Música

Cómo Britney revivió las residencias en Las Vegas

“Su orquesta flota sobre el escenario en plataformas mecánicas, ella asciende lentamente en una pequeña plataforma y las Cataratas del Niágara se abren a su alrededor en el espectáculo de agua más extravagante del mundo, mientras desgarra su voz interpretando ‘My Heart Will Go On’ sin que la toque ni una gota de agua”.

Así es como mi amigo Marco me narró su experiencia de ver a Céline Dion cantar en Las Vegas. El espectáculo que vio —Céline— se lleva a cabo 70 veces al año en el mundialmente famoso Caesars Palace, fue visto por 200,000 personas en 2011, y es tan deliciosamente extraño que en algún punto Céline canta a dueto con un holograma de ella misma.

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En estos días, este nivel de extravagante pomposidad es exactamente lo que esperamos de un show en Las Vegas. Pero hasta hace poco, el término “residencia en Las Vegas” simplemente se sentía como una forma cortés de decir “casa de retiro de Hollywood”, o “tercera inyección de botox”, o “al menos mi andadora es de diamantes”. Pero a lo largo de los años, y particularmente durante esta década, se ha convertido gradualmente en una jugada sensata para artistas de pop que se encuentran a mitad de su carrera.

En gran parte, esto se debe a la artista conocida como Britney Jean Spears y su show Britney: Piece of Me, que ha montado en el Planet Hollywood Resort and Casino de Las Vegas desde 2013. Aunque se anunció recientemente que Britney colgaría su látigo de cuero y su extensa colección de botas a la altura de la rodilla en diciembre, llevando la residencia a su fin después de cuatro años (probablemente para embarcarse en una gira mundial, la cual comenzará incluso antes de que la residencia termine oficialmente), es un hecho que la marca de Britney en Las Vegas es indeleble.

Su estilo de interpretación —altamente coreografiado y espectacular, cantando con leotardos y sobre los hombros de gloriosos bailarines musculosos, y probablemente no estrictamente en vivo– no es la norma en una residencia de Las Vegas. Tradicionalmente, este tipo de shows ha sido reservado para grandes talentos vocales que van desde Frank Sinatra a Elvis, incluyendo a la propia Dion —que hoy en día ya es un pilar de Las Vegas, regresando periódicamente a interpretar Celine y mostrando un poco más de ese poder para-caminar-por-el-escenario-sin-caerse-aunque-traiga-unos-vinos-encima de mamá suburbana que has visto perdiendo el tiempo a las 2 de la mañana en YouTube cuando buscas “celine dion vegas performance weird funny” (espero no ser la única).

La menciono porque, de muchas maneras, el primer espectáculo en Las Vegas de Céline Dion, A New Day, estrenado en 2003, fue un predecesor espiritual del Piece of Me de Britney —la Paris Hilton para la Kim Kardashian que es Britney, digamos. Ambos shows ayudaron para reconocer que la gente va a Las Vegas no sólo para ver a estrellas de pop, sino también para ver espectáculos con magia o con circos. Un ejemplo muy conocido es el Cirque du Soleil —famoso, esencialmente, por ser el espectáculo de trapecio más conocido en el planeta Tierra. Y a que no sabías que el mismo Cirque le prestó a A New Day un director creativo conocido como Franco Dragone. Él y Dion conspiraron para darle al espectáculo algo de esa chispa especial de Las Vegas, que finalmente resultó en que le pidieran a AEG Live, que financió el chiste, una cifra cercana a los $10 millones de dólares (y tú que estabas pensando en pedir un aumento), construir la pantalla de LED más grande en Norteamérica sólo para el show. Simplemente una prueba más de que Céline Dion es un modelo a seguir para todos nosotros.

