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Identidad

Atracción fatal: las mujeres que aman a los asesinos en serie

Hablamos con hibristófilas, personas que se excitan sabiendo que su pareja ha cometido algún crimen, incluyendo violación o asesinato.

"Ted Bundy fue el primer criminal por el que me interesé de verdad", afirma Nicole Jane, estudiante de cine de 23 años de edad que vive en el Reino Unido. Después de Ted, se enamoró de varios asesinos en serie más. "Me pone mucho oír cómo asesinaron y qué usaron para ello".

Cuando Nicole Jane entró en internet para obtener más información sobre sus sentimientos de atracción, descubrió que existe un término para sus predilecciones: hibristofilia. Según la publicación Psychology Today ("Psicología hoy"), el profesor en sexología John Money fue el primero en definir la hibristofilia como una parafilia según la cual una persona "obtiene excitación y placer sexuales teniendo una pareja sexual que haya cometido alguna atrocidad o crimen, como violación, asesinato o robo a mano armada". También se conoce como síndrome de Bonnie y Clyde.

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"Siempre he tenido esta tendencia a la hibristofilia, incluso antes de saber qué era", afirma Cherry, una mujer de 18 años de edad natural de Portland que supo por primera vez de su fetiche leyendo las confesiones de otras mujeres que se sentían atraídas hacia los asesinos en serie en un Tumblr ya desaparecido. Afirma que se excita pensando en su pareja cometiendo algún acto de violencia. Por ejemplo, se sintió muy satisfecha cuando supo que su novio había apuñalado a alguien en el pasado.

Los blogueros sobre psicología han presentado varias teorías para explicar por qué alguien se puede sentir atraído por una persona que ha cometido un acto violento, entre ellas el deseo de cambiar a un hombre, la tendencia a ver un niño herido dentro del criminal o —en el caso de las fans que se obsesionan con los asesinos en serie famosos— la esperanza de atraer la atención de los medios.

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"Empecé a investigar y descubrí que se habían realizado muy pocos estudios al respecto. Supe que los psicólogos habían decidido dividir a los hibristófilos en dos categorías: agresivos y pasivos", afirma Nicole Jane. Los hibristófilos pasivos no están interesados en participar en los crímenes violentos, mientras que los agresivos son personas que desean formar parte de la emoción. "Si tuviera que elegir, elegiría la opción pasiva, porque nunca haría daño a nadie voluntariamente", añade.

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"De modo que la hibristofilia cuenta con dos facetas: por un lado está el peligroso tabú que supone y por otro la parte agresiva híper-masculina que podría resultar muy atractiva para algunas mujeres", explica el Dr. Michael Aaron, sexólogo residente en Nueva York y autor del libro Modern Sexuality ("Sexualidad moderna").

Aunque esta desviación se aplica normalmente a las mujeres heterosexuales, los hombres también pueden experimentarla. "Hay determinados hombres que se sienten atraídos hacia las mujeres peligrosas y que también pueden sentirse atraídos por la intensidad emocional que evocan dichas mujeres, pero hay menos información disponible porque hay muy pocas mujeres asesinas en serie", afirma Aaron.

Taya, una mujer de 23 años residente en el Reino Unido que se autodefine como hibristófila, dice que fantasea con tener relaciones sexuales con un genio del crimen. "Siento una debilidad especial por cualquier crimen que requiera una mente inteligente y calculadora", explica a Broadly. "Esto podría incluir algo como un robo o un atraco. El líder de ese grupo debería investigar, desarrollar tácticas e incluso utilizar sus habilidades personales para recopilar información".

"Mentiría si dijera que el asesinato no está en la lista, pero reconozco que es un pensamiento terrible", añade con cierta vergüenza.

Los hombres que cometen crímenes violentos se rinden al animal, a su yo más desinhibido. Y a mí me encanta esa crudeza.

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En esencia, Tanya encuentra sexis a los hombres que cometen actos violentos porque "tienen más cojones que la mayoría. Alguien como Charles Bronson, que está buenísimo", especifica. (Bronson, también conocido como Charles Salvador, ha sido denominado "el preso más violento de Gran Bretaña", según informó el diario The Guardian, y con frecuencia recibe en la cárcel fotos de sus admiradoras desnudas).

"Me lo imagino como un hombre bastante primario y eso me pone muchísimo: saltarse los estándares sociales y despojar a la gente de sus modales educados y correctos", explica Tanya. "Los hombres que cometen crímenes violentos se rinden al animal, a su yo más desinhibido. Y a mí me encanta esa crudeza".

