No fue sino hasta la edad relativamente tardía de 23 años que Charlie Martin, quien ahora tiene 40 años, decidió hacer una carrera como piloto de carreras. Recién salida de la universidad y sin el tradicional respaldo financiero necesario para dedicarse al automovilismo, ahorró 2000 dólares de un trabajo de verano y pidió prestados a su madre 600 dólares para poder comprar un Peugeot 205 usado. Este auto (con bastantes mejoras) sería el que utilizaría para participar en su primera carrera profesional en 2006.
Martin supo que era transgénero desde una edad temprana, pero no hizo la transición hasta la edad relativamente tardía de 30 años. La estrella del deporte, que ha competido en carreras de resistencia en toda Europa, se debatía entre si era o no lo suficientemente “trans”, sin mencionar el hecho de serlo dentro de una industria que tenía, y aún tiene, una representación LGBTQ casi nula.
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Fue hasta 2011, cuando ya se había forjado una carrera, que se dio cuenta de que algo tenía que cambiar. Después de experimentar un período oscuro de depresión y pensamientos suicidas, decidió hacer su transición. Habiendo perdido a su padre a los 11 años y a su madre a los 23, ambos por cáncer, Martin ya había enfrentado desafíos considerables en su vida. Sin embargo, salir del clóset como mujer trans en una industria que escasamente acepta a las mujeres sería otro gran reto en la vida de la atleta. Martin, insegura de la recepción que recibiría como mujer, dejó el deporte por un tiempo, pero después volvió a la industria. En 2018, se declaró trans públicamente y desde entonces ha seguido haciendo campaña por los derechos de las personas trans en los deportes.
Hoy, Martin vive en Leicestershire, en las Tierras medias, y pasa la mayor parte de su tiempo entrenando para las carreras y yendo al gimnasio. Hace campaña por los derechos LGBTQ dentro de los deportes y espera ser la primera piloto transgénero en participar en la carrera de resistencia de las 24 Horas de Le Mans. Ha competido en varias carreras de resistencia, lo que incluye haber obtenido el tercer lugar en el Circuito Bugatti en 2017 y ser la primera persona transgénero en competir en las 24 Horas de Nürburgring en 2020.
VICE World News habló con Martin sobre su carrera como atleta trans de élite, las legislaciones transfóbicas aprobadas en Reino Unido y E.U., y la visibilidad trans en los Juegos Olímpicos de este año.
VICE World News: Hola, Charlie. ¿Cómo fueron tus primeros años de vida?
Charlie Martin: Cuando era pequeña, quería ser piloto de combate, básicamente debido a mi película favorita Top Gun. Cuando tenía esa edad, estaba obsesionada con los aviones y volar. Creo que me di cuenta de que soy trans alrededor de los seis o siete años. Recuerdo haber leído un artículo sobre una mujer trans que fue modelo y chica Bond en los años 80 [Caroline Cossey], quien probablemente fue una de las personas trans de más alto perfil en ese momento. Y recuerdo haber pensado algo como, “Vaya, claro. Así es como me siento. Esto es lo que pasa. No soy solo yo”.
Yo era un niño bastante ‘típico’ en muchos aspectos, en términos de las cosas que me gustaba hacer (trepar árboles, jugar a los soldados, construir modelos de aviones), lo que me resultaba aún más confuso porque creo que en los años 80, la sabiduría popular dictaba que, si eras un chico que se sentía como una chica, debías querer vestirte de rosa todo el tiempo y jamás ensuciarte, etc. Entonces, realmente no sentía que hubiera un marco en el que encajara, lo que quizás, en muchos aspectos, me llevó a estar en la posición de esperar mucho para hacer mi transición.
¿Cuál fue tu experiencia al hacer tu transición estando en la industria del automovilismo?
El automovilismo es divertido porque, aunque es un deporte muy exclusivo dada su propia naturaleza —no puedes correr sin una cierta cantidad de dinero, sea cual sea el nivel en el que estés—, también es una industria bastante acogedora. Hay un sentimiento de comunidad realmente asombroso.
[Sin embargo] entrar al paddock [por primera vez después de la transición] fue realmente aterrador. Fue una experiencia verdaderamente incómoda. Afortunadamente, unos siete u ocho de mis amigos más cercanos, con los que solía competir, sabían que reaparecería en las carreras ese día y sabían lo que estaba pasando. Básicamente se acercaron y me dieron un gran abrazo.
[Me di cuenta de que] tendría que trabajar duro y ganarme a la gente. Así fue básicamente el primer año, les fui explicando gradualmente lo que estaba pasando. Muchos no eran conscientes de ello. Fue solo cuestión de educar a la gente. Y luego, de hecho, la gente se portó muy amable. Solían decir cosas como, “Ay, Dios, nunca lo noté. Wow, está bien. Dios, es una decisión muy valiente”.
¿Ha habido momentos en los que has sentido que en las carreras no hay espacio para una persona trans?
[Cuando salí del closet como trans] fue un acto de fe puro porque simplemente no sabía cómo saldrían las cosas. No vengo de una familia rica, así que siempre me he tenido que esforzar para conseguir el respaldo [de los patrocinadores].