Sin embargo, si nos adelantamos a 2013 y al Piece of Me de Britney, vemos cómo ese espectáculo se ha revolucionado por completo: pese a la influencia del Cirque du Soleil en A New Day, existe un límite de lo que se puede hacer visualmente con una artista que no es precisamente conocida por saber bailar. Britney, sin embargo, ofrece un buffet de movimientos hasta que quedas completamente lleno, y su espectáculo se eleva más allá de la basura clásica de Las Vegas, combinando el espectáculo físico de shows como el Cirque du Soleil con la familiaridad musical y los éxitos previamente puestos sobre la mesa por enormes artistas vocales como Dion.

La mezcla es hermosa. ¿Dónde más podrías ver a Britney Spears volando en cables, con gigantes alas de ángel en su espalda, mientras sincroniza emotivamente sus labios al son de “Everytime”? ¿Dónde más podrías confrontarte a su energía mientras pasa por un enorme aro de fuego antes de comenzar a cantar “Circus”, o verla bailar con alienígenas enmascarados en “Work Bitch”, o retorcerse, con una cola de caballo en un inexplicable escenario de árbol, vestida de un verde brillante parecido a la serpiente bíblica que tentó a Adán y Eva sólo que más sexy, en la introducción de la sinfonía brutal de pop que es “Toxic”?

¿Dónde más, me veo forzada a preguntar, podrías ver lo siguiente: Britney Spears invitando a un miembro de la audiencia (los participantes han incluido a Howie de los Backstreet Boys, Nicole Richie y Lance Bass) al escenario durante “Freakshow” para ser públicamente subyugado por una Britney dominatrix, en uno de los 20 personajes que interpreta en el transcurso de los 80 minutos del show? El afortunado elegido es arrastrado por la pista literalmente con una correa, siendo liberado más tarde, no sin que te firme una PLAYERA OFICIAL DE BRITNEY SPEARS. ¿BRITNEY SPEARS ALGUNA VEZ LE AUTOGRAFIÓ UNA CAMISETA A HOWIE DE LOS BACKSTREET BOYS Y HAY UN VIDEO DE ESO? ¿QUÉ HIZO LA HUMANIDAD PARA MERECER ESTO? ¿DÓNDE PODRÍA HABER SUCEDIDO ESTO SI NO EN LAS VEGAS?

#Casual (Foto por Denise Truscello)

Mira, perdón por gritar, pero los hechos son, que el lugar más excéntrico del mundo era exactamente el sitio adecuado para Britney, cuya carrera ha llegado a simbolizar gran parte de la extravagancia del pop. La unión entre la ciudad y la aún brillante estrella de Britney ha cambiado y revitalizado la idea de la residencia en Las Vegas para siempre, haciéndola más grande, salvaje y espectacular que nunca antes. Y realmente, estaba destinada al éxito desde un principio. Una reseña temprana de la misma, describió la misión del show de “convertir un anfiteatro cavernoso de 7,000 asientos en un antro feroz” como una “misión cumplida”, haciendo hincapié en que los valores de la producción son tan buenos que no debes ser fan de Britney para disfrutarlo, distinguiéndolo así de otras residencias. Otra reseña elogió su “brillo y glamour”, su “maratón de grandes éxitos” y, lo mejor de todo, sus “cambios de peluca”.

El público concuerda: han acudido al espectáculo en masa. Britney: Piece of Me recaudó $10.9 millones de dólares en sus primeros 16 shows, y hasta febrero de este año, había ganado más de $100 millones —por lo que en términos monetarios, Brit ha sido un éxito. Hablé con Jason Gastwirth, vicepresidente de mercadotecnia y entretenimiento de Caesars Entertainment, quien ayudó a llevar a Britney a Las Vegas. Gastwirth pensó durante mucho tiempo que Spears sería una residente de ensueño en Las Vegas, y tenía razón:

“Britney estuvo en nuestro radar por algún tiempo como una artista perfecta para cambiar el paradigma de las residencias en Las Vegas hacia una nueva generación, dada su amplia y devota base de fans, su catálogo de musical, que abarca más de 15 años, y su capacidad de ofrecer un show increíble”, me dijo. “Nos comprometimos con su equipo desde el principio para desarrollar la visión de este concepto, y estar preparados cuando ella estuviera dispuesta a comenzar. Una vez que el momento fue el adecuado, todos trabajamos rápidamente para prepararnos para lo que terminó siendo uno de los hitos más importantes en la historia de la música”.

