Del Piporro a Diego Luna: series y películas grabadas en Ciudad Neza

Capturas de pantalla de las películas y fotos por Paulina Munive.

Artículo publicado por VICE México.

Planeta: Tierra.

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Lugar: Los Angeles, California.

Año: 2154.

Decenas de personas se amontonan en un terreno desértico para poder abordar una nave. Son hombres enfermos, mujeres pobres, ancianas en sillas de ruedas y niñas con muletas que buscan escapar del planeta. Visten ropa desgarrada, sucia y vieja. Su caras no han sido lavadas en días. Se empujan, gritan y alzan su mano para mostrar sus pases de abordar. Varios guardias armados les impiden el paso. Sólo dejan pasar a unos cuantos. Los afortunados corren despavoridos en una fila para subir al vehículo que los sacará de este mundo. Es su única salvación. Segundos después, las turbinas de la nave se encienden cubriendo de polvo a los que no lograron subir. Despega entre protestas y la mirada desconsolada de los que se quedaron abajo. Pero no es ni Los Angeles, ni es el año 2154. Es Ciudad Neza en el 2012.

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Lugar donde se grabó el despegue de Elysium. Foto: Paulina Munive.

Se trata de Elysium, un película hollywoodense que quizás sea la más grande producción rodada en el municipio de Nezahualcóyotl. Escrita y dirigida por Neill Blomkamp, es protagonizada por Matt Damon, Diego Luna y Wagner Moura —el actor que le dio vida a Pablo Escobar en la serie Narcos—. El presupuesto del film fue de 115 millones de dólares y logró recaudar 286, más del doble. La película muestra un planeta sobrepoblado y contaminado, donde sus habitantes buscan escapar de cualquier forma a Elysium, un hábitat construido en el espacio para que los ciudadanos más ricos conserven su estilo de vida.

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Captura del despegue en Elysium. Captura de pantalla.

Ciudad Neza fue la locación perfecta para mostrar un mundo post apocalíptico que le diera un toque de desolación y desesperanza a las escenas. Para realizarlas no se necesitó un laborioso diseño de arte: Neza lo tenía todo, incluso los actores perfectos. Los extras del film fueron contratados entre los pepenadores de los basureros aledaños para que actuaran, prácticamente, de ellos mismos. María del Carmen Cruz fue una de ellas.



La señora de casi 60 años de edad vive a unas casas de la avenida Bordo de Xochiaca, el lugar de donde despegó la nave que intentó a salvar a varias personas en la ficción. Toda su vida ha vivido en ese municipio y buena parte de ella se dedicó a separar basura en los tiraderos cercanos a su hogar. Nunca imaginó participar en una película, mucho menos en una de ese calibre.

“Un día mis hijos me dijeron: oye mamá que van a hacer una película en los basureros y hay chamba, ¿le entras?. No pues sí, les dije. Pero al principio no sabíamos de qué se trataba, ni quién iba a salir. Yo pensé que sería un documental. Cuando vimos los trailers de equipo, la cantidad de gente y el comedor pensamos, esto va ser en grande. Durante tres días estuvimos grabando aquí en la avenida y otras más en los basureros”, comenta María del Carmen.

Cuenta que desde las 5:30 de la mañana los llamaban para desayunar, luego comían después de medio día y por la tarde una vez más. “La verdad nunca he comido tan bien en mi vida”, dice y explica que las naves que despegaban no eran reales, sino helicópteros que fueron modificados con efectos especiales. Calcula que fueron unos 200 pepenadores los que participaron. Ese día, María del Carmen, ganó más como extra que en su trabajo en los basureros.

—¿Qué los ponían a hacer?

—Pues solamente a hacer bola y de vez en cuando gritar en inglés: “One ticket!”.

—¿Qué fue lo que más les gustó de participar en esa película?

