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Comida

Este hombre cree que los hongos pueden resolver todos los problemas de la humanidad

Me intrigó la charla TED de Paul Stamets acerca del potencial de los hongos y sus propiedades nutricionales y medicinales en su libro, Mycelium Running.

Paul Stamets asegura que los hongos pueden salvar el mundo. No estoy muy seguro acerca de la salvación universal a través de los hongos, pero realmente disfruto cocinarlos, así que decidí llamar a Paul para pedirle algunos consejos culinarios. También sucede que tengo una enfermedad autoinmune y me intrigó la charla TED de Paul acerca del increíble potencial de los hongos y su escritura extensiva acerca de las propiedades nutricionales y medicinales de los hongos en su libro, Mycelium Running.

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Fui al gurú de los hongos en búsqueda de una medicina alimentaria, aunque con el escepticismo que me caracteriza. Le pedí algunos consejos culinarios que pudieran también disminuir los síntomas y prevenir la progresión de mi enfermedad. Tomen todo esto con un grano de sal – literalmente, porque todo sabe mejor con sal – y también figurativamente, porque la ciencia detrás de los hongos es aún bastante débil. Paul será el primero en admitir que es excéntrico. Le atraen los hongos tanto por su misterio y su peligro como por su potencial de ayudar a los humanos. Se le ve seguido vistiendo un sombrero hecho de hongos. "¿No sé deshace en la lluvia? ¿Huele mal cuando se humedece como el cuero o la lana?", le pregunté. Se río como poniendo en evidencia mi inocencia frente a la magia de los hongos y luego me dijo que el sombrero fue hecho con Amadou, un hongo que se encuentra en Transilvania, y el mismo que fue usado por nuestros ancestros prehistóricos para transportar fuego.

Mucho antes de nuestra era, Hipócrates escribió acerca de las propiedades inflamatorias de ese hongo. Sí, como el sombrero es hidrófilo, se pone pesado cuando llueve. Pero olvidémonos de los hongos como sombreros. ¿Cómo podemos cocinar a estas bestias? Paul come hongos como parte de sus comidas tres o más veces a la semana, en sopas, fritos, y en té. Hasta hornea los hongos porcini en panes y ha intentado hacer cerveza, helado y galletitas de hongos. (Yo también he experimentado con la posibilidad de postres de hongos en una mercado de granjeros en Santa Cruz: un pequeño puesto de gelato artesanal vendía helado de caramelo hecho de pequeños hongos naranja con un sabor indistinguible de la jalea de arce).

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La principal recomendación culinaria de Paul es siempre cocinar tus hongos. El asegura que muchos hongos contienen unas toxinas inestables que pueden eliminarse a través del calor o el ácido. Así que si no cocinas, hierves, asas o fries tus hongos puedes hacer pickles con ellos, aunque Paul aún así recomienda hervirlos rápidamente antes de sumergirlos en el baño de vinagre.

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Él especula que cuando alguien reacciona mal a un hongo no tóxico, el hongo interactúa negativamente con la flora estomacal, o la composición de bacterias de su estómago. Esto nos lleva a uno de los potenciales más grandes de los hongos: su compatibilidad con nuestro microbioma. Paul sugiere que los hongos pueden ser el próximo gran probiótico, porque asisten al crecimiento de la bacteria "amigable" como Lactobacillus acidophilus, y reprimen el crecimiento de la bacteria inflamatoria como Estafilococo. Sin embargo, las propiedades benéficas varían mucho de una especie a otra.

Los hongos comunes del supermercado ofrecen menos potencial de curación que los hongos reishi de tu tienda medicinal local, dice. De las 15 mil especies identificadas de hongos, sólo doscientas han sido declaradas como comestibles y seguras para el consumo, y a cincuenta de estas se le han encontrado beneficios medicinales. Paul cree que puede que hayan más especies con propiedades medicinales, pero las investigaciones son limitadas. Paul es como un profeta del espíritu de los hongos. Él es una especie de traductor entre la generalmente ignorante población humana y los dioses omnipotentes del reino de los hongos. Habló con sorpresa y orgullo cuando me dijo: "Es extraño encontrar algo lo suficientemente poderoso como para curarte, alimentarte, matarte o mandarte a un viaje espiritual.

