En la última semana, todos hemos escuchado historias de amigos que nos dicen que sus compañeros, familiares o parejas no parecen tener ningún interés en evitar que se propague el coronavirus. A menudo, añaden un “¿estoy exagerando?” o “no quiero ser dramático, pero…”.
¿Sabes lo que sí es dramático? Una pandemia. Sé que puede ser complicado tener una conversación seria para establecer unos límites en beneficio de tu salud física y mental (¡y la de todos los que te rodean!), pero ahora es el momento.
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Tratar de evitar el peor escenario (en el que alguien muere) no es exagerar. No necesitas una “buena” razón (como tener diabetes o inmunodeficiencia) para tener miedo del COVID-19 o decírselo a tu compañero de piso. “No, no necesitas comprar sal por tercera vez hoy solo porque quieres tomar el sol. ¡Y lávate las manos cuando mees!”.
Todo el mundo tiene motivos para preocuparse y cambiar su estilo de vida, por salud y empatía, y estás en todo tu derecho de confrontar a las personas con las que vives si están ignorando la situación por completo. Aunque piensen que exageras. Pues, OK. Si se enfadan porque quieres dejar las cosas claras es SU problema y algo con lo que podrás. Por otro lado, las consecuencias de no decir nada podrían ser agotadoras, terribles, caras y, posiblemente, mortíferas.
Si vives con alguien que se niega a tomar en serio las recomendaciones de los expertos para “aplanar la curva” y no sabes qué hacer, tenemos algunos consejos para ti.
Reuníos y hablad sobre lo que esperáis de cada uno en las siguientes semanas
Si todavía no habéis hablado seriamente de lo que está ocurriendo y cómo podéis evitar contagiaros, ahora es el momento. Copia y pega este mensaje en WhatsApp: “Oye, ¿estás libre esta noche? Me gustaría que hablásemos de todo lo que está pasando y ponernos de acuerdo en qué vamos a hacer y cómo vamos a proceder en casa”.
Es importante que os replanteéis las normas de higiene y limpieza que habéis tenido hasta ahora. ¿Tu compañero no se lava las manos? ¿Tenéis que empezar a limpiar las superficies más a menudo? ¿Quizás cancelar los planes que tenía de quedar con sus amigos en el supermercado?
Si se niega a cambiar su comportamiento o a tomar precauciones, haz un esfuerzo de buena fe por entender por qué
El escepticismo frente al COVID-19 varía mucho dependiendo de la persona, aunque es irracional en todos los casos. Si se trata de tu compañero, averigua qué piensa: ¿cree que no hay riesgo porque es una persona joven y sana? ¿Quizás no ve las noticias? ¿Sigue insistiendo en que el coronavirus es igual que una gripe? ¿Necesita salir a correr/pasear todos los días? ¿No tiene tiempo para limpiar? Una vez que averigües la razón, podrás hablar con ellos con empatía y preparar tus argumentos.
Pero recuerda que están siendo irracionales, así que quizás sea imposible razonar con ellos. Si no lo consigues, acéptalo. Es hora de ser pragmáticos y protegernos a nosotros mismos.
Si no consigues que razone, procede como si estuvieras viviendo con alguien que tiene la gripe.
En circunstancias normales, cuando no queremos contagiarnos de algo, tratamos de evitar el contacto con objetos o personas enfermas. Teniendo esto en cuenta, es hora de cambiar nuestras costumbres de limpieza. Lo cual significa que vas a tener que limpiar/desinfectar cosas de tus compañeros porque ellos probablemente no lo van a hacer. ¿Es justo? No. ¿Importa? Ahora mismo, no. (Quizás importe cuando tengas que renovar el contrato).
No hace falta que persigas a tu compañero con una botella de Sanytol por toda la casa, pero es importante que desinfectes la zona o los objetos que haya tocado antes de usarlos tú.
El Ministerio de Salud ofrece algunos consejos a seguir para limpiar la casa:
· La persona que realice la limpieza diaria tendrá que realizarla con guantes de un solo uso.
· Asegurarse que las zonas comunes cerradas se encuentran bien ventiladas (5 – 10 minutos al día como mínimo).
