La riqueza y demencia de los sonidos peruanos es algo que me ha atrapado con contundencia. Sus producciones son únicas, rebeldes, emotivas y melancólicas. Van desde los ritmos que hipnotizan, que viajan por la selva y revelan de manera mística el futuro de la música popular latinoamericana; hasta el rock ‘n’ roll que unificó las clases sociales y que, sin importar el político de turno, incitó al baile y la insubordinación: Los Saicos, Traffic Sound, Los Belkings, y varios jóvenes de la época, escribieron un lado desgarrador del rock latino.
Sabemos que hoy Perú tiene proyectos del nivel de Dengue Dengue Dengue!, que ha llevado la psicodelia electrónica a nuevas periferias. O de Kanaku y el Tigre, encargados de refrescar la escena rockera de este país. Pero más allá de lo obvio, hay muchos artistas apuntándole a ritmos que, dentro una sobreoferta musical, han sabido diferenciarse, permanecer en mi inconsciente y convertirse en la banda sonora de mis caminatas.
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Me puse entonces en la tarea de revisar aquellos sellos o colectivos de donde están saliendo estos artistas. Identificar las casas matrices que han permitido, de una u otra manera, el crecimiento del sector alternativo de la música en tierras incas. Y esto fue lo que encontré.
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Terror Negro Records
Epicentro de cumbia, hip hop, reggaetón, global bass, tropical bass, y un sin fin de ritmos más. Esta netlabel ha llevado el sonido popular, el del barrio, a un territorio completamente electrificante, transformando el dancefloor limeño y convirtiendo su fiesta en tendencia mundial. Son transgresores, rebeldes y juegan con la música hasta desarrollar sets que pueden romper con facilidad las caderas de cualquier experto bailarín.
Con Deltatrón como comandante, conocido en el mundo real como Paz, el sello ha logrado traspasar fronteras: Japón, USA, México y Colombia, son algunos de los países que su música ha visitado. Este productor entendió el papel de Terror Negro como un sello gestor de escena. Agarró productores jóvenes como Qechuaboi, Tribilin Sound y Chakruna y le dio un giro al papel de la música popular dentro de la electrónica.
El sello lleva más de siete años en la escena. Siete años de dedicarse a entender la actualidad de la música electrónica urbana y, al igual que sellos como Naafi (México) o ZZK (Argentina), han construido una identidad clara y un discurso que marca línea en el desarrollo de la música latina alternativa.
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A Tutiplén Records
El rock no está muerto y Tutiplen Records se encarga de demostrarlo. En Perú este género ha sabido reinventarse, manteniendo la inconformidad y el temperamento que siempre lo ha caracterizado. Con propuestas sin miedo, sin aferrarse a las intenciones comerciales, ni a la búsqueda de un consenso por parte del público, mantiene viva la declaración de guerra que Los Saicos hizo a finales de los sesenta. En una época en que el resto de Latinoamérica se untaba del amor y la juventud Beatlemaniaca.
La historia de Tutiplen Records es la de muchos sellos independientes y artesanales: con amor y sin un afán por taparse los bolsillos, gestionando todo desde la sala de la casa o desde el café de la esquina, se dedicaron al detalle y al desarrollo de un concepto fino que se encarga de reunir una movida más rockera y subterránea. Trabajan además con artistas visuales locales para la creación de las portadas y diseños de sus discos, objetos hermosos para el melómano detallista. Muy recomendadas.
Su catálogo incluye bandas como Moldes que, con su álbum Aguas de Marte, se ha logrado posicionar a nivel latinoamericano con su sonido ácido y efusivo. O Cocaína, que reafirma el significado de su nombre con su música estruendosa y veloz. Aunque también hay cabida para propuestas diferentes como Las Amigas De Nadie que, desde el pop introspectivo, le han dado otra cara al amor.
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Buh Records
Luis Alvarado es poeta, investigador, gestor de la vanguardia limeña actual, curador de festivales y creador de Buh Records, uno de los sellos más importantes de la actualidad de este país. Desde la universidad se expuso a las músicas experimentales y a partir de ahí se encargó de reconstruir una historia que tenía de pilar el noise y el rock n roll peruano de los últimos 50 años. Estructuró así un puente que unió el ayer y el hoy, dejando una marca en el sonido actual de su país.
Si de finura se trata, Buh Records es un sello glamuroso, que se para en la vanguardia con propuestas arriesgadas que se pasean libremente por el free jazz, el punk y el noise. El resultado es un catálogo elegante y sofisticado que responde a inquietudes con un perfil investigativo que buscan captar la psicosis de esta música y el papel que ha jugado en tierras incas.
Con más de 30 discos bajo su catálogo, durante el 2015 sacó joyas como la re edición de Paisajes Sonoros de Manongo Mujica y Douglas Tarnawiecki de 1984, uno de los primeros discos de ambient prensados en Perú. También produjo el primer álbum como solista de la artista Ale Hop, titulado “Pangea”, que consiste en un proyecto interdisciplinar que cuenta con once artistas invitados que desarrollan once videos de corte conceptual que se presentan junto a su música. Además, el sello organiza laboratorios, charlas y demás experiencias que rodean a la música y potencializan el roll de un sello en la actualidad.
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Faro Discos
Faro Discos es heredero de la autogestión, de la independencia, de los sellos piratas, las fiestas clandestinas y demás características de esa contracultura que reaccionó ante el reinado de los grandes labels. Hoy en día, por los cambios en la industria, esta idea de colectivo agarra una vigencia absoluta. Es así como parches, siguiendo el modelo setentero de los punketos, se han organizado para formar una escena y darse a conocer.
En el 2014 se unieron grupos como Serto Mercurio, Los ZappingG o Juan Gris para darle vida a este colectivo. Entre ellos se ayudaron, aumentaron el público y lograron exponerse ante los medios. Lograron armar una pandilla que con cierto sonido jovial, melancólico y nueva ola, ha conquistado Suramérica, con un sonido similar al de bandas como la argentina El Mato un Policía Motorizado –Discos Laptra–, o la uruguaya Carmen Sandiego –Colectivo Esquizodelia–.
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Tiger’s Milk Records
A pesar de estar lejos de casa y encontrarse en Londres, la leche de tigre ha preparado uno de los catálogos más ricos, elegantes y sonoramente deliciosos de la música peruana. Especializado en la arqueología musical de este país, es un paraíso para coleccionistas de rarezas, melómanos empedernidos y diggers. Con un catálogo que incluye las ácidas y melancólicas cumbias de Juaneco y de Los Destellos, o el amargo surf chatarrero de Los Holy’s, el sello ayuda a contar la historia de nuestra región, la globaliza y pone a bailar al más refinado.
Tigers Milk Records se fundó en la cocina de Ceviche, un restaurante ubicado en Londres dedicado a explorar la comida peruana. Martin Morales, dueño, chef y DJ, quien había trabajado por muchos años en multinacionales como EMI y Duncan Ballatyne, decidió meterle a su gastronomía toda la potencia y el sabor de la música peruana. Su primer experimento fue un 7” que reunía dos símbolos peruanos: Juaneco y Su Combo y Traffic Sound. Luego sacó un álbum bautizado Perú Maravilloso que compiló cumbia, salsa y psicodelia poco conocida hasta ese momento. Y más tarde, con Perú Bravo, rindió un homenaje a la importancia y contundencia del rock inca.