Era la primera vez que Just JP actuaba en All Star Mondays, el popular show drag en el bar gay de Boston, ahora cerrado, Machine. El lugar tenía un gran escenario con una pasarela estrecha que se adentraba en la pista de baile. Just JP estaba actuando con “Candy Man” de Christina Aguilera, y su plan era comenzar de espaldas a la audiencia y darse la vuelta cuando la voz de Aguilera se escuchara en la pista.
“Cuando me di la vuelta, no hice los 180 grados”, recordó Just JP, de 30 años. “Así que cuando empecé a caminar, salí del escenario y me caí”.
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En ese momento, con la adrenalina a flor de piel, Just JP recordó las sabias palabras de Tyra Banks: inmediatamente se echó el pelo hacia atrás y posó y “nadie se dio cuenta, incluyéndome, de que me había roto dos dedos del pie”.
Sus dedos tardaron mucho en sanar, sobre todo porque Just JP hace sus performances en tacones. Años más tarde, sigue sintiendo la lesión, con la que dice haber aprendido a vivir. No es la única drag que se ha lesionado en el escenario; el drag tiene un gran efecto en el cuerpo de las personas que lo hacen.
A Theillustriouspearl, una reina de Brooklyn, una vez se le atoró el dedo del pie en la puerta del camerino antes de un show, y casi se lo arranca. Subió al escenario con el pie envuelto en una gasa y metido en el zapato. “El número que tenía que interpretar era una versión de ‘California Dreamin’ de The Mamas and the Papas”, le dijo Theillustriouspearl a VICE. “Tenía que jugar mucho con los pies para la interpretación y pensé, ‘No puedo creer que esté sangrando’, traté de fingir que no pasaba nada y seguí con el show”. Tuvieron que coserle al día siguiente.
El drag es una forma de arte que tiene que ver con la ilusión o la belleza, algo que puede ocultar una dura realidad física cuando se trata de la forma en que impacta a las personas que lo hacen. Dar patadas altas, hacer splits, death drops y bailar con botas de plataforma, el tipo de performance que el público espera, además de trabajar en clubes hasta las 4 am, puede afectar la salud de una persona, especialmente si no tiene seguro. Y aunque las lesiones físicas por bailar y dar vueltas pueden ser la forma más obvia en que lxs artistas drag se lesionan, hay muchos otros aspectos del trabajo que pueden afectarles, desde la hairografía (coreografía que utiliza mucho movimiento con la cabeza para hacer que el cabello se mueva), hasta las quemaduras por usar cinta adhesiva y los efectos negativos en su salud mental. Sin embargo, este es el escenario al que se enfrentan muchxs drags.
Incluso entre lxs artistas drag con un nivel más avanzado, esto es un problema. En la novena temporada de RuPaul’s Drag Race podemos darnos una idea de los peligros que conlleva el drag cuando Eureka O’Hara se rompe un ligamento durante el desafío “Ultimate Cheer Battle Extravaganza” en el segundo episodio. Estaba intentando hacer un split cuando escuchó un crujido. Eureka O’Hara no fue la única reina herida durante ese episodio; Charlie Hides reveló después de la temporada que se rompió las costillas durante un desafío y que “se cubrió las costillas con cinta adhesiva y tomó muchos analgésicos” durante el resto de la competencia.
Sin embargo, RuPaul’s Drag Race ha popularizado un tipo de drag muy específico, que ha ejercido presión sobre otras reinas por tratar de estar a la altura de las expectativas del público, algo que puede llevarlas a tomar riesgos con su cuerpo que de otro modo no tendrían.
“Todo el mundo, cada cuerpo, es diferente”, dijo Just JP. “Lo que significa que no existe una experiencia universal alrededor del drag. Las personas tienen diferentes niveles de habilidad. Y también, cada quien toma la decisión de cuánto quiere arriesgar su cuerpo”.
