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Marca España

Este inventor gallego conquistará España con su trucha mecánica gigante

"Aquí en Galicia genero más rechazo porque parece que se asustan de tanta libertad".
Todas las imágenes cedidas por el protagonista

Olvídalo todo. Tu trabajo, tus arraigos, tus metas y tus frustraciones. Olvídalo porque no vas a encontrar muchas respuestas cuando te preguntes en la absoluta soledad racional el simple pronombre "por qué". Por qué has llegado hasta aquí, a tu trabajo, a tus estudios o por qué tu entorno es tu entorno. ¿Lo has escogido o simplemente has aceptado lo que iba viniendo?

Oscar Rama es un ingeniero gallego de 56 años que abandonó la vida de corbata y maletín para dedicarse a materializar todo tipo de inventos que se le pasan por la cabeza. Lo hizo hace 12 años después de que se le quemara la casa y desde entonces procura dedicar todo su tiempo a sus pasiones, a hacer realidad sus ocurrencias sin importarle el dinero, los lujos o el qué dirán.

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Si nunca te has planteado la forma en la que vives o no sabrías explicar por qué, después de leer la inefable historia del inventor más peculiar de Galicia, vas a querer construirte una trucha mecánica a pedales de 8 metros y darte a la fuga. Es lo que ha hecho él.

He llegado a Oscar a raíz de un tuit sobre su trucha mecánica, y lo que he encontrado detrás del invento es una de esas historias que hacen tambalear tu existencia. Abróchate el cinturón porque todavía no ha hablado con ningún medio.

VICE: Buenos días, Oscar. ¿Por qué inventaste una trucha mecanizada a pedales de 8 metros de largo? No encuentro respuesta racional posible.
Oscar: Fue simple. Hace unos 6 años, me levanté un día y quería hacer un pez de 6 metros, aunque luego mediría un par más. Lo quise hacer así de grande porque hoy en día las cosas importantes son escasas, aunque no nos demos cuenta. Además, si hablamos de lo que envuelve a lo humano y la tecnología, todo se abarata y se hace más pequeño en todos los sentidos. Esto va en contra de ello.

También fue como un reto a raíz de un cabreo con los amigos porque quería hacer algo a nivel grupal y nunca podían. Hoy en día parece imposible formar una “tribu” con un objetivo común, hacer cosas en grupo, algo colectivo aunque sea con conocidos, así que decidí hacerlo todo yo para reivindicarlo.

Durante cinco meses estuvo trabajando en la trucha gigante de sol a sol

¿Y cómo fue la construcción?
Hice algunos bocetos que fui modificando sobre la marcha, y tuve que hacer cálculos de fuerzas de gravedad y de tracción. El primer mes, me lo pasé yendo de un punto de reciclaje a otro para conseguir los materiales. Todo es 100 por cien reciclado en mis inventos y lo fui pillando de desguaces o puntos verdes, como tubos de camas de somieres, piezas de minimotos o coches sin carnet.

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Me levantaba y acostaba con el sol durante 5 meses y no paraba: todo el día metido en un cobertizo. Utilizaba cuerdas colgadas del techo e imanes para colocar los hierros de la estructura principal, daba puntos de soldadura en un lado y me iba al otro para que fuera simétrico. Fue muy laborioso porque hacerlo solo cuesta, pero tengo que decir que quedó un cacharro muy fiable. Puedo hacer 3 o 4 kilómetros sin fallos. Va muy bien.

Las herramientas utilizadas son básicas. Cuatro limas, una radial, un taladro y poco más. Soy [ingeniero] electrónico industrial y no mecánico, así que no tengo mucho material. Es una construcción totalmente artesanal. Asimismo, la boca de la trucha se mueve a motor, yo la puedo controlar mientras pedaleo, así como también controlo las luces de los laterales y las de los ojos.

La construcción es totalmente artesanal y puede recorrer 3 o 4 kilómetros sin problema alguno

Podrías ser el primer humano en hacer el Camino de Santiago en trucha.
Ya lo pensé, pero la trucha no va a más velocidad que el paso de una persona y sería peligroso circular con ella. He hecho algún recorrido en carretera, pero siempre escoltado con la policía por precaución. Solo el eje trasero mide 2,40 metros de rueda a rueda. De ahí hasta el eje delantero, 2,60 metros, y la altura máxima son 3 metros. Las proporciones son muy grandes, aunque hacerlo en algún camino seguro sí que lo podría pensar.

Te has empezado a hacer viral a raíz de que escribieras por privado en Twitter a una chica: "Hola Carolina. Me llamo Oscar y tengo una trucha a pedales de ocho metros". ¿Es una forma de ligar o cómo?
Yo soy nuevo en Twitter y bastante torpe con los ordenadores. Estaba intentando saber cómo iba lo de los mensajes y, de casualidad, vi un par de vídeos de Carolina, que me llamó la atención como comunicadora, con una frescura poco corriente, y decidí enviarle la trucha a ver si alguien me veía por la red.

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Ahora he entrado y tengo muchas notificaciones y no sé muy bien cómo responder. Lo que sí que tenía controlado era Facebook, pero lo noto raro y ando buscando otra manera de comunicarme y por eso probé en Twitter. Pero ya te digo: ahora mismo no sé cómo contestar a quien me escribe.

Recapitulemos. Tenemos una trucha gigante mecanizada de 8 metros. ¿Por qué una trucha y no un rodaballo?
Por puro capricho. Mientras lo construía yo solo me acordé que en el pueblo de al lado, Sobrado dos Monxes, era la fiesta de la trucha. Les dije que si la tenía a punto podría salir por el pueblo con ella y así fue. Salí junto a varios pasacalles y la gente aplaudía, hacía vídeos, mientras me gritaba: “¡eres un fenómeno!”.

