Los chilaquiles están dentro de la categoría divina de los curacrudas. Sí, ese paraíso monchoso –donde también está el ceviche, todos los tacos, el caldo de camarón, la torta ahogadas, los huevos o los hot cakes– en el que nos refugiamos cuando tenemos una infernal resaca.
Totopos bañados en salsa, con crema y queso para revivir, pero en El Dorado DF no se conformaron con eso y le agregaron chistorra, carne asada, chicharrón, nopales y aguacate para crear los golosísimos: chilaquiles molcajetes.
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Óscar Cardoso (34), el propietario de este food truck, es originario de San Juan del Río, Querétaro, y se mudó a la Ciudad de Mexico para estudiar música. Por azares de la vida acabó trabajando como creativo 10 años y más tarde dejaría eso para abrir su propio negocio de comida.
Las jornadas laborales lo convencieron de emprender. “La idea surgió porque en las agencias se consumen muchos chilaquiles los viernes, todo mundo está crudo y la verdad es difícil encontrar unos realmente buenos. Probé muchos, empecé a estudiarlos y a pensar cómo serían los ideales”, nos cuenta Óscar.
Lo que comenzó con una resaca se convirtió en un negocio, en poco tiempo ya había hecho el plan empresarial, tenía la marca y compró a un amigo un camión ya adaptado. Así, El Dorado DF comenzó a rodar por la ciudad el 30 noviembre del 2013.
Una de las cualidades de El Dorado DF es su atención a los detalles: sus totopos para los chilaquiles son horneados, utilizan desechables orgánicos y compran insumos locales, según Óscar porque buscan que su comida sepa “como si la abuela nos prestara sus manos para cocinarla”.
Para Óscar, su abuela Ofelia es una figura importante. Gracias a ella se acercó a la cocina desde niño y ahora la siente más cerca con su negocio. Dice que le apasiona cocinar y servir todos los días, y agrega: “Si sólo lo haces por dinero, es probable que lo logres, pero no lo vas a disfrutar de la misma forma y se puede volver pesado, es un trabajo duro y vas a sudar”.
Además de recorrer varios puntos de la ciudad, es posible encontrar este food truck en eventos masivos como festivales musicales, una opción más para comer mientras aparece tu banda favorita o si ya te excediste en la dosis de cerveza. Y también es posible rentarlo para eventos privados.
Por ahora, El Dorado DF seguirá siendo nómada, pero la siguiente etapa es encontrar un local, mientras dentro de la cocina Óscar y sus cocineros siguen desarrollando recetas nuevas.
Si deseas contactarlos puedes escribirles a sebuscancrudos@gmail.com. (No es broma). El “SE BUSCAN CRUDOS” fue la mini campaña de lanzamiento de El Dorado DF y se convirtió en su eslogan. “Lo íbamos a quitar para no asustar a quienes no bebieron la noche anterior, pero ya se nos quedó tatuado”, dice Óscar.
Y vaya que han encontrado crudos, pues mientras preparan tu orden te ofrecen un caldito de camarón sanador.
Lo que más venden en festivales masivos, es la torta de rib eye con chiles toreados y en las mañanas, los chilaquiles en orden o torta. ¿Y cómo no? Si estos chilaquiles molcajete son la razón por la cual la cruda deja de ser miserable y se convierte en un buen momento.
Este artículo fue publicado originalmente en septiembre de 2016.
El Dorado DF food truck
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