Ángel María Villar, quien lleva casi 30 años en el cargo de presidente de la Federación Española de Futbol y más tiempo vinculado al futbol español, fue detenido por la Guardia Civil española como parte de una operación anticorrupción y bajo la acusación principal de desviar fondos de la Federación en su beneficio y en complicidad con su hijo, un especialista en derecho deportivo, quien también enfrentará cargos.
De acuerdo con medios españoles, la Fiscalía Anticorrupción investiga, entre otros señalamientos, si ambos recibieron comisiones de manera ilegal a propósito de la celebración de encuentros amistosos de la selección y bajo el trato de acuerdos comerciales. Las autoridades tienen en la mira una larga lista de encuentros que, tras pactar con las autoridades de las federaciones de los equipos rivales, supuestamente abonaron una suma bajo el concepto de asesoramiento y a través de las empresas del hijo de Villar. Entre los partidos investigados están uno contra Corea del Sur y otro contra Bosnia, ambos disputados el año anterior como parte de la preparación para la Eurocopa, y uno más que ocurrió ante Argentina, poco después del campeonato del mundo.
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Además, las autoridades siguen la pista de tratos para asegurar su permanecia como presidente, cuya última confirmación de los próximos cuatro años sucedió en mayo. Las autoridades se encargan del registro de las oficinas de la Federación, sus despachos personales y en dos federaciones territoriales: Valencia y Tenerife, para buscar pruebas sobre la administración desleal, falsedad documental, apropiación indebida y corrupción entre particulares. Parte de una serie de denuncias interpuestas por el Consejo Superior de Deportes del gobierno español, que también han alcanzado a una decena de dirigentes locales de la Federación y esperan duplicar la cantidad de detenidos.