El arte se comunica con el mundo fuera de lo representacional de maneras inesperadas. Ya sea a través de ideas, colores, narrativas o conceptos, éste siempre encuentra una manera de comunicar y unir a la representación (si es que hay una) con su referente directo en el mundo donde las coordenadas espacio-temporales no pueden ser olvidadas, es decir, el mundo real.
Sirviendo como un puente entre el arte y el espectador, capturando el juego que se puede hacer entre ambos, el fotógrafo Stefan Draschan unió de manera magistral a los visitantes de diversos museos de Europa con la pintura u obra que, pareciera, se vistieron para visitar.
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Como un estupendo análisis de color y composición con todo el peso cultural que además pueda tener cada obra, Draschan presenta escenarios que, en unos casos, podrían parecer que los sujetos en obras quisieran salir a dar una vuelta al mundo real; mientras que, en otros, simplemente las personas parecen continuaciones de patrones y composiciones presentes en las obras.
Si quieres ver más proyectos de Stefan Draschan, visita su sitio.
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