilador con la entrada positiva de un conector (que será conectado con el convertidor de 12 voltios); los conductores negativos de ambos ventiladores se conectan con la entrada negativa del conductor.
4. Enchufar
Después de tener cada módulo conectado por separado —el balastro, las luces, y los ventiladores— se une el conector de las luces con el del balastro; se hace lo mismo con el conector de los ventiladores y el convertidor de 12 voltios.
Una vez que el balastro y el convertidor sean conectados a la corriente, las luces encenderán y los ventiladores correrán para enfriar el disipador. La intensidad de las luces puede modificarse con el regulador, aunque se recomienda usar la potencia máxima.
Si quieres conocer más sobre este proceso, con información sobre conceptos básicos y algunas de las fórmulas utilizadas para calcular la eficiencia, visita esta serie de videos .
Si quieres leer una guía básica de autocultivo visita este link.