Cuando los Cramps y los Mutants invadieron un hospital siquiátrico

Todas las fotos de Ruby Ray.

Este artículo fue publicado originalmente en Noisey, nuestra plataforma de música.

El patio es pequeño, demasiado pequeño si conoces su historia. El escenario realmente no es un escenario, más bien es un patio de concreto elevado, que seguramente tiene 3 metros de fondo con 9 metros de ancho. Decorando el patio se halla un muro cubierto de garabatos con seis músicos pintarrajeados. Fue pintado por los pacientes bajo la supervisión del personal del hospital.

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El lugar es bastante inquietante, pero fue diseñado de esa manera. Me autorizaron visitar el patio del Programa Central de Servicios (CPS por sus siglas en inglés), ubicado en las inmediaciones del hospital perteneciente al departamento del estado californiano de Napa, o como lo conocen sus habitantes: Napa State. Unicamente podía visitarlo acompañada de un ecolta y cuando los pacientes estuvieran en otro sitio.

El lugar está rodeado de oficinas, una sala de usos múltiples, un salón de belleza, una clínica de terapia ocupacional, un estudio de arte y un cuarto para revisar y catalogar de correo. Mi anfitrión fue Jaye Vanderhust, oficial de información y jefe de servicios de rehabilitación del centro Camille Gentry; me comentó que el muro fue pintado hace 36 años.

A pesar los vestigios, es difícil imaginar que este patio fue el recinto de un legendario concierto de rock.

No obstante, algo pasó aquí. El 13 de junio de 1978, The Cramps y The Mutants tocaron un show de punk en esta institución psiquiátrica. Fueron vistos por prácticamente nadie: una docena de punketos devotos, que se transportaron con las bandas desde San Francisco, y tal vez unos 100 o 200 pacientes, además del personal del hospital.

El concierto pudo haber sido olvidado casi por completo, o relegado a ser un simple mito. Pese a esto, una pequeña operación llamada Target Video registró por no más de 20 minutos la interpretación de The Cramps. El evento fue documentado por medio de una cámara Sony Portapack.

A lo mejor has visto el video. En ese caso, seguramente lo recuerdas.

Las imágenes en blanco y negro están distorsionadas y mal iluminadas. El audio es muy burdo. Es un espectáculo aterrador. The Cramps no hicieron ningún esfuerzo por apaciguar a los espectadores mentalmente dañados. Tampoco se ríen de las bromas de los internos. Solo tocan.

Lux Interior, que en paz descanse, chilla y se retuerce. El guitarrista Bryan Gregory, que murió a causa de un infarto en 2001, sonríe durante todo el set con un cigarrillo clavado en su boca. Podría ser la excentricidad de Mabuhay Gardens o la suciedad de Max’s Kansas City, excepto que la participación de la audiencia es realmente inusual.

Después de tocar “Mistery Plane”, Lux les dice, “Nos llamamos The Cramps, somos de Nueva York, y manejamos alrededor de 5,000 kilómetros para tocar”.

“¡Jódete!”, grita alguien desde el público.

“Y alguien me dijo que todos ustedes están locos, pero no estoy tan seguro de eso”, continúa Lux. “Para mí se ven bastante bien”.

En el video es difícil distinguir entre los pacientes y los amigos pachecos de la banda.

Me obsesioné con este video, en parte porque vivo en Napa —conocido por su institución psiquiátrica y en décadas recientes por su producción de vinos— por lo que paso por este hospital frecuentemente. Pero aún más, porque el video desata varias preguntas que realmente son una misma: ¿Qué chingados? ¿Cómo pasó esto? ¿Quién estaría de acuerdo con tener un concierto de punk en un pabellón psiquiátrico?

La respuesta es Bart Swain, quien ahora está retirado y todavía reside en Napa.

En junio de 1978, Swain acababa de ser contratado como especialista de la unidad CPS. Un día recibió una llamada telefónica de un tal Howie Klein. Klein estaba ayudando a Dirk Dirksen a programar ciertas fechas para algunas bandas, con la condición de que no fueran en el Mabuhay Gardens. Debido a esto, a Klein se le ocurrió una propuesta muy especial para Swain. Klein dijo que tenía una banda, The Readymades, algo así como un grupo con una nueva tendencia, que estaba dispuesta a tocar de forma gratuita en el hospital.

Swain tomó la oportunidad de inmediato. Cuando los músicos arribaron a Napa ese día, no eran The Readymades. Eran The Mutants y The Cramps. Klein no recuerda las circunstancias, pero supone que simplemente estaba ajustando las cosas en el último momento.

Para The Mutants, una banda bastante fluida que estaba conformada de personas sin ningún antecedente musical, esta tocada era una nueva oportunidad para empujar los límites de su interpretación en vivo. Una vez tocaron en el interior de una gigantesca caja de cartón. En otra ocasión, tocaron en una escuela para niños sordos. Los niños salieron en pijamas a inflar globos para poder “sentir” la música.

