Crónicas Urbanas | La Generación Dorada del Arte Urbano Mexicano

La historia, para facilitar el adiestramiento de nuestras mentes controladas suele contarse cronológicamente, así es más fácil memorizarte que un Niño Héroe se amarró una bandera y se aventó de un castillo, asegurando también que nunca te preguntes ni reflexiones el por qué carajos el reverendo escuincle hizo eso (o si realmente pasó). La verdad es que nadie nos dice que la historia, en especial su ámbito cultural, artístico, creador, no tiene razón para colocarse sobre una línea del tiempo medido, al final, la belleza del arte cabe en su atemporalidad. La historia del arte urbano en México, se puede contar así, sin hilo conductor. Después de varias horas en internet, muchas páginas HTML y fotos de treinta por veinticinco pixeles, entendí que lo que estaba buscando no me lo iba decir señor Dios Google. El grafiti parece ser una conversación que siempre se puede tomar del aire, al mencionarlo siempre habrá alguien que tendrá un randomsísimo dato de información sobre algún grafitero que lleva veinte años tageando o sobre cómo en esa pared había algo bien cabrón y ya lo taparon. Lo mejor es que los verdaderos connoisseurs de esta práctica nunca te dirán una fecha ni un lugar exacto, puede ser que sólo lo vieron o lo escucharon y estas memorias y rumores son las fuentes más confiables y, a veces, las únicas.

Meis, Minoz, Cliec. Vew Crew (2006)

Kliec, Meis, Minoz. Vew Crew (2006)

Hows, Minoz, Cliec. Vew Crew (2006)

Minoz vivía en Ecatepec, cuando iba en segundo de primaria de regreso a su casa de la escuela iba por la calle viendo los rayones en la pared y se preguntaba a sí mismo “¿Qué rayos es esa mierda?”. Un día uno de sus compañeros llegó a enseñarle el dibujo de un cholo que le había hecho su hermano, “Es un grafiti, esas cosas que ponen en las paredes.” Quién sabe dónde se gestarán las inquietudes de la gente creativa o exactamente cuál es el proceso neuronal que hace que se active ese algo en el momento clave para hacer el impacto necesario e iniciar a un artista. A los quince años agarró una lata del taller de pintura de su tío, “Pensé, creo que estos son los elementos que se utilizan para esa madre.” se salió por primera vez de su casa y regresó como la persona que es hoy. “Tengo una foto de mis primeros aerosoles, hice un Spiderman y unas letras, es como del dos mil uno.” En los primeros años de este nuevo siglo, los afines al grafiti tenían aproximadamente diez años de pasado que admirar; la revista Aerosol publicaba los tags y los murales más impactantes, a los grafiteros más valientes, estaban los fanzines, compilando las historias de los municipios colindantes al D.F. donde crecía y vivía la juventud que México veía como simples delincuentes.  Había una serie que salía en VHS que se llama National Graffiti, “Para mí fue algo explosivo ver a güeyes metiéndose en el metro a pintar ilegal, en uno de esos videos había un vato que se llamaba Abske, él fue a pintar un avión al aeropuerto y esto detonó algo muy loco en mi cerebro.”

Videos by VICE

La foto del avión pintado detrás de un alambre de púas sirve de fondo en el video del audio de la canción “Sueños Enlatados” de la banda Pollos Rudos, parte del soundtrack de esta primera cinta.

La mecánica simple pero seria. Era salir a tirar bombas cada semana, el artista tenía que obligarse a trabajar un chingo, pero un chingo, era la única forma en la que los podían ver y así la gente los iba reconociendo más, “Ahorita si tú haces un mural lo subes a internet y miles de personas te pueden conocer en un minuto.” Es algo muy afortunado haber podido vivirlo como fue en sus inicios, se veían las seis de la mañana en tal punto y de ahí se iban a los vagones., “Todavía existe, pero ya no es así, esta parte del grafiti es totalmente ajena a muchos.”

