Como a muchos de los artistas americanos de los 40, Ellsworth Kelly también se enlistó para la guerra, pero a su regreso tomó un camino diferente que lo guió a Francia, donde estuvo alejado de los movimientos artísticos de la época en Estados Unidos. Este hecho marcó la diferencia en la carrera del artista.
Como no pudo estar en contacto con las corrientes americanas, Kelly pudo formar su propio estilo mientras observaba cuadros de Picasso y estudiaba pinturas renacentistas. Mientras absorbía todos los elementos que podía, también se deshacía de lo que no le agradaba. Durante todo ese proceso para descubrir lo que pintaría se dio cuenta que todo lo que sus ojos pudieran observar podrían ser aspirantes a ser modelos en su pintura.
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En sus obras hay elementos geométricos y asimétricos con colores brillantes y en ocasiones una paleta de colores monocromáticos. Después de acostumbrarse a trabajar con el lienzo derecho, empezó a experimentar con diferentes ángulos del mismo para crear sus obras. A través de estas figuras buscaba representar los objetos que él observaba diariamente como ventanas, muros, etc. Entre sus cuadros más importantes se encuentran: “Cite”, “Colors for a Large Wall”.
Aunque Ellsworth Kelly es más conocido por sus trabajo en la pintura, también realizó esculturas. Estas eran trabajadas como un dibujo para después trabajar con un estilo libre sobre el boceto. Siguiendo la línea de sus pinturas, las esculturas también eran minimalistas y sencillas que daban el efecto de no poder diferenciar al primer plano del fondo.
Mucha de la influencia que se puede ver en su trabajo viene de las texturas y objetos que pudo observa en el guerra. Al igual que su fascinación por Picasso y los elementos renacentistas que pudo estudiar mientras vivía en Francia. Constantemente estuvo observando y trabajando hasta su muerte en 2015.
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