El retumbe de las olas y la tempestad que se avecina conjura una maléfica profecía anunciada desde el principio de la relación: todas las cosas tienen un final. Haciendo una conjetura de las instancias, ánimos y vibras emanadas a partir de darse cuenta de que las cosas no pueden seguir siendo lo de antes, el director, originario de Barcelona, Jordi Estrada, construye un poema visual que, a primera instancia, parecería difícil de asimilar. El cortometraje, titulado As We Die, toma sus raíces de la destrucción: de las promesas rotas, de la necesidad que nos ata a una persona, del cuento que nos hacemos para engañar lo que de verdad sabemos.
El poema se construye como la rapsodia final de La Odisea, después de recorrer el mundo y mar durante años, divagando, es momento de expiar los demonios a través de una limpieza profunda del espacio físico y mental de los involucrados. Un mar que viene y arrasa, una pendiente tormenta, las lágrimas de los que alguna vez estuvieron enamorados. “(El agua) le da esa atmósfera purificadora, cíclica, flotante”, comentó Estrada a Creators. “Y el mar es nostálgico y desconocido al mismo tiempo. A nivel de sensaciones es fácil relacionar el estado de ánimo con una tormenta, el mar abierto, el flotar, el chocar de unas olas, la brisa… queríamos hacer algo muy sensorial, muy interior, y el agua, en diferentes maneras, nos ayudó”.
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Nacido a partir de una dolorosa ruptura, As We Die presenta de cierta manera la búsqueda por darle sentido a algo que no tiene. Un tipo de banalidad incomprensible que limita y choca con el entorno de manera directa. “Justo había dejado con mi chico”, añade Estrada. “Vivíamos juntos y durante unas semanas estuve realmente hecho una mierda. Recuerdo un momento en el coche, justo el día que nos separamos, llorando, viendo pasar a toda la gente, las palmeras, los rayos del sol, los bañadores… de esa sensación salió As We Die”.
El sentir del que la planta de la relación se nutría, al fin, por desgracia o por suerte, se marchitó. Ahora solamente queda una maceta vacía y solitaria, solamente dejando toda la tierra que usó como casa embarrada por todo el contenedor. “En la pieza, se retrata el final de una pareja, los últimos momentos de ellos dos juntos antes de ser ‘cosas por separado’. Cuando conocí a mi ex-chico, entré en un nuevo estado en mi cabeza/corazón. Ya no era Jordi, sólo Jordi, era algo más. Cuando lo dejé en casa, sentí que eso estaba desapareciendo, que me volvía esa sensación de soledad tan profunda. Los dos estábamos dejando de ser lo que éramos juntos, algo estaba muriendo”, finalizó el director catalán.
Mira As We Die, abajo:
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