El cuerpo humano es el motivo que sirve a Louise Bourgeois para explorar el sentido de las afecciones. Estallidos de una vida interior colmada por el deseo que, por medio de un don artístico, adquiere la forma de dibujos, pinturas y esculturas. La obra de esta artista expone escenas íntimas que reflejan obscuros secretos donde convergen la inocencia, el amor, también, el miedo, la angustia y la ansiedad.
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Sus esculturas, dibujos e impresos de ojos, oídos, manos y labios acentúan las funciones de los sentidos, pero al des-articularlos como individualidades nos transportan al mundo surrealista de los sueños, también, de las pesadillas.
“No es una imagen lo que busco. No es una idea. Es una emoción lo que quiero recrear, la emoción de querer, dar, y destruir.”
La amplia constelación de creaciones que componen su obra comprende pasajes, tránsitos y umbrales que exploran diferentes etapas de su vida. Sus primeras esculturas, realizadas a finales de los cuarenta, toman la forma totémica de abstracciones de madera; personages llamará la artista a estas marcas de lo que fue, lo que quedó atrás y se desvanece.
Las esculturas y pinturas de Bourgeois emergen como corporeidades orgánicas que mutan y se transforman de lo humano a formas animales y naturales (Self Portrait, 2007). Pero también, figuras femeninas que devienen armas (Femme Couteau, 1982) como efecto de la agresión, la ira y el enojo que colman el cuerpo sintiente; un cuerpo afectado por intensidades que lo hacen devenir no como una realidad, sino una híper-realidad donde las sensaciones se despliegan sin mesura (Sainte Sébastienne, 1992).
Para Bourgeois, el dolor es la fuga que despliega intensidades, convirtiéndose en zonas de exploración a lo largo y ancho del cuerpo; en el exterior, también en el interior. Surgen entonces reflejos provocativos de la sexualidad (The Laws of Nature, 2003) y destellos de la procreación (The Cross-Eyed Woman Giving Birth, 2005) que toman como medio el dibujo para colmar la mirada de signos que exponen las potencia de lo humano.
A su llegada a Nueva York en 1938, la arquitectura de esta ciudad tuvo un impacto inmediato en Bourgeois que detonó una serie de creaciones que personifican la soledad, la alienación, el coraje y la hostilidad como rasgos que caracterizan la condición humana de esa época. Para Bourgeois, con formación inicial en matemáticas, la arquitectura da orden, estructura y estabilidad al gran tumulto emocional que afecta su cuerpo y su mente.
Saltando de una técnica a otra, desplazándose entre figuraciones temáticas que van de la abstracción, la música, la naturaleza y los objetos, esta artista francesa no deja de plasmar una y otra vez la poderosa impronta del deseo en sus obras. Dramas personales que reflejan la memoria y la intensidad emocional de esta artista.
“La memoria en sí misma es una forma de arquitectura.”
Un “drama de sí misma” es como Bourgeois ha descrito su trabajo, percibiéndolo como un autorretrato de su vida. Los personajes en este drama incluye miembros familiares, pero también sus propias emociones son las que se han convertido en retratos.
Criaturas del mundo natural son fuente de inspiración. Formas que en la mente de Bourgeois devienen como figuras surreales producto de lo onírico, las reminiscencias de la pasión y el deseo. Animales e insectos, sus comportamientos y relaciones, son para esta artistas perspectivas de lo humano. Algunas de sus primeras pinturas muestran plantas y animales que a lo largo de su obra generan un bestiario del que se desprenden los arácnidos.
A pesar de ser reconocida por explorar una amplia gama de materiales y motivos, Bourgeois es tal vez mejor conocida por sus famosas esculturas de arañas. Piezas monumentales que refleja múltiples significados para esta artista como su madre, un protector contra los demonios o un antídoto contra enfermedades.
“La araña –¿porqué la araña? Porque mi mejor amigo fue mi madre y ella era inteligente, paciente, responsable, indispensable, ingenua, y tan útil como una araña.”
En el amplio trayecto que raza su obra, esta artista y escultora francesa, nacionalizada estadounidense, nos sumerge en el desconsolador mundo de las afecciones. A través de sus esculturas, Louise Bourgeois se ha convertido en una de las artistas más importantes del arte contemporáneo. Su escultura Maman de más de 9.27mts ha sido exhibida alrededor del mundo. Fundadora del denominado Arte Confesional, su obra hace referencia a temas como la traición, la ansiedad y la soledad como reflejo de traumas que atraviesan la caótica existencia del ser humano.
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