· Limpie a diario, primeramente, con agua y jabón. En las superficies se hará prestando una mayor atención a zonas de recepción y todas aquellas superficies que se tocan con mayor frecuencia.
· No sacudir la ropa, meterla en bolsa hermética. Lavarse siempre las manos después de tocar la ropa. Lave la ropa a 60-90º y séquela bien.
· BOLSA 1 en la habitación, que se cierra y se introduce en la BOLSA 2 (fuera de la habitación) donde se introducen los guantes y mascarilla y va a la BOLSA 3 que va al contenedor de resto (ninguno de separación por reciclaje)
· Use lavavajillas o friegue con agua caliente.
· Una vez finalizada la limpieza, quitarse los guantes, tirándolos a la basura. Posteriormente se debe realizar una completa higiene de manos, con agua y jabón, al menos 40-60 segundos.
Quédate en tu habitación.
Si tu compañero sigue comportándose como un idiota, es probable que tengas que confinarte dentro de tu propia casa.
¿Es justo? No. ¿Importa? ¡Ahora mismo, no!
Obviamente, no puedes evitar por completo las zonas comunes, como la cocina o el baño, así que sigue las recomendaciones que hemos mencionado para limpiar la casa como si hubiera una persona enferma. Para quedarte tranquila, no pases mucho tiempo en las zonas comunes, aunque tus compañeros no estén. Sí, no sabemos si tenemos que limpiar el mando de la tele con lejía por si lo han chupado, pero en esta situación, lo mejor es asumir que lo han chupado y limpiarlo de todas formas.
Sé firme con las visitas.
Si llega al extremo de traer gente a casa, lo cual ahora mismo no está permitido, tienes que dejarle las cosas claras. ¿Su amigo está solo en casa y se aburre? ¿Su novia quiere irse a vivir con vosotros a pesar de que sale a pasear al perro y va al supermercado todos los días? Lo siento, pero NO es asunto mío.
Si tu compañero no está de acuerdo, ¡es su problema! Quizás tengas que mostrarte más firme o ser tajante. No tengas remordimientos en hacerles sentir mal a ambos y decir algo como: “Me parece fatal que hayas venido”.
No dudes en ir un paso más allá si se ve claramente que están enfermando.
No vamos a coger un silbato cada vez que estornuden o tosan, pero si tienen síntomas, deberíais hablarlo directamente. La obligación y urgencia en estos momentos es incluso mayor si esa persona no ha respetado el confinamiento o si ha estado en contacto con alguien que ha dado positivo. Puedes decir algo así:
“Oye, me preocupa tu salud y creo que necesitas empezar a tomártelo más en serio. ¿Por qué no te tomas la temperatura y te quedas en la cama descansando? Si te encuentras peor puedo llamar al hospital o avisar a tu familia”.
Si te da la razón, intenta convencerle para que se quede en su habitación y no utilice las zonas comunes:
“Creo que deberíamos proceder como si tuvieras el virus. Para empezar, deberías dejar de utilizar las zonas comunes o la cocina. También podemos [todas las recomendaciones de limpieza y prevención que hemos mencionado]”.
Si no dan el brazo a torcer, puedes decir algo tipo:
“No es una tontería. Ir tosiendo por toda la casa es inaceptable, asqueroso y, a estas alturas, peligroso”.
Quizás no quieran admitir que están mal después de pasarse por el forro todas las recomendaciones. O puede que tengan miedo de ir al hospital o enfermar más aún.
Lo que está claro es que no puedes seguir preocupándote por su bienestar en detrimento del tuyo. Tu bienestar, salud y seguridad, y la de todo el mundo, son tan importantes como la suya. No pasa nada si reaccionas de forma brusca o te enfadas.
Es hora de tomarse las cosas muy en serio. No podemos ser unos irresponsables e ir por la vida como si no pasara nada. Ahora es el momento de ser empático. Cuídate y cuida de los demás. Si vamos a salir de esta, tenemos que hacerlo juntos.
Este artículo se publicó originalmente en VICE EUA.