Ciertamente he tenido experiencias en las que me han negado oportunidades. Estoy bastante segura de que se debió a la transfobia. Hay dos que se quedaron especialmente grabadas en mi mente por haber sido algo fuertes, y no ocurrieron hace mucho tiempo. Es difícil ser específica porque probablemente podría meterme en un gran lío.
Es decir, pasa de todo, desde cosas de poca importancia, o personas que simplemente se dirigen a ti con el pronombre equivocado, o personas que te hacen preguntas demasiado directas sobre, por ejemplo, qué cirugía te hiciste o planeas hacerte.
Este año ha habido muchas discusiones sobre los atletas trans, particularmente después de que algunos estados como Idaho y Florida en E.U. prohibieron que las niñas trans compitan en deportes universitarios y escolares. ¿Qué sientes al saber que las mujeres trans jóvenes están siendo sometidas a esto hoy en día?
Me parece absolutamente impactante que esto esté sucediendo en una sociedad occidental relativamente liberal. Es la peor discriminación: adultos básicamente decretando que los niños no pueden practicar deportes. Está mal en muchos niveles.
Piensas en cuando tú estabas en la escuela y alguien hacía una fiesta y no te invitaba, porque… no sé, porque había algo malo contigo. Bueno, básicamente es lo que están haciendo pero a nivel estatal. Es como legitimar el hecho de que hay algo malo con estos niños, lo que no podría estar más lejos de la verdad.
¿Qué piensas sobre la cobertura mediática de los atletas trans olímpicos, como la pesista de Nueva Zelanda Laurel Hubbard y la futbolista canadiense Quinn?
He visto información equilibrada en los medios. Pero, de cualquier modo, creo que a veces es necesario que haya una mejor representación de los hechos. He leído bastantes estudios e investigaciones [sobre la testosterona] porque creo que es un elemento realmente crítico que, desafortunadamente, rara vez sale a la luz en la prensa.
[La situación] es realmente complicada. No es fácil encontrar una solución estándar para todos porque en muchos deportes como el fútbol y el surf, por ejemplo, no se trata solo de fuerza física. Se trata de la capacidad de leer el juego, la conciencia espacial, la visión, el equilibrio, la agilidad, el control del balón, la destreza en el agua, la capacidad para detectar una ola y llegar al lugar correcto, todas esas otras cosas. Sí, la fuerza física es importante, pero hay muchos otros elementos que también juegan un papel primordial, que definen si llegas a la cima de tu juego.
En diciembre, el Tribunal Superior de Londres restringió los bloqueadores hormonales de pubertad, una decisión que fue revocada recientemente. Hoy en día, hay mucha transfobia en la política. ¿Qué piensas de la actitud actual hacia las personas trans en el Reino Unido, el lugar donde vives?
Creo que 2015 fue un año en el que, de repente, la comunidad trans realmente logró muchos avances y todo fue positivo. Pero obviamente, desde entonces, ha habido muchas reacciones en contra.
Es difícil porque vivo en el campo y supongo que para este momento ya ha pasado mucho tiempo desde que hice mi transición. Entonces, yo estoy en esta extraña situación en la que en mi vida cotidiana, me mezclo y nunca me preocupa ser víctima de un crimen de odio, o de que alguien me confronte en un baño o cualquier cosa como esa. En el día a día, siento que a veces me resulta difícil cuantificar las experiencias vividas por muchas personas transgénero en el Reino Unido. Ya no estoy intentando acceder a la atención médica, [etc.]. Entonces, en realidad, gran parte de mi exposición tiene que ver con lo que escucho y leo en la prensa, que es predominantemente negativo, bastante tóxico, muy perturbador, como información estadística o que alguien fue asesinado.
Hay una minoría de personas que solo quieren discutir y escribir cosas horribles en Twitter. Sin duda son personas que existen, que sí tienen esos puntos de vista. Pero creo que el porcentaje de la sociedad del Reino Unido que representan en realidad es bastante pequeño y, sin embargo, han logrado tener un gran impacto a través de lo que están haciendo. [Pero] siento que, en estos días, la mayoría de las personas que conozco realmente son bastante progresistas y de mente abierta.
¿Qué sigue para ti en cuanto a tu carrera? ¿Cuáles son tus ambiciones?
El próximo mes, tengo la última carrera del campeonato de resistencia Britcar en el que he estado corriendo toda la temporada. Ha sido una temporada muy buena. Compartimos el automóvil porque es una carrera de resistencia y hemos tenido muy buenos resultados: muchos podios, muchos trofeos este año. Somos los terceros en el campeonato. Necesitamos un poco de suerte, pero estadísticamente aún podríamos ganar el campeonato en Donington Park el próximo mes.
Más allá de eso, mi ambición absolutamente sigue siendo hacer historia como parte de la comunidad LGBTQ al ser la primera piloto trans en las 24 horas de Le Mans. [Ser trans en la industria] es algo que realmente me importa. Y en verdad quiero hacer algo que marque la diferencia y tratar de ayudar a otras personas y, en última instancia, ser alguien que esté ahí y sea visible, para que todas las personas que vengan después de mí no tengan que pasar por lo que yo he tenido que pasar.