El reggaetón está en lo más alto. Punto.
Ya se nos volvió costumbre que artistas tan populares como Bad Bunny o J Balvin estén convenciendo a los grandes exponentes del pop anglo a cantar en español. El último fue Drake con “Mía” junto al conejo malo, pero vale recordar a otros nombres que se han dejado seducir por el dembow en los últimos años como Pharrell, Beyoncé o el propio Justin Bieber. Decir que el reggaetón es el nuevo pop ha dejado de ser una simple hipótesis y hoy, con la penetración del género en el mercado americano, podemos decir tranquilamente que se ha convertido en un gran estandarte para la música comercial a nivel global.
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Esa unión entre el talento latino y la música americana hoy parece un estándar normal, pero ha sido todo un proceso de años y años de trabajo de varios artistas que se han puesto en la tarea de triunfar en el mercado anglo sin perder su esencia. Uno de los primeros intentos para cimentar este puente fue Boricua Guerrero, un álbum producido en Nueva York en 1997 que buscó llevar al dembow a nuevas audiencias.
Pero vamos por partes.
Dos años antes, durante 1995, se registró el primer intento de hacer una disco colaborativo entre los raperos de Puerto Rico y Nueva York viviendo en la gran manzana. El resultado fue un álbum titulado Guatauba, producido por Tony Touch y Nico Canada que incluía colaboraciones de referentes de la primera ola del reggaetón como Daddy Yankee -en ese entonces Winchesta Yankee-, Alberto Style o Don Chezina con conocidos de la escena neoyorkina como Mad Lion, KRS-One y Craig G. Con bases que oscilaban entre el boom bap y el dembow, Guatauba fue la primera probada de dos imaginarios urbanos con orígenes distintos que desde la música, chocaron en una sola ciudad.
Aquel disco fue la base para que en 1997, Nico Canada se encontrará con DJ Playero ––uno de los grandes pioneros del reggaetón en los noventa–– para darle forma, desde un cuarto de hotel en Nueva York, a Boricua Guerrero: First Combat. Un álbum con toda una temática de guerra de guerrillas que fue el encuentro definitivo entre las estrellas ascendentes del género urbano de Puerto Rico con la crema innata del rap noventero americano.
“En el año 1997 nace una nueva era, rompiendo así el mito universal de las fronteras. Uniendo así dos nacionales, dos idiomas, una raza que con orgullo representamos en esta guerra lirical llamada primer combate”. Con ese corto pero potente manifiesto, se abre este trabajo de culto que sobre una cantidad de beats de hip hop pesados y callejeros, con ese sonido neoyorquino de finales de los noventa, que pusieron en una misma canción a artistas como Busta Rhymes y Javiah, Don Chezina y Q-Tip o Fat Joe y Mexicano 777.
Legendario.
Pero entre todas esas uniones históricas, se encuentra una que por nombres, se podría destacar sobre todas las demás. Fue la de “The Profecy”, un tema con las voces de Nas, para ese entonces consolidado con discos de la talla de Illmatic y It Was Written con Yankee, que para ese entonces todavía utilizaba el alias de Winchester y comenzaba a hacerse un nombre desde los Estados Unidos. Un track callejero con una base gorda de boom bap que demostró el potencial de delivery de Yankee junto a uno de los nombres más conocidos dentro de la escena en ese momento.
Coming from the shadow of the island!
We are Winchester Yankee and Nas Escobar!
Pablo, what’s up, pa’?
Les dejamos todo el Boricua Guerrero: First Combat, un trabajo de culto que bien podría ser uno de los primeros pasos hacia el trap latino como lo conocemos.