Hay quienes dicen que cuatro ruedas mueven el cuerpo, pero los motociclistas pensamos que dos ruedas mueven el alma. Desde la llegada de las primeras motocicletas de producción masiva, miles de colombianos adoptaron esta frase como filosofía de vida.
Más de 60 años después de ese arribo, dicho mantra rige mi vida. No soy el único: Edison Valencia, dueño del taller L.Trece Moto Classic y restaurador de scooters Lambretta desde 2001, a quien tuve la oportunidad de conocer, piensa lo mismo.
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Un poco de la Lambretta: la marca nació en la posguerra italiana cuando Ferdinando Innocenti perdió su fábrica metalúrgica y, con la finalidad de salvar su negocio, encargó a Corradino D’Ascanio (creador del helicóptero moderno) el diseño de un medio de transporte sencillo, económico y fácil de manejar. El resultado es una scooter mundialmente icónica que cambió la historia de estas máquinas en nuestro país.
El “negocio, socio” de los 60 es una exquisita pieza de ingeniería italiana que nos ayuda a entender cómo nació la pasión por las dos ruedas en Colombia. A continuación, algunos datos sorprendentes luego una de una grata conversación con Edison.
- Las Lambrettas estuvieron entre las primeras motocicletas de producción masiva en llegar al país. A finales de los 50, desembarcaron desde Italia. Luego, pasaron a ser ensambladas en Cali por Auteco.
- Lejos de los tintes fashionistas del presente, estas scooters eran herramientas de trabajo: sus primeros pilotos fueron curas en pueblos (era muy común verlos en Lambrettas) panaderos, carteros, campesinos y militares en las bases aéreas de La Dorada y Cali.
- También se usaban como vehículos de apoyo en La Vuelta a Colombia entre los 60 y 70, cosa que contribuyó enormemente a su popularidad.
- “Colombia es el país latinoamericano donde hay más Lambrettas. En otros continentes se sorprenden y hasta piden repuestos”, afirma Edison. Es relativamente fácil conseguir partes para restaurarlas porque los pueblos están llenos de ellas.
- En los 60 y 70 el gran paseo en moto era Bogotá-Girardot. En esa época, la carretera era precaria. La anécdota es que cuando los pilotos de motos grandes llegaban a Girardot, los de las Lambrettas ya se habían tomado una pola. Impresionante evidencia de la robustez de estas máquinas.
- Frecuentemente, el abuelo la compró, el hijo la heredó y el nieto la restauró: “es muy bonito cómo generación tras generación se disfruta una misma moto.”
- “En las carreras de motos de los 60 en Colombia, participaron Lambrettas y llegaron a ganar contra motos mucho más grandes: Triumph, BSA, BMW”
- Una Lambretta bien restaurada puede costar 10 mil euros en Europa. En Colombia, cuestan entre 10 y 15 millones de pesos.
- Los verdaderos fanáticos tienen más de una Lambretta: Entre dos y seis. Edison tiene ocho. Uno de sus clientes tiene más de 20 en Medellín.
- “Al restaurar una moto de 60 años la historia es inesperada: Ha podido pasar por seis dueños, puede tener un muerto encima, pudo haber sido de un sicario o de un ladrón”.
- Edison ha viajado Bogotá-Cartagena y Bogotá-Santa Marta en sus Lambrettas restauradas: “Siento respeto por el trabajo de los creadores, también por el diseño original. Mi aporte es el valor agregado de hacer andar un aparato de sesenta años y que te lleve a todos lados.”
- “Andar en moto y restaurarlas es un aprendizaje de vida: Ponen a prueba tu paciencia y tu audacia”.
Vean el taller y algunas de las motos que Edison tiene en su taller en estas fotos
El domingo 24 de este mes se llevará a cabo el evento Mods Vs. Rockers, un festival donde las motos clásicas son para acelerar a fondo.
¡Nos vemos en la pista!