News, Saner, Hows, Odher, Dhear, Cliek, Smithe, Kritik, Meis, Minoz (2008)

Minoz y Meis Centro Histórico

El grafiti era algo muy personal, era la experiencia de salir solo a hacer algo que todos consideraban un crimen, era salir a inventar tu estilo y hacer un reflejo de tu identidad en la pared.  A forma de tribus, estos individuos se encontraban y formaban grupos. Había juntas de crew cada ocho días, para cotorrear y salir a pintar, él siempre se iba con los guerreros a ilegalear. El crew, como él lo explicó, era como tener un respaldo, “en las noches había veces que pensaba que estaría chido que fuera alguien conmigo para que me tirara un paro por cualquier cosa jaja. Hasta para tener a alguien con quien platicar.” Camaradería, una guerrilla que se peleaba solo, en un grupo. En la secundaria conoció a Kritik y a Meis, unos años después se unieron a Ohder-Hows y Kliek y formaron VEW. Cada uno pintaba a su estilo, pero decidieron hacer algo más organizado, “En vez de hacer loqueras pedimos una pared, la fondeamos todos y pintamos en los mismos colores. La gente empezó a reconocernos, ese estilo no se hacía tanto.”

Minoz (2007)

Los grafitis van desde plasmar un acrónimo en trazos rápidos hasta produs más complejas. La evolución es orgánica y es interna, es una exigencia a uno mismo, “Siempre quise llevarlo a más, en vez de hacer letras de ilegal empecé a hacer monos.” Empezaron tan naïve como el grafiti que está a la vuelta de tu casa, después los VEW fueron agregándoles forma, músculos y ropa, al final se convirtieron en personas. El ethos del arte urbano vive en la chinga, en el esfuerzo y en querer más de esa superficie vertical; el eterno Judas del arte es encontrar el sustento para hacerlo. Es casi inevitable trabajar con marcas, pero por el lado positivo el artista urbano ya no tiene que luchar tanto, “Tengo muchas anécdotas, imagínate, cuatro horas caminando con unas putas escaleras para llegar al spot. Acabas de pintar y ahora regrésate con ellas. Ahorita ya no, llegas y ya está todo, es bueno saber que ya no estás tú sólo contra un muro o un mega muro.” Para Minoz el dejar de lidiar con los inconvenientes que trae una vida de hacer grafiti legal, no sólo creo sustento sino tiempo, tiempo para hacer lo suyo todo el día. Es algo que tiene el grafiti, hasta en la composición más sencilla, ese deseo por marcar, sin importar la hora o el lugar y para algunos la calle se volvió un límite a la posibilidad de lo que se podían apropiar. El ilegal sigue siendo dueño de la calle y no se va a detener, “Los DNC eran un pasadez de lanza, el HUMO, el PEKE el MIBE esa banda que cuando yo empecé ellos ya estaban bien pasados de lanza, hacían produs muy complejas. Esos güeyes fueron la primera escuela de grafiti muralista. Y los ilegales que hasta hoy siguen activos, es una vida de respeto.”

Fragmento de video NATIONAL GRAFFITI

A secas, no todo el mundo tiene la capacidad de alma para ver un mundo en una pared, no todos tienen el valor para decidir un día que una lata de aerosol puede o puede que no darte una vida. Hoy la gente tiene poco deseo, ímpetu y mucho internet, demasiadas opiniones y poca técnica. Somos avaros y queremos ver el arte urbano como una corriente musical. Tiene sus diferenciaciones y sus técnicas, pero finalmente es un continuo que gente como los VEW siguen estirando para representar esa otra cosa que como fue unas letras con dimensión ahora puede ser un cuerpo escapándose de un mural. El artista tanto como el arte merecen un respeto, no es diseño, se puede convertir en diseño, pero en su principio se tiene que entender como la pasión que lleva a alguien a decir voy a hacer esto por mí y no por una campaña publicitaria. 

Kliec, Minoz, Kritik. Vew crew (2005)

Minoz (2006)

En cuanto si el arte urbano está muerto o no, a Minoz no parece importarle, “Podría tener otro trabajo para tener un ingreso, pero por la tarde seguro me iría a pintar, si no se vende no es algo que me vaya a quitar el sueño, el arte no lo haces para vender. Hago lienzos porque tengo tiempo y de repente tengo un chingo de cuadros de todo eso que me gusta pintar y me digo, ¿por qué no exponerlo y conseguir un ingreso extra? No es que diga, ahora sí me voy a sentar aquí y voy a hacer 10 cuadros y los voy a vender, no sé, no me gusta.”

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