El simple hecho de ponerse un vestuario puede ser doloroso. Muchas veces, el tuck (técnica en la que se ocultan los genitales masculinos para que se parezcan lo máximo posible a los de una mujer) requiere literalmente pegarse los genitales al cuerpo. Pegarse las cejas puede hacer que la piel se pele con el tiempo, y algunas de las cintas y adhesivos que usan para pegar partes de sus vestuarios pueden llevarse la piel cuando se los quitan. Theillustriuspearl dijo que cuando era una joven le aconsejaron que usara pegamento de uñas para pegarse los aretes y esto provocó que la capa superior de su piel se quemara. Muchxs drags hacen sus propios vestuarios, y usan tocados demasiado pesados o mal construidos que pueden dañar sus cuellos (al igual que la hairografía). Las fajas son incómodas y pueden dificultar la respiración durante el show, al igual que ceñirse o pegarse el pecho con cinta adhesiva para los drag kings (y los impactos a largo plazo de fajarse los pechos están bien documentados).
Cada artista decide cuánto quiere arriesgar su cuerpo, pero esas decisiones no existen en un vacío. Un show en un club, por ejemplo, vendrá con diferentes expectativas en cuanto a vestimenta y performance que presentarse en una biblioteca a contar cuentos. “Puedo optar por no usar faja y no hacerme tuck y no usar tacones”, dijo Just JP. “Pero si hago eso y me presento en un club, sé que la respuesta de la gente, y el dinero que gane, no será igual, será menos. Entonces, las decisiones que tome en cuanto qué hacer con mi cuerpo o no, dependen de cuánto dinero necesito ganar”.
Muchxs artistas tienen trabajos de tiempo completo además de hacer drag en las noches y los fines de semana, lo que lleva al desgaste y al agotamiento, dos cosas que pueden hacer que las personas sean más propensas a lesionarse. LÜCHI, un dúo de drag con sede en Seattle, Washington, trabaja todos los días. Lü Noir trabaja en cosmética, mientras que Chi Noir es barista (ambxs tienen 27 años). Casi todo su tiempo libre está dedicado a LÜCHI, que existe desde hace tres años. Lü Noir lleva cuatro años haciendo drag, mientras que Chi Noir lleva seis años y 11 siendo bailarina.
Por mucho que amen lo que hacen, todo tiene un costo mental. “El desgaste mental de armar un performance que la gente pueda disfrutar es mucho”, dice Chi Noir. “Además, si quiero ser una reina política, y llevar una agenda política en mis performances, especialmente cuando se trata de personas negras queer y trans, el esfuerzo mental que se necesita para saber si mi show será entretenido o si encajará con lo que estoy tratando de decir, es mucho”.
Otra parte del costo mental es lo que Just JP llama “cambiar el dolor emocional por dolor físico”. En sus vidas personales, lxs artistas drag pueden tener dificultades para aceptar sus cuerpos, o sentirse atractivxs. Y lidian con eso cambiando sus proporciones, cambiando sus cuerpos, usando fajas, haciendo tuck o usando cinta para la cara para crear una apariencia más “fashionable”.
“Muchos minimizamos o descartamos el dolor que proviene de hacer drag porque al mencionarlo rompes esa ilusión para la gente y eso puede afectar nuestros ingresos”, dijo. “La verdad es que es menos probable que la gente le dé propina a un artista que se queja de los dolores que siente en comparación con otro artista que no lo hace. Nuestro trabajo como intérpretes es ser el alma de la fiesta y ofrecer a la gente un escape. Y muchas veces eso significa ocultar las partes del drag que no son glamorosas”.
Algunxs artistas han encontrado la manera de incorporar ese dolor en sus shows. Hollow Eve, miembrx del elenco de la tercera temporada de Dragula, ha hecho del dolor parte de su personalidad. Por ejemplo, a veces usa grapas en la cara para jalarse la piel o juega con las perforaciones en el escenario. Hace visible el dolor físico y emocional de hacer drag, que muchas veces es invisibilizado.
Además de las lesiones relacionadas con el drag, los drag kings enfrentan un costo mental único que difiere de las experiencias de las reinas. A medida que han cerrado más bares de lesbianas y espacios queer no diseñados para hombres gays cis, muchos drag kings se encuentran haciendo shows junto a una serie de reinas.