Parece que Britney: Piece of Me era simplemente cuestión de tiempo, y formó parte de un plan para repl el concepto la residencia en Las Vegas como algo que puede, en el futuro, atraer a artistas en el apogeo de sus carreras. Esto es definitivamente algo que Jason dice tener en mente, como dejó en claro cuando le pregunté qué tipo de nombres podríamos esperar para una residencia en Las Vegas en el futuro: “Uno de los filtros que tenemos en la agenda de artistas para una residencia es, ¿Podrías referirte a ellos con un solo nombre? Por ejemplo Adele, Gaga, Justin (Timberlake y Bieber), Madonna, Katy, Rihanna, Beyoncé o Drake harían espectáculos tremendos”.

It looks like Britney: Piece of Me was a long time coming, and all part of a plan to rebrand the Vegas residency as something that may, in future, attract artists at the peak of their careers. That’s definitely something Jason says he has his eye on, as he made clear when I asked what sort of names we might expect to take up a Vegas residency in future: “One of the screens we have in booking artists for a residency is, ‘can you refer to them with just one name?’ In no particular order, Adele, Gaga, Justin (both Timberlake and Bieber), Madonna, Katy, Rihanna, Beyonce and Drake would put on tremendous shows.”

De todos estos nombres, Adele -con su acto clásico de casi una hora de stand-up junto a sus mas grandes éxitos coreados por madres de familia llorando- parece una apuesta interesante, ya que es alguien que podría casarse con las tradiciones de Las Vegas de vocalistas espectaculares y la simpatía de la vieja escuela, con los planes de atraer a artistas más jóvenes. Dentro de unos años, también añadiría a Ariana Grande en la discusión, dado el amor demostrado de Las Vegas hacia los talento de una diva, y apostaría muchas de mis posesiones a que mi muchacho Aubrey se estará deslizando en una plataforma móvil al centro del coliseo de Las Vegas antes de que la siguiente década termine.

Of all these names, Adele—with her throwback, almost ‘variety’-style act that pretty much involves her doing about an hour of filthy stand-up comedy alongside belting out the hits for thousands of crying mums every night—seems like a particularly interesting bet, as she’s someone who might marry Vegas’ traditions of spectacular vocalists and old-school crowd rapport with its plans to attract younger artists. In a few years’ time, I’d also add Ariana Grande into the mix, given Vegas’ proven love of diva talent, and would bet many of my possessions on your boy Aubrey considering sliding across a moving platform in the middle of a Vegas coliseum before the next decade is out.

Es muy posible que la residencia en Las Vegas –lejos de ser el panteón de carreras terminadas que alguna vez fue– pronto pueda dar un giro de 180 grados. Parece probable que un espectáculo de Las Vegas se convierta en un símbolo de estatus pop, ofreciendo seguridad y demostrando la longevidad de un artista en una industria musical que parece estar en constante cambio. Y, como un montón de cosas en la vida, en realidad, todo se debe al poder estelar de una mujer. La princesa del pop, la duquesa de la pista de baile: Britney Jean Spears. Oops, lo hizo de nuevo.

It’s very possible that the Las Vegas residency—far from being the end-of-career graveyard it was once viewed as—may very soon turn on its head. It seems likely that a Vegas show will become even more of a pop status symbol, offering security and proving an artist’s longevity in a music industry that seems constantly in flux. And, like a lot of things in life, really, that’s all down to the star power of one woman. The Princess of Pop, the Duchess of the Dancefloor: Britney Jean Spears. Oops, she did it again.

Lauren sigue sin superar ese encuentro entre Howie D y Britney. Síguela en Twitter.