Los ludópatas españoles son cada vez más jóvenes

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ESPAÑA

Los ludópatas españoles son cada vez más jóvenes

El 36% de los ludópatas empiezan a jugar cuando aún son menores, a día de hoy las salas de juego están llenas de jóvenes en busca de dinero fácil.

Los 5 duros que Manuel* apostó a los números 6,18, 17 y 16 en una máquina tragaperras se convirtieron en 2.500 pesetas. Solo tenía 15 años y se sintió hombre por primera vez. Parecía que la suerte estaba de su lado, pero fue entonces cuando empezó una tortuosa relación con los juegos de azar.

Lo que aquel día no se imaginó es que 19 años más tarde seguiría luchando contra la ludopatía que, con la irrupción de los juegos y las apuestas deportivas online, afecta a una población cada vez más joven.

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La historia de Manuel —que prefiere usar un pseudónimo— casa con las estadísticas: el 36% de las personas que desarrollan una adicción al juego, se iniciaron siendo menores de edad, según el estudio de los factores de riesgo del trastorno de juego realizado por la Dirección General de la Ordenación del Juego (DGOJ) en 2017, el primer estudio de este tipo a nivel nacional.

"Ya no es una creencia, sino un hecho empírico. Hay más oferta, más acceso y una disponibilidad 24 horas todos los días del año, lo que genera mayores tasas de adicción", afirma la jefa del departamento de Psiquiatría del Hospital Universitario de Bellvitge, Susana Jiménez.

El 36% de las personas que desarrollan una adicción al juego, se iniciaron siendo menores de edad, según el estudio de los factores de riesgo del trastorno de juego realizado por la Dirección General de la Ordenación del Juego

La doctora explica que en el último año el perfil de jugador patológico está cambiando: hace unos años el perfil general era de un varón, con estudios primarios o secundarios, soltero, activo laboralmente y de entre 30 y 35 años de media. "En 2016 vimos una disminución en la edad de consulta. El 3% de pacientes llegaron a nuestra unidad siendo menores de edad".

La psiquiatra dice que se está dando un nuevo fenómeno muy inusual: chicas jóvenes que padecen juego patológico. "Antes, las mujeres que tratábamos eran de edad media y usaban el juego como antidepresivo, para bloquear sentimientos de soledad e insatisfacción. Ahora se han adentrado mujeres muy jóvenes movidas por el deseo de ganar dinero rápido o para entretenerse", explica Jiménez.

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Manuel durante la entrevista. Fotografía por Sara Rosati

Para cuando Manuel cumplió la mayoría de edad, ya estaba enganchado. "Me hice un grupo de amigos con los que jugar, que mantenía aislados de mi vida personal", cuenta. "No compartía mi adicción con nadie. Me volví un mentiroso compulsivo con mi entorno más cercano". Fue entonces cuando las máquinas no fueron suficientes y Manuel decidió iniciarse en el póker online. "Cada vez jugaba más horas, me desvinculó de vivir", explica.

Un 30% de los participantes en el estudio confiesa que realiza apuestas en internet. Dentro del grupo de jóvenes de entre 18 y 30 años, esta cifra aumenta al 56%. "Los nativos digitales se sienten muy cómodos en el juego en línea", afirma Jiménez. También el juego online ofrece una ventaja fundamental: el anonimato.

"No compartía mi adicción con nadie. Me volví un mentiroso compulsivo con mi entorno más cercano" — Manuel

"Cuando era jugador tenía que dar explicaciones, salir a la calle, dar la cara. Ahora es completamente privado y directo. No hay control social", explica José Jiménez Medina, presidente de la Asociación Sevillana de Jugadores En Rehabilitación (ASEJER).

Manuel tocó fondo a los 28 años. "Gastaba de media al día unos 150 euros. Nunca era suficiente, tenía una tarjeta de crédito con un límite de 3.000 euros que, por supuesto, me gasté. También pedí préstamos en el banco para seguir jugando". Cuando ganaba, Manuel se sentía un triunfador, pero cuando perdía se sentía la persona "más desgraciada del mundo". Pese a ello, seguía apostando.

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Fotografía por Sara Rosati

"El dinero pierde su valor. Se convierte en una mera herramienta para poder seguir. El dinero del juego siempre acaba en el juego", sentencia. Un día le confesó todo a su madre, que lo llevó a ASEJER. Acudía a terapia dos veces en semana y se inscribió en una lista que le prohibía la entrada a salones de juego en todo el territorio español.

"Me sentía tan bien que decidí quitarme de la lista y empezar a trabajar en un Salón de Juegos", cuenta Manuel. Era muy bueno en su trabajo porque sabía decir lo que los jugadores necesitaban oír. Manuel los alentaba, él había sido uno de ellos y los comprendía.

"El dinero pierde su valor. Se convierte en una mera herramienta para poder seguir. El dinero del juego siempre acaba en el juego" — Manuel

"Tenía las máquinas ojeadas y llamé a un amigo para apostar a medias", cuenta. "Entonces comencé una recaída a lo grande. Jugaba a todo: tragaperras, ruleta, póker y apuestas". Según ASEJER, existe una tasa de recaída de un 50% en aquellas personas que no completan el tratamiento de dos años.

Los cinco primeros meses de 2017, esta asociación ha recibido a 90 nuevos usuarios, el doble que el mismo período del año anterior. "Es un récord de pacientes, con una media de edad muy baja, de 25 años", explica Jiménez Medina.

