Otro año pasó y uno nuevo ha llegado. De seguro tienes un montón de planes listos: como tener abdominales marcados o finalmente dejar de llamar a tu ex (borracho o borracha, claro está). Afuera lo viejo y adentro lo nuevo, como dice el dicho, y en la industria musical sucede lo mismo. Hay que quitar las modas del pasado para que la cultura se mueva. Todo lo que leerás abajo es lo que hay que dejar en el 2018.
Álbumes con miles de canciones
Dicen que la gente ya no tiene lapsos de atención. Por un lado, es verdad: hay personas por ahí que les resulta imposibles las más simples tareas sin un teléfono, como cocinar huevos o cagar. Por otra parte, en el 2018 salieron tantas canciones en tantos álbumes que si añadieras cada una a una playlist tendrías un tiempo de escucha parecido al de un vuelo directo a Australia. Uno podría entender que los oyentes se preocupan más que nunca; otro podría decir que es una forma de jugar con el sistema. Sin embargo, las apuestas se van a que el 75% de personas prefieren un álbum que esté rondando las once canciones. O algo perfecto para un viaje en bus, de verdad.
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Quejarse de los servicios de streaming como Spotify
Supérenlo fans del iPod. Los gigantes suecos, Apple, Amazon y todos los demás están aquí para quedarse. Además, a veces sacamos buenas cosas de ellos (como el especial navideño Blonded de Frank Ocean en Beats 1) y otras veces malas (ese álbum de rap que tardó tres años en escucharse y nadie en esta oficina ha terminado).
Encores
Un ritual anticuado que le trae felicidad a absolutamente nadie. Todos hacen de cuenta que el concierto acaba; los músicos dan vueltas y los roadies fingen que recogen todo mientras el público duda sobre irse a tomar el bus antes de que se llene; sale la banda en medio de aplausos obligados y tocan la mejor canción para unos fans que ya están cansados. No más, solo cierren con una buena canción sin tanto drama o tóquenla al inicio.
Vociferar en Twitter en vez de hacer verdadera promo
Hay algo definitivamente interesante acerca de un artista rompiendo el silencio –los pétalos de vidrio colocados y cuidadosamente dispuestos que conforman una imagen pública– y volverse locos en Twitter o en Instagram Live. Supongo que es una función de tantas de las redes sociales: fans decepcionados con la misma anécdota o la misma entrevista en la misma revista sienten una conexión más directa, urgente, con el artista que no necesita plataformas porque ya tienen una propia. Sin embargo, maldita sea, necesitamos dejar atrás el ‘Kanye se volvió loco en Twitter otra vez… y sacará una canción’ o ‘un artista cualquiera (no diré nombres) dijo que la industria es mala… su álbum, sin embargo, está entre las tres y cinco estrellas”. O sea, creo que lo que trato de decir es que deberíamos superar a la gente haciendo ruido y darle foco a los que dicen algo
Discutir sobre The 1975
¿Sabes qué es peor que escuchar a alguien diciendo que The 1975 fue lo mejor que le pasó al pop británico? Alguien diciendo que no lo es. Algunos les gusta ciertas cosas, a otros no les gustan. No necesitas discutir de esto hasta morir, estamos cansados.
Muchas películas de muchos músicos muertos desde muchos ángulos
Amy, del 2015 y bajo la dirección de Asif Kapadia, fue una pieza cinematográfica increíble, como también el documental sobre Whitney Houston hecho por Nick Broomfield el año pasado. Pero después apareció el documental de Whitney por Kevin Macdonald; y el otro documental de Amy Winehouse de Eagle Vision y es como ¿necesitamos escudriñar las historias de estas personas hasta que no hay nada más para decir? Demos un año de receso al menos, por favor.
Xanax
¿No es más algo que deba parar que un mero cliché? Y si te estás llamando Lil Xan, entonces no lo sé, creo que es como nombrarte heroína –al menos en una manera tonta y básica– que quizá se vea cool pero es tan estúpido ¯\_(ツ)_/¯. No lo sé, quizá sea solo yo.
Esto, pero un formato diferente, con una canción diferente, por alguien diferente
Lo que quiero decir es: música buena por favor. ¡Feliz año, Mr. Worldwide, baby!
Este artículo fue publicado originalmente en Noisey UK.
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