Después la he llevado a distintos pueblos porque he tenido varias mudanzas. Además, casualmente en todos los sitios en los que he vivido pasaba el Camino de Santiago. De hecho, tengo en mente hacer un libro sobre esta historia: Las aventuras de Freeman con su trucha.

En los 6 años de vida de la trucha mecánica, Oscar la ha sacado por varias localidades gallegas donde siempre copa toda la atención

Vale, demasiada información. Vayamos por partes: he visto que has montado Industrias Freeman. ¿En qué consiste?
La gente siempre me preguntaba a qué me dedico y me costaba mucho responderlo porque cada vez era una cosa distinta. Entonces, como he hecho de todo, y lo mismo hago maquinaria industrial que algo para decorar, aglutiné todo lo que hago en Industrias Freeman a partir de la trucha. Por ejemplo, si diseño una lámpara, eso es el departamento de iluminación de Industrias Freeman.

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Y lo de Freeman, viene porque me siento completamente libre para construir y hacer lo que me plazca. No me muevo por los intereses económicos, sino para dedicarme a lo que me gusta, a cumplir mis caprichos.

No siempre me he dedicado a esto. Yo vengo del mundo de la ingeniería en una multinacional donde hacía equipos de electromedicina para hospitales. Me di cuenta que no era feliz y, después de que se me quemara la casa, decidí romper con todo. Estos últimos años han sido apasionantes. Vivo como un bohemio aventurero de la tecnología.

Ahora mismo estoy viviendo en Rois, pero cada dos o tres años me mudo. Por ejemplo, antes de Rois estaba viviendo en Muxias donde me hice marinero y percebeiro. De hecho, hoy en día, por encima de todo me considero percebeiro antes que cualquier otra cosa, aunque por el cambio climático lo he tenido que dejar. La mar está muy extraña.

Cuando prohibieron fumar dentro de los bares, Oscar creó esta escafandra con una tulipa de una farola conectada a un depurador de aire que lo expulsaba limpio

Amén. Y ahora sí, cuéntame de qué iría el libro Las aventuras de Freeman con su trucha.
Te explico. El personaje principal es un multimillonario inglés, con estética victoriana, que va haciendo el Camino de Santiago porque ha tenido una ruptura matrimonial y se encuentra en un mal momento. En una etapa pasa por la laguna de Sobrado, se sienta y ve una enorme trucha. No tiene nada para pescarla, pero como era muy hábil, con una rama y el hilo del abrigo de su abuelo, hace la caña, pero como le faltaba el cebo, utiliza la alianza de matrimonio. Al final pica el pescado y se transforma en una trucha gigante dorada que habla. Los dos se hacen amigos y recorren todo el Camino hasta Muxia. No sé, podría hacer un capítulo de cada etapa o algo así.

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Al final, hay una fiesta en Ribieira, que es un pueblo donde estuve con la trucha mecánica y 5.000 personas me siguieron detrás, y que cuenta con el final perfecto para el libro. En sus fiestas, uno de los días hacen el vuelo sin motor, a lo Red Bull. Se me ocurrió que igual, algún día, desmonto el fuselaje de mi trucha, le pongo alas y me tiro al mar. Este sería el destino del pez de Freeman también en el libro, porque una vez ve el mar, le entran ganas de conocer mundo y no volver a su pequeña laguna.

Es una lámpara con 40 bombillas y peluca que se mueve por el techo titulada "Vehículo teledirigido de introspección al subconsciente alopécico"

Bravo. Lo tienes que hacer, yo lo compraría. ¿Y además de la trucha, qué más inventos has hecho?
Pues a ver, muchas cosas, porque también hubo una época en que me contrataban para hacer módulos explicativos en museos y centros, así que cada vez era un reto distinto. Una vez hice hablar a un pozo. Le metí luz y sonido, y hacía que hablara el agua desde el fondo.

También he hecho una lámpara de 40 bombillas con pelo que se movía por el techo por control remoto. Se desplaza con unos alambres del techo. ¿Por qué pelo? No te sabría decir. El caso es que ahora le he quitado las bombillas y la peluca para hacerla funcionar con unos diodos led. Algún invento que recuerde más, una escafandra para fumar dentro de los bares cuando pusieron la ley antitabaco. Fumaba en la escafandra y el humo pasaba a un depurador de aire por un tubo para que saliera aire limpio. Vino la Guardia Civil a echarme del bar y acabaron haciéndome fotos mientras me invitaban amablemente a salir.

Siempre que ven la trucha de 8 metros la gente se le grita "¡fenómeno" mientras le hacen fotos y vídeos

Podrías hacer un museo.
Sí, lo propuse en varios ayuntamientos. No un museo, sino una nave con el rótulo de Industrias Freeman para fomentar la colaboración y materializar las ideas. Sería algo así como la casa de las ciencias, un taller donde se generen ideas para niños y abuelos para que aprendan cómo hacer proyectos. Es muy importante enseñarles a respetar las ideas de los demás, apoyar las buenas y buscar soluciones. Es algo que me gustaría mucho.

De momento no he conseguido apoyo porque aquí en Galicia genero más rechazo ya que parece que se asustan de tanta libertad. Pero bueno, hoy en día con una tecla te aparece todo en la pantalla y lo que no sea igual de inmediato, no interesa.

Muchísimas gracias, Oscar. De verdad que hacen falta más referentes como tú.
Gracias a ti.