—Dos cosas: una fue conocer a Diego Luna, hasta me tomé una foto con él, a pesar de que estamos en los tiraderos convivía con nosotros e incluso comía en el comedor donde estábamos todos los pepenadores. Es una gran persona. A Matt Damon sólo lo vi de lejos. La otra cosa que también me gustó fue que la producción ayudó mucho a mis compañeros, les regalaron láminas y madera para sus viviendas, a algunos hasta les arreglaron sus casitas y hasta mejoraron el camino de la entrada al tiradero.



Elysium no ha sido la primera ni la última película que ha sido cautivada por las locaciones de Ciudad Neza. En ese municipio de 63 kilómetros cuadrados que alberga a más de un millón 100 mil habitantes, fundado en 1963, se ha filmado de todo: además de producciones de alto calibre, también se han realizado películas del cine mexicano, y documentales sobre marginación y pobreza.

Uno de los primeros fue Q.R.R (Quien Resulte Responsable), una producción de inicios de los años 70 dirigida por Gustavo Alatriste, que busca las razones de los cientos de miles de nuevos habitantes de Neza que habían dejado sus lugares de origen para vivir en una zona desértica, llena de salitre, sin agua potable, electricidad ni drenaje. Las respuestas de los entrevistados exhiben dos razones: en sus pueblos no hay trabajo y en el centro de la Ciudad de México las rentas son muy caras.

Luego, para 1972, se filmó El Desierto de Sal, un documental corto realizado por Agustín Barrios y Demetrio Bilbatúa, en el que se explica cómo a pesar de la falta de servicios básicos la gente de Neza se las ingenia para sobrevivir. Ambos trabajos muestran un lugar con bastantes carencias: calles sin pavimentar, casas de cartón, hacinamiento y pobreza entre sus habitantes, pero también fiestas de barrio y hasta lucha libre en una de las arenas del municipio.



Años antes, meses después de la fundación del municipio, Eulalio González mejor conocido como “El Piporro”, un actor de películas con temas ranchero famoso entre los televidentes mexicanos de aquel entonces, filmó en la Plaza de Toros de la Aurora, ubicada en el extremo oriente de Neza, la película Torero por Un Día.

Y a mediados de los años 80, el reconocido actor mexicano Héctor Suárez grabó escenas de la película El Mil Usos 2, en varias partes del municipio mexiquense, entre ellas el Tianguis de San Juan, donde es extorsionado por policías judiciales al no contar con el permiso para vender en la vía pública. A una cuadra de ahí filmó otra escena como boxeador novato en la Arena San Juan. La gente de la zona recuerda los camiones con vestuario, las cámaras cinematográficas, las luces y a Héctor Suárez en una de las películas que lo consagró como uno de los principales actores mexicanos. Varios vecinos de la colonia Juárez Pantitlán aparecieron de extras en las escenas.

Después llegaron dos películas de ficheras en 1985: La Tierra Prometida y El Día de los Albañiles, en donde se muestra la vida propia de los barrios populares, marcada entre la pobreza, la corrupción, el alcoholismo, el machismo y una pasarela de mujeres en bikini con tacones altos que parecen sucumbir ante los “encantos” de personajes misóginos pertenecientes a la clase obrera o bien, miembros de la economía informal.

Durante los años 90, se grabaron también varias series de las mayores cadenas televisivas del país: Televisa y TV Azteca: entre ellas algunos capítulos de Mujer Casos de la Vida Real, un programa bastante parecido a La Rosa de Guadalupe, sólo que con la reconocida actriz Silvia Pinal como host. Y Duro y Directo, un programa amarillista que buscaba captar espectadores — y lo hizo— a través del morbo, el lenguaje explícito e imágenes provocadoras y desagradables que exponían problemas cotidianos de la capital.



Finalmente, el nuevo milenio y la fascinación del público internacional por series y filmes relacionados con el narcotráfico llevaron de nuevo los reflectores a Neza. En septiembre de 2014, las calles del municipio sirvieron como locación para Sicario, una película que compitió en la selección oficial del Festival de Cine de Cannes, protagonizada por Benicio del Toro y Emily Blunt.