Cuando The Mutants empezó a tocar en Napa, Swain empezó a preocuparse de manera casi inmediata de que este concierto se convirtiera en la razón de su despedido.

No tuvo nada que ver con la forma estridente con la que tocaban. Swain resalta que previamente había hecho presentaciones musicales en el hospital: cuartetos de cuerdas, bandas de blues, a la hija de Van Morrison y, claro, una banda local de punk. Swain era un veterano de la guerra de Vietnam con antecedentes de enfermería con un perfil humanista, y siempre estaba ansioso de otorgar nuevas experiencias a sus “clientes” .

Lo que realmente le consternaba eran las cámaras, y el video, que parecía estar apuntando directamente a la interacción entre los residentes y los miembros de las bandas, una violación obvia a la confidencialidad de los pacientes.

En retrospectiva, Swain resalta que hubiera cancelado el concierto de no haber sido por la presencia de su jefe, Alan Beals. Tomando en cuenta que Swain acababa de obtener el empleo, se abstuvo de cualquier acción para fijarse en la reacción de Beals. El jefe lo dejó pasar.

Los músicos no recuerdan prácticamente ningún detalle del show. La mayoría de ellos describe una breve pero rara sensación de pánico que se desvaneció cuando la música empezó a retumbar. Todos eran alienígenas en cierto sentido, por lo que establecieron una conexión.

“De verdad lo único que resalta de toda esa experiencia, fue la sensación de irrealidad en la situación”, relata el guitarrista de The Mutants. “La gente se reía de forma inexplicable cuando decías algo por el micrófono, o las personas no podían mantener ningún tipo de contacto visual por más de un minuto. Algunos tenían problemas que eran bastante obvios. Era como ir a Marte, en términos de la interacción con la audiencia”.

“Fue una cosa maravillosa”, de acuerdo con Jill Hoffman-Kowal de Target Video. “Lo que hicimos por esas personas fue liberador. Realmente se divirtieron. Pretendieron cantar, saltaron al escenario. Fueron un par de horas de libertad absoluta. No juzgaron a las bandas, y las bandas no los juzgaron”.

Hoffman-Kowal dice que ella y Joe Rees —el fundador de Target Video— probablemente estrenaron la grabación en un programa de televisión pública de media hora que producían una vez a la semana. Dice que es posible que el filme haya sido proyectado en un par de conciertos.

Hasta este día, varios misterios siguen presentes. La razón por la cuál The Cramps aparece en el video y The Mutants no, sigue siendo el más comentado.

Fácil, dice Hoffman-Kowal, The Cramps tocaron primero, cuando la iluminación era buena. Era demasiado oscuro para filmar a The Mutants. Pero con un poco de tiempo, la memoria hace que los recuerdos reluzcan. Por la iluminación percibida en las imágenes del fotógrafo Ruby Ray en el video de Target Video, es claro que The Mutants abrieron el concierto para seguir con The Cramps, y no viceversa. Así fue como Klein originalmente lo describe para la revista New York Rocker. ¿Por qué sólo filmaron a The Cramps? Nadie parece tener la respuesta.

“Estaba enojado con Joe”, dice Fritz Fox, que se hacía llamar Freddy Mutant en ese tiempo. “Él sacó un CD o un DVD con la presentación de The Cramps ¡Debimos haber sido nosotros!”

El estado de Napa era un lugar relativamente meloso, casi pastoral, en el que las personas con una enfermedad mental podían tratar sus problemas. Ahora, está infestado de “pacientes forenses”, los cuales son personas sentenciadas a una institución por haber cometido un crimen. A veces crímenes violentos.

Treinta y cinco años después, Jaye Vanderhust me dijo que los pacientes forenses apenas formaban parte del 20 por ciento de la población que residía en el hospital. Ahora son más del 80 por ciento. El hospital del estado de Napa se ha vuelto un lugar peligroso. Un técnico psiquiátrico fue estrangulado en la circunferencia de sus instalaciones en octubre del 2010. Dos meses después, un terapeuta de rehabilitación sufrió fracturas craneales en manos de un paciente. Es por eso que cercaron todo el lugar con púas y mantienen un portón casi ridículo en el que fui recibido por el equipo de CPS.

A pesar de esto, los pacientes aún reciben presentaciones musicales. Pero nunca volverán a gestionar un show como el de The Mutants y The Cramps del 78, un concierto que podría ser la mera definición de lo que es el punk rock, a pesar de que en esa época no se viera de esa forma.

“Todos los días pensé que el abismo del punk era exactamente eso”, dice el fotógrafo Ray. “Fue un periodo épico”.