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La tragedia ha vuelto a la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.
La tarde de este martes, dos alumnos normalistas que cursaban el último año fueron asesinados en la carretera Tixtla-Chilpancingo, a sólo cuatro kilómetros de la capital de Guerrero, por un comando armado que interceptó el camión en el que volvían a su escuela de sus prácticas docentes.
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En las fotografías difundidas en redes sociales, se observa que los cuerpos de los estudiantes Filimón Tacuba Castro y Jonatan Morales Hernández quedaron en el asfalto, a la altura de un poblado conocido como El Basurero. Otro pasajero, cuya identidad se desconoce hasta el momento, también fue asesinado. Y otros heridos quedaron tendidos en el piso.
En un primer momento, las autoridades del estado han dicho que el móvil del crimen fue un robo; sin embargo, miembros de la normal exigieron en una conferencia de prensa que se agoten todas las líneas de investigación, incluyendo la de una posible ejecución.
“Este es un ejemplo claro de la ola de violencia que se vive día a día en nuestro estado y nuestro país. Consecuencia de políticos corruptos, autoridades coludidas con la delincuencia y que, fuera de combatirla, están en alianza con ellos”, señaló el estudiante Ángel Mundo, integrante de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México.
“Exigimos justicia, una investigación clara, a profundidad, que lleve a juicio a cada una de las personas que tuvieron que ver, a los autores intelectuales y materiales. No queremos impunidad y no lo permitiremos. En la Normal de Ayotzinapa decimos que si existimos, es porque resistimos. Pero ya basta de resistir. Nos tocará actuar”.
VICE News confirmó que a las 10 de la mañana de hoy, Vidulfo Rosales, abogado de los padres de los 43 normalistas desaparecidos, se encontraba en compañía de familiares de los fallecidos, recibiendo el cuerpo de alguno de ellos.
‘Exigimos justicia, una investigación clara, a profundidad’.
El multihomicidio ocurre una semana después del segundo aniversario del asesinato de tres estudiantes, tres civiles más y la desaparición de 43 normalistas en Iguala, Guerrero, el 26 de septiembre de 2014. Esos crímenes desataron una serie de protestas multitudinarias en México y en el extranjero para exigir al gobierno el regreso con vida de las víctimas, quienes fueron entregadas por policías municipales al cártel Guerreros Unidos.
Omar García, uno de los líderes más visibles de los estudiantes, dijo a VICE News que los hechos se dieron en un contexto de inseguridad que azota al estado de Guerrero desde hace años. “Ayer el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, visitó Chilpancingo y a pesar del impresionante operativo de seguridad que se montó por su visita, las matanzas continúan en el estado”, señaló el estudiante.
Asimismo, aseguró: “Si mis compañeros fueron daños colaterales de un supuesto asalto o no, debemos exigir que la situación de inseguridad del país cese, el Estado debe garantizar la seguridad de toda la población. No debemos dejar que estos casos queden impunes, de lo contrario se normalizará una situación que no es normal”.
Aún con toda la atención mediática, nacional e internacional, los crímenes hacia la comunidad de Ayotzinapa no cesan: apenas el 4 de julio pasado, en Tixtla, Guerrero, un grupo de hombres armados asesinó a Gelacio Navarrete Morales, profesor de la escuela normal, minutos antes de que subiera a su automóvil.
Asesinan a un maestro de Ayotzinapa, la escuela con 43 estudiantes desaparecidos. Leer más aquí.
“La historia de nuestra institución se ha vuelto a manchar de diciembre”, afirmó Mundo frente a reporteros. Y tiene razón, la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa tiene un historial de asesinatos en su plantilla escolar: en diciembre de 2011, dos alumnos —Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús— fueron asesinados por disparos de policías que desalojaron violentamente un plantón en la carretera que lleva a Acapulco.
Y en enero de 2014, Eugenio Tamarit y Freddy Vázquez, también estudiantes normalistas, murieron a causa de un vehículo que los arrolló mientras pedían dinero a los automovilistas que pasaban por la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo para financiar sus actividades escolares.
Mira el documental de VICE News: Los 43 que faltan: normalistas desaparecidos.
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