Sports

DeAndre Hopkins encabeza la revolución en Texas

DeAndre Hopkins está confiado. Al receptor abierto de los Texans de Houston se le nota diferente mientras camina por el crucero Carnival Breeze en Galveston, el cual organizó un almuerzo en honor por el Día de las Madres y por la nueva asociación corporativa de su equipo con la línea de cruceros; ya sea en este orden, o al revés.

Hopkins estaba listo para competir contra su compañero de equipo, Brian Cushing, en una carrera de toboganes para recaudar fondos. Cushing intentó provocar a su oponente con algunas bromas antes de la carrera, pero Hopkins no cedió ante la provocación. Estaba listo para competir.

Videos by VICE

La madre de Hopkins, Sabrina Greenlee, fue víctima de un devastador ataque cuando Hopkins tenía diez años de edad: la novia de un hombre con el que ella salía la sedó con una mezcla tóxica de cloro y lejía; los doctores tuvieron que inducirle un coma mientras ella se recuperaba. El padre de Hopkins murió en un accidente automovilístico cuando él tenía cinco meses. Criada en Carolina del Sur, la familia de Hopkins muchas veces necesitó de la asistencia del banco de comida local, por ello es que en la actualidad Hopkins es vocero activo del Houston Food Bank. Terminó por recaudar 5 mil dólares para la organización caritativa, y se le vio muy comprometido.

Leer más: Athletes Connected: ¿Cómo ayudar a los atletas que sufren de problemas de salud mental?

Hopkins tuvo una temporada revelación, donde recibió 111 balones para 1,521 yardas y 11 anotaciones en 2015. Sólo Julio Jones y Antonio Brown recibieron más balones, considerando que aquellos pases fueron lanzados por Matt Ryan y Ben Roethlisberger, respectivamente, en lugar del mediocre mariscal de campo de Houston. Con el fichaje de Brock Osweiler para ocupar la posición de quarterback en Houston, al menos por ahora, Hopkins podría estar en una mejor posición para ser eficiente en lugar de ser sólo prolífico. En verdad lo cree. La semana pasada, Hopkins le dijo a los reporteros que los Texans volverían a ser un equipo de élite en su división. “Creo que nos hemos ganado la fama para ser el equipo a vencer en la AFC Sur”, comentó. “Cuando llegué aquí, el equipo favorito eran los Colts. Por fin pudimos dar el paso que nos faltaba”.

Hopkins fue seleccionado en la posición 27 global por Houston en 2013. Su temporada como novato inició con el pie derecho cuando en la Semana 2 obtuvo un par de anotaciones, incluyendo una anotación en tiempo extra que le dio el triunfo a los Texans sobre los Titans de Tennessee para obtener dos victorias en fila. Después Houston 14 juegos consecutivos. En esa misma campaña, Hopkins tuvo problemas para jugar en la ofensiva.

En Houston, bajo el entrenador Gary Kubiak, las posiciones no se asignaban. Uno de las tenía que ganar. “Arian Foster, Andre Johnson, Owen Daniels, todos ellos eran titulares en la ofensiva”, dice Hopkins. “Básicamente tenía que ser perfecto para ganarme la confianza de Matt Schaub y el equipo. En la segunda temporada seguía sin ser la segunda o tercera opción en la ofensiva. Pero sabía que tomaría tiempo ganarme la confianza de todos”. Mencionó estas palabras como si no hubiera duda de que, tarde o temprano, los Texans se darían cuenta de lo que tenían.

Sólo dos jugadores en la NFL recibieron más pases que DeAndre Hopkins la temporada pasada. Foto por Matthew Emmons-USA TODAY Sports

Los números de eficiencia de Hopkins comenzaron a incrementar luego de que Johnson fichara con los Colts de Indianápolis; en 2014 terminó en el lugar 23 en DVOA. Al ser la única opción deseable en un grupo de receptores que entregaban muchos balones la temporada pasada, los números de eficiencia de Hopkins disminuyeron en 2015 inclusive cuando sus pases incrementaron. Este año intentará tener ambos en un balance, y cree que cuenta con un mariscal de campo, Osweiler, que puede hacerlo realidad. “Este chico llegó y parecía que había estado con este equipo por años”, comentó Hopkins sobre el ex jugador de los Broncos. Mientras que la incorporación de un buen brazo debería ayudar, Hopkins también elogió las habilidades de liderazgo de Osweiler.

Los departamentos de reclutamiento valoran sumamente ese tipo de características en un mariscal de campo —por algo el quarterback de Michigan State, Connor Cook, cayó hasta la cuarta ronda en el draft de este año, y no tuvo algo que ver con su actuación dentro del emparrillado—. Sin embargo, dichos atributos no significan mucho para el futuro de Osweiler en la liga.

Osweiler posee un poderoso brazo superior al de cualquier QB con el que Hopkins ha jugado. Los Texans jamás habían contado con un mariscal de campo que pudiera lanzar la pelota tan lejos en toda su historia. Osweiler puede hacer eso y más, ya que es capaz de alargar el campo. A pesar de no ser una estrella por la que todos esperan, Osweiler puede sumar puntos si logra poner el balón dentro del radio de atrapadas de Hopkins. Poner este tipo de pases profundos ayudarían a la ofensiva en general.

Por supuesto, siempre y cuando Hopkins logre mantenerse saludable —cabe destacar que el receptor abierto aún no se pierde un partido por lesión en toda su carrera en la NFL—. Algo de ello es pura suerte, pero Hopkins asegura cuidar su cuerpo. Dice que es lo más importante que le aprendió a Johnson, su ex compañero de equipo y la única luz de los Texans en gran parte de la década de los 2000. “Cuidaba mucho su cuerpo”, dice Hopkins. “Me decía a cada momento que tuviera cuidado con mi cuerpo más allá del campo de juego”.

Ahora Hopkins se encuentra en la posición para impartir su propia lección a los jóvenes receptores. Los Texans gastaron dos de sus primeras tres selecciones en el draft en receptores abiertos, quedándose con Will Fuller de Notre Dame en primera ronda, y Braxton Miller de Ohio State en tercera. Fuller y Miller proveerán otra cosa que los Texans no tenían el año pasado: velocidad. La tirada es que logran abrir más espacios para Hopkins.

“Tendrán que ganarse la confianza de todos”, expresó Hopkins, hablando desde su experiencia. “No es la universidad donde sólo hay un juego de conferencia. En la NFL, todos los partidos cuentan”.