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Locación original. Foto: Paulina Munive.

La historia, supuestamente, se desarrolla en la frontera de Texas y Ciudad Juárez, Chihuahua, pero en realidad varias escenas se filmaron en las calles de Neza. Una de las más recordadas es cuando ambos protagonistas recorren custodiados por la policía local las calles mexicanas y observan cómo cuelgan varios cuerpos decapitados y desnudos de un puente —un rasgo distintivo de las narco ejecuciones—, al mismo tiempo que Del Toro le dice a su acompañante: “Welcome to Juarez”. Incluso a un letrero vial que indica qué ruta tomar para llegar al Periférico Sur y la avenida Pantitlán —dos avenidas bastante reconocidas en la CDMX y su periferia— , le fueron añadidas las palabras CD Juárez, para darle más realismo a la escena.

A dos calles de ese puente, casi sobre la avenida Chimalhuacán, vive Maria Guadalupe Rangel. Sobre la esquina de su casa la mega producción de Sicario se acomodó. “Traían muchos trailers de equipo, cámaras muy grandes, eran muchísima personas, decían que venían de Estados Unidos, pero sólo estuvieron un día en el rodaje”.

—¿Le sorprendió ver a los colgados del puente?

— La verdad sí. Aunque sabíamos que eran muñecos, parecían reales, con la sangre y todo, por eso muchos de mis vecinos salieron a ver cómo habían hecho esa escena. La policía tuvo que cerrar durante varias horas las calles para no permitir el paso de los coches de aquí, mientras los cineastas trabajaban.

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Captura de pantalla de la película.

Pero esa no es la filmación que más ha sorprendido a María Guadalupe, la que más ha llamado su atención fue la de Zero Zero Zero, una serie de ocho capítulos basada en el libro homónimo de Roberto Saviano, el periodista italiano más reconocido por sus obras sobre las mafias italianas. La serie, filmada en cuatro continentes, es dirigida por Stefano Sollima, director de Gomorra, y el argentino Pablo Trapero.

De hecho, hace unos meses, durante la filmación de la misma —realizada justamente en el mismo lugar donde se rodó Sicario— una escena causó alarma entre los vecinos que pensaron que se trataba de un hecho real.



Un camión de pasajeros, típico de Ciudad Neza, es perseguido a gran velocidad por decenas de hombres armados portando chalecos antibalas, unos a pie y otros en una camioneta de batea, al alcanzarlo bajan a punta de pistola a los pasajeros y los colocan en el piso sometidos como si fueran a acribillarlos. Varios vecinos grabaron desde sus ventanas lo ocurrido y lo subieron a redes sociales. De inmediato se pensó que era un ataque real de grupos de la delincuencia organizada y las autoridades se vieron obligadas a dar una respuesta en video para calmar a los habitantes.

Pero la mayoría sabía que se trataba de ficción. María Guadalupe dice que el rodaje de esas escenas duró dos días y que, en esa ocasión, los vecinos no participaron como extras, a ellos los traían de otros estados de la República. “En la esquina de mi casa pusieron una carpa para colocar sus monitores por donde revisaban si habían quedado bien las escenas. Prácticamente todas las calles de alrededor se llenaron de equipo de producción. Todas las tomas parecían reales incluso los balazos sonaban como si fueran de verdad”.



Estás son algunas de las películas y series más significativas que han sido rodadas en Ciudad Neza, no son todas, pero éstas permanecen en la memoria de sus habitantes, que ya se han acostumbrado a que sus barrios sean convertidos en un set de filmación.

Muchos vecinos recuerdan que desde que llegaron a vivir ahí hace varias décadas, sus calles han sido bloqueadas por tráilers de equipo, camiones de utilería, camionetas del staff, metros de cable, luces, cámaras, dollys, rieles, uno que otro boom y drones. Pero no es algo que les moleste. Saben que los detalles cinematográficos que tiene su municipio hacen de Ciudad Neza un lugar que seguirá cautivando lentes.