Mientras que el plagio del discurso de Michelle Obama por parte de Melania Trump se convirtió ayer en otra historia nacional sobre las capacidades y seriedad cuestionable de la campaña de su esposo debido al error, los republicanos esperaban que surgiera cualquier cosa para hacerlos sentir mejor. Por suerte para ellos, llegó la salvación en forma de un discurso de cuatro minutos de un promotor de artes marciales mixtas que comenzó por admitir que no tiene ningún interés político. Digan lo que quieran sobre la presencia de Donald Trump en la Convención Republicada, pero nadie lo acusará jamás de plagiar nada, y eso es exactamente lo que necesitaban los republicanos después de la pesadilla de un día antes.
¿Quién hubiera imaginado que serían salvados por la sinceridad política del promotor?
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La razón por la que supe que White no había plagiado ni una parte de su discurso es que fue muy al estilo Dana White. White habló sin guardarse nada, exceptuando las groserías, claro. Cualquiera que haya seguido el deporte en la última década hubiera reconocido las palabras de White. De hecho, fue más Dana White que nunca, ya que el Presidente de UFC le gritó su discurso a la pequeña audiencia en la Arena Quick Loans, expulsando las palabras de su pecho con una magnitud con la que nadie subirá al podio en los siguientes tres días, casi como si amenazara a la gente, provocándolos a retar sus opiniones sobre el carácter y lealtad de Trump. Fue Dana enojado con los medios que todos los fans del MMA conocemos y hemos tolerado desde hace años. El arquetipo de Dana White.
También le dijo a los asistentes (que tal vez estaban un poco confundidos) que fue Trump el que apoyó a UFC en los primeros años de Zuffa, cuando White y los hermanos Fertitta compraron la promotora que era considerada por muchos como un deporte salvaje y un negocio con el que nadie quería relacionarse, dándole así a la promotora la oportunidad de organizar sus primeros dos eventos en el casino Taj Mahal en Atlantic City, concediéndole legitimidad y dando pie a que la promotora disfrutara el éxito de ahora. “Donald fue el primero en reconocer el potencial que vimos en UFC y nos alentó a construir el negocio”, gritó White. Trump incluso asistió a esos eventos, continuó White e incluso se sentó en primera fila, donde se tomó una fotografía para satisfacer su necesidad de ser el centro de atención. “Sí, es ese tipo”, continuó White. “Él se aparece”. El discurso fue apasionado y sincero.
Lo que nos hace pensar que White estaba protestando demasiado, que su volumen fue síntoma de su ambivalencia, que siendo un ser que no tiene interés en la política podría pensar que las creencias de Trump son malas pero lo hizo de cualquier manera debido a la lealtad que profesa para el hombre que lo apoyó. Así que su discurso estuvo libre de política, hablando solamente sobre clichés sobre la rudeza estadounidense y la fuerza de los negocios.
“Déjenme decirles algo”, dijo White. “He estado en el negocio de las peleas toda mi vida. Conozco a los peleadores. Señores y señoras, Donald Trump es un peleador, y sé que peleará por este país”.
Pero White es un tipo inteligente y debe saber que en una elección como esta y con un candidato como Trump cualquier afiliación al magnate de las bienes raíces será interpretado como un acto político. Razón por la cual, intentando alejarse de los temas sobre deportación masiva de inmigrantes indocumentados o la prohibición de los musulmanes, salió a la Arena, subió al podio y gritó su discurso en un acto de hipnotismo, para convencerse de que puedes separar tu lealtad hacia un hombre de su visión política.
Fue algo clásico de Dana White, y fue el tipo de discurso que a Trump le encanta.
Espero que eso haya sido lo que sucedió.