Tiempo y espacio han sido a lo largo de la historia punto de partida del que surgen obras de arte. Pero, ¿qué pasaría sí el espacio fuera liberado del dominio objetual, convirtiéndose en objeto de arte en sí mismo? Seguramente las percepciones se desbordarían en formas dinámicas, generando estados alterados donde las tenues líneas entre lo real y lo virtual quedarían totalmente difuminadas.
No es obra de ilusionismo sino efecto del arte digital que detona la materialidad de la luz y el sonido en palpables elementos arquitectónicos que exploran el espacio, el tiempo y la percepción. Este artista originario de España, pero residente en Francia, experimenta lo real y lo virtual al generar estados mentales en el espectador donde convergen cualidades perceptuales y condiciones físicas a partir de las virtualidades del espacio.
Videos by VICE
Pablo Valbuena nos introduce en el desplazamiento de todo modelo normativo al reinventar espacios cotidianos en lugares inestables, complejos, multidimensionales que muestran las diferentes facetas del espacio, también, del tiempo y la memoria. Conformación diferencial que encuentra expresión al experimentar los tránsitos de la luz y el sonido sobre la arquitectura y la escultura, desatando una lógica que desafía toda percepción habitual.
Crono-grafía. Pablo Valbuena 2013. Madrid, ES. Proyecto específico, espacial y temporalmente. Pintura negra sobre arquitectura.
Afirma el filósofo francés Jacques Rancière: “La pensatividad de la imagen es esa separación entre dos presencias: las formas abstractas engendradas por el pincel electrónico que crea un espacio mental donde las imágenes y los sonidos… Reciben la forma visual que les corresponde a lo que ellas son para nosotros: imágenes de archivo, objetos de saber y de memoria, pero también obsesiones, pesadillas o nostalgias.”
En las series de instalaciones de Valbuena la pensatividad de la imagen recrea un espacio cerebral que elimina toda memoria previa. Relación paradójica donde una forma es determinada por el artista, pero no obstante es el espectador quien culmina este pensamiento otorgando al espacio una “realidad propia” o más bien una virtualidad que se torna hiperrealidad al transformar la arquitectura y la escultura en una puesta en escena donde fluyen libremente las intensidades de luz y el sonido.
Para-site [mattress factory]. Pablo Valbuena 2011. Pittsburgh, US. Proyecto específico. Video-proyección sobre arquitectura.
Re-flex [z33]. Pablo Valbuena 2012. Z33, Hasselt, BE. Proyecto específico. Espejos, madera, textil, arquitectura.
Time tilings [stuk]. Pablo Valbuena 2013. STUK, Leuven, BE. Proyecto específico. Video-proyección sobre arquitectura.
Ejemplo de lo anterior lo podemos explorar en Augmented sculpture (2007), proyección sobre una escultura de madera en donde la presencia de la luz desvanece la forma “real”, trazando sobre el objeto una cartografía perceptual emergente a partir de la cual se descubren formas virtuales de la materialidad, el espacio y el tiempo, desplegándose como deformadores que expresan no ya formas sino modos de composibilidad. Modos donde el tiempo deviene catástrofe, vacío, instante. Modos de ver, pensar y relacionarse misteriosamente con la geometría y la materialidad en donde el espacio no puede ser pensado en el espacio sino más allá del espacio, en la pura intensidad de la luz.
Imaginar, pensar, explorar son deformadores: introducen en lo imposible. ¿Lo imposible? Lo increado, lo impensado, lo inimaginable: espacio de posibilidad donde la imagen deviene dimensión excéntrica. Para-polis, N 520437 E 041900 (2008), es parte de esta serie de intervenciones, pero ésta explora una reconocida obra arquitectónica: el Ayuntamiento de la Haya. En este proyecto el espacio se abre como dimensión excéntrica de variación infinita. Despojada de lo cotidiano y lo habitual, la arquitectura desprende formas virtuales que surgen a partir de la violencia lumínica sobre lo “real” y lo físico, despertando la sensación, la imaginación y el pensamiento como operaciones exploratorias. Ante esta intervención del espacio es como si el tiempo y la memoria alcanzaran un éxtasis perpetuo que borra toda experiencia anterior. Desmemorización que se agita como un laberinto que desploma toda seguridad de ubicación: no sabes lo que precede o antecede en el espacio. Esa pérdida de conciencia es también una pérdida del cuerpo, de sus límites. Entonces el espacio y el cuerpo se abren como dimensiones de creación donde todo cliché se desvanece dando lugar a virtualidades, simulacros e hiperrealidades.
Al caer las limitaciones del espacio y el cuerpo los modos habituales de percibir, mirar y habitar se disocian, se distorsionan, se desploman. Como efecto de esta alteración emergen otros modos de visualidad, otras formas de sensibilidad. Así, Kinematope (2014), intervención híbrida, mezcla de arquitectura, luz y sonido, despoja de sus habitualidad a la Gare d’Austerlitz de París para transformarla en una navegación espacial que conduce al espectador a gestos y poses inusuales ante la violencia que la luz y el sonido ejerce sobre las columnas, las paredes y los techos del lugar; virtualidad del espacio que conduce al espectador a tomar una vista o más bien inventar una visibilidad donde entran en juego el tiempo y las percepciones.
Las series de intervenciones espaciales de Valbuena establecen un pacto alquímico entre el arte digital y técnica, destruyendo cualquier paradigma óptico, construyendo en cambio infinitos experimentos de producción visual y auditiva. Perspectivismo que no se conforma con una sola vista del espacio sino con la fusión de líneas de fuga, del sonido y de la luz que no encuentran un solo punto de convergencia, sino una multiplicidad de interconexiones virtuales.
El espectador es perturbado, desplazado y con él la idea del tiempo y el espacio como representación sistematizada. A través de la luz, el espacio se transforma en una superficie huidiza, impredecible, movediza. Perspectiva móvil que rompe el tiempo lineal y la memoria, liberando la imaginación en una sensación anárquica inconmensurable.
La exploración de la virtualidad del espacio a través de la intervención de la arquitectura y la escultura por medio de la luz y el sonido independiza las dimensiones prescritas que normalizan el ámbito de la percepción. El espectador es desbordado por la producción instantánea de sentido, haciendo de éste un actor que recrea el espacio mediante renovadas perspectivas y técnicas de orientación; volviendo a Rancière “… los espectadores ven sienten y comprenden algo en la medida en que componen su propio poema, tal como lo hacen a su manera actores o dramaturgos, directores teatrales, bailarines y performistas.”
Movilidad de la perspectiva, emancipación de la mirada que se apropia del espacio; separación, destrucción y creación que se torna crítica desbordada del espacio. La obra de Valbuena detona la emancipación del espectador como poder de percibir por cuenta propia; aventura nunca similar a ninguna y donde la luz y el sonido son reflejo de instantáneas sensoriales que se deslizan una sobre otra.
Sigue a Pablo Valbuena en Vimeo.
Relacionados:
¿Quién es el hombre que está poniendo su cara por todo el mundo?
Mira la danza bélica entre dos robots industriales: luces, láseres y sonido
Serkan Özkaya critica la burocracia y el arte occidental con imitaciones incómodas