¿Cómo te sientes cuando esa persona especial se va de tu vida? Parece que el dolor es lo único que gobierna cada día y está bien, que nadie te diga lo contrario. Sabemos que este puede ser un proceso difícil y por eso hablamos con una especialista en pérdidas para saber qué se puede hacer en estos casos.
Cuando una persona se va de nuestra vida el dolor puede ser tan grande que nos podemos perder en ese mar de emociones. El dolor, el llanto, la negación y el enojo pueden ser solo los primeros pasos para reencontrarte contigo. Tal vez la parte más difícil después de una separación amorosa es recordar quién eras antes de que esa persona llegara a tu vida. Reconocerte puede ser un proceso doloroso, tardado y, sobre todo, necesario para poder continuar con la vida que siempre llevaste. Aprender que nadie es indispensable ni necesario para continuar fluyendo es algo que la vida nos enseña a golpes inevitables.
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“La pérdida amorosa es más complicada que una pérdida de muerte porque nos deja con muchas emociones y porque sabemos que esa persona aún está allí. Esto da esperanza y complica las fases de duelo”, nos dice Constanza Frettlohr, psicóloga clínica, consteladora familiar y tanatóloga.
Según el Instituto Nacional de Tanatología, A.C., esta disciplinase encarga “de encontrar el sentido al proceso de la muerte, sus ritos y significado(…) También se encarga de los duelos derivados de pérdidas significativas que no tengan que ver con la muerte física o enfermos terminales.”
En este tipo de pérdidas emocionales se rompen vínculos y se entra en un shock que es muy difícil de superar porque la persona sigue viva y aún queda un pequeño rayo de esperanza de que la relación continúe. Es muy común que este tipo de rupturas se minimicen junto con los sentimientos que la persona llega a sentir. Constanza nos dice: “Es muy importante no minimizar esta ruptura, porque la mayoría de las personas cercanas a la que está sufriendo le dicen que va a pasar. Pero realmente la persona herida está pasando por todas las etapas de duelo que la Dr. Elisabeth Kubler Ross nos da.”
La mencionada Kubler es la autora del libro On Death and Dying, escrito en 1969, en donde se hacen las primeras aclaraciones y acercamientos a las fases del duelo de una pérdida. Las fases del duelo son cinco y empiezan por la negación, en donde nuestro cerebro nos protege del dolor que sentimos y normalmente pensamos “no me está pasando esto”. Este tipo de situaciones son tan dolorosas que nuestras defensas psicológicas prefieren negar el dolor a sentirlo “para no desquiciarnos”, acota Constanza.
Después de esta, viene la etapa de la ira, en donde te enojas con la situación pero pretendes echarle la culpa a alguien externo. “Esto sucedió porq
ue esta persona hizo o deshizo y empiezas a culpar; en esta etapa, cuando alguien muere, culpas a una fuerza mayor, como Dios. Pones tu enojo en otra persona que no seas tú”, nos dice Constanza.
Cuando avanzas en el proceso llegas a racionalizar una culpa, esta que sacabas y proyectabas en otra persona. Esta fase se llama negociación. En voz de Constanza “es un estado intenso de malestar porque crees que hiciste las cosas mal o que pudiste hacerlo mejor”. Aunque estás más cerca de la aceptación y puedes ver las cosas con más claridad aún hay dolor intenso “pero ya no lo estás evitando, tampoco culpas a otra persona; ya es algo personal que te rompe pero te hace entender que tal vez ya no debías estar en esa relación. Las parejas son espejos y vemos en ellas cosas maravillosas que son nuestras y sombras que también son nuestras”, comenta la tanatóloga.
De esta forma se pasa a la etapa de la depresión, en donde “te sientes quebrado, roto, insuficiente, con un dolor que tienes que transitar obligatoriamente para superarlo. Necesitas llorar, platicarlo cuantas veces necesites con quien sea para procesarlo”. Es después de todas estas dolorosas etapas que se llega a la aceptación. Para la especialista “en esta etapa nos toca racionalizar qué fue lo que aprendimos de esta situación”. Es aquí donde aceptamos todo lo que pasó y procesamos que la pérdida está realmente hecha.
Constanza nos da unas recomendaciones para poder superar este tipo de pérdidas:
- Conoce las etapas del duelo que todxs alguna vez hemos vivido. Finalmente son desapegos y es normal pasar por lo que pasamos. Informarte es muy importante para saber en dónde estás paradx.
- Gestiona tus emociones de otra manera. A veces en la fase de depresión no quieres salir ni hacer nada, pero es mejor estar con personas seguras para ti para poder salir de esa situación. Busca apoyo en ellas.
- Deja de culparte por lo que pasó y hazte cargo de lo que hiciste o de lo que no hiciste para poder entender que nadie tuvo la culpa, sino que ambos o ambas tuvieron cierta responsabilidad.
- No huyas de la situación. Hay veces en las que el dolor es tanto que solo queremos anestesia. Evadir no es una opción, esto incluye salir con más personas para no pensar en tu expareja.
- Date chance de sentir las cosas como son, trabajando la soledad y las inseguridades. Permítete sentir el dolor, permítete llorar y sentir. Las lágrimas sirven para sanar.
- Trata de entender que todo este dolor va a pasar, aunque sea algo muy difícil de creer. Ve las cosas lindas que te dejó la relación y piensa que si esa pareja es un espejo, es una muy buena oportunidad para conocerte y entender más de ti.
- Convéncete que después de todo este bucle de emociones podrás ser más madurx para tener relaciones más sanas.
- Limita el contacto con tu ex. Como la esperanza está latente nos permitimos seguir viendo su vida por redes sociales o tener contacto directo con la persona y esto no ayuda a nuestro proceso de duelo y sanación.
- Pide ayuda si es que te das cuenta que no puedes solx con el dolor y el proceso. Puedes asistir con algún especialista.