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La ciencia y la cultura han sido muy lentas en entender el potencial de estos hongos y hay todavía tanto que no conocemos". Sin embargo, sabemos lo suficiente como para afirmar que los hongos son un componente esencial de nuestra nutrición y salud. Son nutricionalmente densos, y ofrecen un alto porcentaje de proteína, polisacáridos, vitaminas, minerales y antioxidantes. Paul escribe en Mycelium Running que muchas especies, como el chaga, reishi rojo y agarikon son una gran promesa para la prevención y el tratamiento de las enfermedades crónicas. Mi enfermedad, esclerodermia, junto con un gran rango de enfermedades crónicas y varios cánceres, y desencadena inflamaciones en el sistema inmune. Los tres anteriormente mencionados son anti-inflamatorios y podrían entonces mejorar una gran cantidad de síntomas extraños.

Agarikon, en particular, puede ser encontrado en libros medicinales de la antigua Grecia: donde es descrito por Dioscorus como el "elixir de la vida" -y de similar importancia- como un laxante. Sin embargo, Paul no limita su curiosidad a la nutrición de los hongos. Una vez que te has nombrado a ti mismo como el "mensajero micelial" para la raza humana, no hay vuelta atrás, y Paul está yendo hacia delante con toda su fuerza. Sin embargo, es importante hacer la aclaración de que Paul no pretende ser el jefe de los hongos sino su estudiante. Él está sorprendido acerca del potencial que los hongos tienen para salvar al mundo de sus problemas.

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La Tierra, en la mente de Paul pertenece más a los hongos que a esos que caminan en ella y se los comen en el desayuno. Fueron los primeros organismos en surgir en la tierra, y sobrevivieron numerosos desastres globales. Por ejemplo, los hongos absorben los desperdicios tóxicos, dice. En un estudio en Washington, Paul observó el micelio de los hongos de ostras transformar a una pila de desechos de diesel en un jardín verde llenos de frutas, verduras y animalitos.

Agarikon, el anteriormente mencionado hongo que crece en los bosques del Noroeste Pacífico de los Estados Unidos puede ofrecer protección contra la varicela, y puede ser usado como una medida de defensa nacional. Paul a conducido una investigación acerca de las propiedades antivirales del agarikon con el programa de biodefensa de los Estados Unidos, y sus descubrimientos fueron apoyados por científicos del Instituto de Investigación Médica de Enfermedades Infecciosas de la Armada de Estados Unidos y el Instituto de Salud Nacional.

Este hongo, junto con chaga, reishi rojo, y shiitake, lucha y previene el crecimiento de virus y bacterias peligrosas, como E. Coli, la gripe aviar, y el virus H5N1. Si se dirigen propiamente los hongos podrán hacer un buen revuelo en el mundo de la medicina. Los hongos van a salvar al planeta, pero también son muy cool. Por lo menos son cool para nerds como Paul Samets quién está lleno de datos interesantes acerca de los hongos. El organismo más grande en existencia es la estera de micelio gigante de hongos de miel en el este de Oregon. Paul también sugirió que el micelio – las tiras debajo del cuerpo comestible del hongo, las que actúan como estómagos y pulmones exteriores –son en realidad membranas neurológicas-. Una pausa para darle efecto dramático: el micelio es "sensible". Es el "internet natural" de la Tierra. Si un hongo se cae en un bosque y nadie está cerca para escucharlo ¿emite un sonido? Sí, porque aparentemente los hongos se hablan unos a otros en tonos bajos cuando nosotros no escuchamos. Así que los hongos nos salvarán –y son cool- pero también ofrecen soluciones prácticas para los problemas diarios, como las invasiones de insectos. Paul tuvo un problema con termitas y hormigas de la madera, lo que resolvió al infectar a las hormigas con una especie de micelio que no le hace daño a los humanos.

Engañó a las hormigas para que se comieran el micelio antes de que esporulara y una vez que las esporas fueron lanzadas se infiltraron en la colonia. Las esporas momificaron a las hormigas y luego, he aquí, que un hongo creció desde la cabezas de las hormigas. En los ojos de Paul, los hongos curan enfermedades, limpian las toxinas, matan pestes desagradables, curan nuestros cuerpos crónicamente enfermos, previenen nuevas enfermedades, saben bien en la pasta…¿Qué más se puede pedir? Ni Paul ni yo creemos que consumir hongos curará mi enfermedad autoinmune –nada podrá hacer volver a mi cuerpo a su estado original, pero pueden fortalecer mi sistema inmune en general, lo que es un buen primer paso. ¡Son mágicos! No, no son hongos mágicos –eso lo dejamos para otra entrevista. Paul insinuó que tiene una historia o dos sobre ese tema pero cuando le pedí que elaborara, me respondió "¿Cual es la audiencia para este artículo?"