Nicole Jane escribió su tesis sobre la hibristofilia y sobre cómo se representa en el cine. Cree que el fetiche es una fantasía inalcanzable —o al menos poco realista— para la mayoría de gente. "Se trata de una fantasía falsa; esa es mi opinión de la hibristofilia", afirma. "Tengo la sensación de que la mayoría de personas que se identifican como hibristófilos desean a una persona cruel pero olvidan el sencillo hecho de que [una persona cruel] es incapaz de quererte a ti".

Junto a Ted Bundy, Nicole Jane siente una gran fascinación por Paul Bernardo, un violador en serie canadiense que cometió numerosas agresiones sexuales y asesinatos a finales de los ochenta y principios de los noventa, todos ellos con ayuda de su esposa, Karla Homolka, una hibristófila "agresiva" que incluso ayudó a Bernardo a drogar, violar y asesinar a su propia hermana pequeña.

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"El hecho de que le proporcionara una víctima la elimina de la ecuación como víctima potencial", indica Nicole Jane. "Esa mentalidad —que el tío que hace daño a los demás nunca me hará daño a mí— es increíblemente interesante. Ilusoria pero interesante. Y probablemente yo la compartiría si estuviera realmente trastornada".

Nicole Jane está actualmente saliendo con un hombre al que identifica como sádico en el sentido BDSM del término. Aunque encuentra muy excitante el disfrute sexual que él siente con su dolor, dice que jamás querría tener nada que ver con alguien que realmente tiene la capacidad de cometer actos violentos fuera de un escenario de juego de roles.

"Alguien que se siente excitado por cosas arriesgadas y aparentemente peligrosas, como los asesinos en serie, probablemente también tendrá más tendencia a interesarse por otras actividades arriesgadas u 'oscuras'", afirma Aaron. "Se sienten atraídos hacia determinados temas que se manifiestan de formas diferentes".

La predilección por el bondage no equivale en modo alguno a sentir lujuria hacia un violador en serie, pero Nicole Jane no es la única que utiliza escenas de BDSM para representar fantasías peligrosas. Cherry —cuyo novio, recordaréis, apuñaló a alguien (en defensa propia, añade ella)— de vez en cuando se da el capricho de permitir que él pase su cuchillo sobre su piel y le hable sobre cortarle el cuello.

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Estas mujeres afirman que representar esas fantasías de manera consensuada les permite practicarlas sin acostarse en realidad con alguien verdaderamente malvado. "Jamás me pondría en una situación en la que pudiera ser una víctima real", declara Cherry con firmeza.

Nicole Jane está de acuerdo. "Creo que si alguna vez me encontrara con alguien que estuviera profundamente trastornado y no sintiera empatía alguna estaría aterrorizada", afirma.

Para algunos hibristófilos, sin embargo, la falta de empatía está fuera de cuestión. O quizá es su mayor atractivo. Las mujeres que envían fotos desnudas a Charles Bronson no son una excepción en absoluto. Existen varios casos de mujeres que se han sentido atraídas por asesinos en serie encarcelados e incluso han iniciado una relación con ellos mientras cumplían condena en prisión. Carol Anne Boone, por ejemplo, se casó con Ted Bundy y tuvo un hijo con él. El asesino en serie Richard Ramirez se casó con la editora de revista Doreen Lioy mientras estaba en la cárcel. Y en 2014 saltó la noticia de que se había concedido a Charles Manson una licencia de matrimonio, aunque más tarde se supo que su prometida de 26 años de edad solo quería tener acceso a su cadáver, para poder conservarlo en una cripta y cobrar a los visitantes que vinieran a contemplar su cuerpo.

"Es muy común que, en general, los asesinos en serie reciban montones de cartas de fans en prisión. A veces entablan una relación y después se casan. Muchos de ellos", afirma el Dr. Aaron.

Aunque la hibristofilia con frecuencia se muestra en los medios con un enfoque sensacionalista, el Dr. Aaron desaconseja reprimir las propias fantasías sea por el motivo que sea. Si alguien entrara en su oficina espantado por sentir atracción hacia una pareja que ha cometido una atrocidad, afirma que le animaría a explorar sus sentimientos. "¿Qué es lo que te resulta atractivo? ¿Qué es lo que te excita de todo ello? ¿Podemos deconstruirlo?", afirma. "Porque lo que en realidad estás buscando es una fantasía a la que podemos lograr que accedas de modo que no tengas que cometer el acto en realidad".