“Cuando pasas mucho tiempo en espacios diseñados para hombres gays cis, hay mucha misoginia y desvalorización de lo que las mujeres asignadas al nacer (AFAB, por sus siglas en inglés) aportan”, MT Hart, un drag king de 25 años de Boston, le dijo a VICE. “Surgen muchas cosas desagradables, sobre todo cuando las personas AFAB son drag queens, existe la idea de que, como mujeres, de alguna manera tienen menos derecho a realizar esta feminidad exagerada que los hombres”.
La mayoría de lxs artistas drag son empleados particulares que no tienen acceso a la atención médica a través de los clubes nocturnos o lugares donde se presentan. Esto no solo les impide buscar atención médica por lesiones o enfermedades, sino que también significa que la terapia y otros tratamientos de salud mental podrían no ser accesibles para muchxs de lxs artistas que lo necesitan. Sin seguro o el tipo de colchón financiero que aliviaría la carga de los shows perdidos para cuidar su salud, algunos han tenido que recurrir a la comunidad, financiando colectivamente su proceso de recuperación o procedimientos médicos.
“La única razón por la que estoy en Drag Race es para poder pagar un seguro médico algún día”, dijo Monét X Change en una escena eliminada de la décima temporada del programa. Queens The Vixen, Monique Heart y Asia O’Hara se unieron a la conversación, y hablaron sobre el costo físico que conlleva el drag (Monét X Change tiene problemas en las rodillas; The Vixen bromeó diciendo que su cuota es más alta porque hace death drops) y lo difícil que es ser constantes en el cuidado de su cuerpo.
“Algo que es peor que no tener seguro médico es no poder darse el lujo de faltar a un show para ir al médico”, dijo Asia O’Hara. “Pagar por atención médica o lo que sea es una cosa, pero cuando te enfermas y no puedes ir a trabajar durante todo un fin de semana, eso te retrasa seis meses [económicamente]”. Monique Heart lo confirmó al hacer un show con un brazo roto.
No hay un sindicato para las drag queens, lo que Chi Noir cree que es “una de las grandes cosas que nos frenan”. Y lxs artistas más marginadxs, y lxs que no tienen una plataforma como Drag Race, son lxs que se llevan la peor parte.
“Como cultura, decimos que ciertas cosas son solo pasatiempos o simplemente un trabajo extra”, continuó Chi Noir. La gente pregunta “¿y cuál es tu trabajo real? Esa mentalidad debe cambiar primero antes de que haya espacio para hablar sobre la obtención de un seguro médico”.
Por ahora, la comunidad sigue cuidándose lo mejor posible. Theillustriouspearl tiene una rutina de estiramientos para tratar de combatir los dolores y molestias que ha sentido en su cuerpo a medida que envejece; dijo que su cuerpo no es el mismo a los 29 años que cuando empezó a hacer drag a los 20. También usa sus obstáculos como su fortaleza, que es algo que lxs artistas discapacitados también hacen. (Lxs artistas drag con discapacidades físicas pueden optar por incorporar sus aparatos de movilidad o características únicas en su acto).
“Afortunadamente, lo que pasa con el drag es que tienes toda la creatividad del mundo para hacer que funcione para ti y tus limitaciones. Y muchas veces, tu limitación se convierte en tu marca”, dijo.
Sin embargo, mientras el público espere ver los movimientos extravagantes y atléticos a los que se ha acostumbrado a ver en la televisión, algunxs artistas sentirán la necesidad de esforzarse al máximo para obtener mejores propinas, y al mismo tiempo pensar en cómo pueden adaptar o mejorar su arte para los próximos años.
“Mi sueño es hacer menos, pero que me paguen más”, dijo Chi Noir. “Quiero construir un imperio y crear equidad para no tener que depender de esos números asombrosos para tener más propinas. Quiero que haya la suficiente equidad para no tener que hacer eso nunca más”.
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