Tal vez hayáis visto el vídeo. Es del festival Lost Lands de Ohio y en él aparecen dos tíos tumbados en el suelo y una tía sin bragas que va alternando entre uno y otro, poniéndoles el culo en toda la cara para que coman a voluntad. Una visión fascinante, aunque no es la primera vez que sale a la luz la grabación de una comida de culo en este festival. De hecho, este vídeo vino primero.El caso es que cuando se enteró de que el vídeo se había vuelto viral, al chico le entró el pudor y se justificó diciendo que lo habían hecho para recaudar fondos para una causa benéfica. "Durante los primeros dos días de festival hemos recogido 2.255,80 dólares para ayudar a las víctimas del huracán", escribió, seguramente para aplacar la ira de una novia tremendamente cabreada. "Hemos estado trabajando directamente en alimentar a Florida". La publicación no tenía mucho sentido, pero si quieres más información sobre la labor humanitaria del tipo, aquí la tienes.Luego apareció este segundo vídeo de comida de culo, mucho más salvaje que el anterior.Hay un momento, en el minuto 1:06, en el que la chica se levanta y finge que abofetea a los dos tíos. No son bofetadas rollo sadomaso, sino más bien como si la chica, medio avergonzada, les dijera "Tíos, ¡¿por qué me obligáis a hacer esto?!". Pero el resto del tiempo su actitud es del rollo sexo desenfrenado y qué guay todo, lo que hace que ese momento de desviación de responsabilidad parezca falso. Y es que hay cierta lógica inversa en lo que están haciendo.Teniendo en cuenta cuándo apareció el vídeo, es probable que los tres hayan oído hablar del activista que simpatiza con las víctimas de Florida y les entró la vena competitiva. De hecho, es más que eso. Querían mandar un mensaje al tipo. Es como si estos tres fueran los típicos que van a todas las ediciones de Burning Man y pensaron que era muy cutre fingir una comida de culo en Ohio. ¿Por qué no hacerlo de verdad? Y eso hicieron, aunque a veces fueran conscientes de lo vergonzoso que resultaba.Es mentira, no lo eran. Es imposible que ninguno de ellos reflexionara sobre sus actos. No nos engañemos: los del vídeo artístico de la nata se habían lavado, pero el trío no. No había nada planificado ni nadie se había lavado para el momento. Les importaba todo una mierda. Vale, yo no estaba ahí, pero estoy seguro de que la idea se les ocurrió 28 segundos antes de que la cámara empezara a grabar. Me inclino a pensar que estaban hablando de lo negros que te llegan a salir los mocos cuando estás de festival cuando de repente les subió la MDMA de golpe y montaron el show.Probablemente lo mejor del vídeo sea la reacción de la gente, sobre todo la chica que grita "¡NO ME JODAS!" durante los primeros dos segundos y luego se sienta para ver el espectáculo. Su reacción es como la de una adolescente de 13 años que, aunque no deja de soltar comentarios de desagrado, no quita ojo de la escena. Tal vez su reacción sea un ejemplo muy extremo, pero creo que refleja bien lo que la mayoría piensa del sexo en público.El sexo en público es intrigante. De mal gusto, pero intrigante. Miras, apartas la mirada y luego quieres volver a mirar porque te entra ese miedo irracional a perderte algo importante. "Qué asco", dices a quien quiera que te esté escuchando, y todos te dan la razón. Pero hay algo atractivo en todo esto. El sexo en público es un desafío tan descarado a la aceptación social que necesitas saber más. Pasa lo mismo que con los asesinos en serie: son personas horribles pero no puedes evitar leer más sobre ellos.Pero bueno, a fin de cuentas no es más que sexo, y el sexo no es malo, ¿verdad? No es malo desde el punto de vista ético, sino más bien social, así que técnicamente no pasa nada.Sigue a Julian Morgan en Twitter.
El vídeo apareció dos días antes con el título "Concurso de comidas de culo en Lost Lands"; en él se veía a una chica tumbada en una mesa y un chico echándole nata en el culo y luego comiéndosela toda. Nada muy escandaloso. De hecho, lo más asqueroso de todo es la cantidad de nata que se come el tipo a pleno sol, con toda la calor.
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Se trata del mismo festival, pero esta vez hay tres protagonistas y, lo más importante, la comida de culo es real, bestialmente sincera. La mujer incluso hace un baile raro mientras se lo están comiendo. Sabe que hay gente mirando. Una chica grita "¡NO ME JODAS!".El vídeo tiene una duración de 1 minuto y 46 segundos, lapso durante el cual la mujer planta el trasero en las caras de los dos tíos por los dos lados, se enciende un piti y choca los cinco con uno que pasa por ahí. El vídeo es un fantástico estudio sobre cómo parecer totalmente segura de una misma y que te importe bien poco lo que piensen de ti. Y en este caso, me da a mí que no es por una causa benéfica.
El momento del saludo
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