Fotografía por Sara Rosati

La psiquiatra explica que la adicción se está desarrollando en menor lapso de tiempo. "Ahora las consultas se realizan antes por dos razones: hay mayor concienciación pero también se generan deudas más importantes en menos tiempo, lo que acelera el proceso a unos tres años".

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Marina Jodar, de 19 años, lleva casi dos trabajando en salones de juegos. "Vienen chavales muy jóvenes, de 18 años. Suelen empezar para divertirse con los amigos, pero acaban viniendo todos los días", afirma sentada tras la barra del salón. Su trabajo consiste en atender las necesidades de los jugadores para que se sientan cómodos y puedan seguir jugando.

"Una vez tuve que esconder a un jugador en el almacén. Llevaba aquí encerrado tres días seguidos jugando, y vino su mujer a buscarlo" — Marina Jodar, trabajadora de un salón de juegos

"Marina, dame cambio", "Chica, un café solo" o "Niña, enciende la ruleta" son algunas de las frases más habituales. "Soy su psicóloga-mayordoma", ironiza Marina. La joven atiende sin cesar a unos ocho jugadores que apuestan en una tarde de agosto.

Aunque sean las cinco de la tarde, y fuera el sol abrase las aceras, el salón permanece completamente a oscuras, sin ventanas a la calle. Las parpadeantes luces de colores de las máquinas hacen que al entrar en el establecimiento se pierda la noción del tiempo.

Marina Jodar trabaja en un salón de juegos desde hace casi dos años. Fotografía por Sara Rosati

Las anécdotas con jugadores se agolpan en su recuerdo. "Una vez tuve que esconder a un jugador en el almacén", cuenta Marina. "Llevaba aquí encerrado tres días seguidos jugando, y vino su mujer a buscarlo". Marina dice que le gusta su trabajo, pero que debe lidiar con situaciones desagradables.

"He recibido amenazas por no dejar entrar a algún jugador conflictivo; he apaciguado reacciones violentas… Al final, trato con personas que tienen un problema de adicción. He visto muchas vidas destrozadas por el juego", concluye.

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"Desde la administración no nos dan apoyo porque el juego deja mucho beneficio a las arcas del Estado. Ellos también buscan su parte" — José Jiménez Medina, presidente de la Asociación Sevillana de Jugadores En Rehabilitación

Para generar una adicción al juego no influye un solo factor. Existen factores ambientales como el género, la edad, la facilidad de acceso o la publicidad; pero también hay factores de riesgo personales y psicológicos como la impulsividad, la búsqueda de sensaciones y la falta de autocontrol. La psiquiatra explica que la exposición a la publicidad y el márketing del juego online y las apuestas deportivas afecta a dos colectivos vulnerables: niños, jóvenes y adolescentes y personas que ya tienen problemas con el juego.

Desde ASEJER señalan directamente a la administración pública y a los empresarios del juego. "Las agresivas campañas publicitarias de las apuestas y juegos online hacen que el número de jugadores aumente, y por tanto también el número de adictos", explica José Jiménez Medina.

Fotografía por Sara Rosati

"El empresario del juego no tiene escrúpulos. Publicita el juego con ídolos deportivos para los jóvenes como Cristiano Ronaldo, Usain Bolt o Rafa Nadal. Hacen creer a los jóvenes que la felicidad consiste en jugar y ganar". Y apunta: "Desde la administración no nos dan apoyo porque el juego deja mucho beneficio a las arcas del Estado. Ellos también buscan su parte".

En 2015 se jugaron en España 33.396 millones de euros, un 11% más que en 2014, según el informe anual de la Asociación Española de Empresarios de Salones de Juego y Recreativos (ANESAR). El mercado online supuso un 25% del negocio, un 30% más que el año anterior. Y no ha parado de crecer tanto el número de jugadores, como el negocio del juego online desde que se reguló en 2012. En 2015 había una media de medio millón de jugadores en línea al mes, un 13% más que el año anterior. Dos tercios de ellos realizaban apuestas deportivas.

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Más del 70% de jugadores patológicos que completan la terapia consiguen salir del trastorno. Los expertos coinciden en que la clave del éxito es la abstinencia total y recuperar las relaciones familiares y sociales deterioradas por la adicción

Es sabido que los anuncios de tabaco están prohibidos, pero ¿por qué se publicita el juego online? José Antonio García García, Subdirector General de Gestión y Relaciones Institucionales de la DGOJ, explica que si bien el tabaco siempre produce efectos perjudiciales para la salud de los consumidores, el juego no afecta de la misma manera a toda la población.

"Es una actividad de ocio susceptible de generar problemas de adicción, pero en una proporción reducida en relación con el total de la actividad", afirma García. Desde el Ministerio de Hacienda están evaluando retomar la tramitación de un proyecto de Real Decreto que limite el horario y el contenido de la publicidad relacionada con el juego online.

Más del 70% de jugadores patológicos que completan la terapia consiguen salir del trastorno. Los expertos coinciden en que la clave del éxito es la abstinencia total y recuperar las relaciones familiares y sociales deterioradas por la adicción. Manuel afirma que ha dejado las apuestas y el póker. "Me acuerdo del juego todos los días. Ese es el pulso diario que tengo que ganar", dice.

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