Ha pasado medio año desde que el cuarteto costarricense 424 hizo la presentación oficial de su disco Siempre Mar en el mítico Teatro Melico Salazar, en el centro de San José, con un impresionante show técnico y perfectamente pulido frente a una sala totalmente llena. La banda está en su punto de ebullición, con una fanaticada que crece cada vez más dentro y fuera de las fronteras ticas, y un dominio cada vez más evidente para hacer un pop-rock con referencias sutiles a lo progresivo y a la psicodelia.
Sin embargo, a pesar del gran momento que vive 424 actualmente, el cantante y guitarrista de la banda, Felipe Pérez, decidió lanzarse de cabeza a hacer música en solitario usando el pseudónimo Achará, bajo el cual editará el próximo 30 de septiembre No hay horóscopo, un EP de siete canciones co-producido por Giancarlo Tassara. Ya Pérez había anticipado el proyecto sacando hace dos años “Sierpiente”, una canción que dispara una película oscura dentro de nuestros cerebros. Entre cuerdas sintéticas, beats que caminan entre lo electrónico y lo orgánico, y ambientes inquietantes, el costarricense narra, como si estuviera alumbrándose la cara con una linterna bajo una manta, un cuento abstracto y evocador protagonizado por el Diablo en forma de serpiente. Acompañando el tema, también editó un video que intensifica las vibras infernales y añade al cuento.
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La semana pasada, de manera sorpresiva y sin mucho ruido de por medio, apareció un nuevo sencillo en su canal de YouTube. “Yo soy solo” fue creada en la misma época de la canción que le precede, y comparte su enfoque electrónico, aunque con resultados más contemplativos que ominosos. El tema –el cual cuenta con voces de Fiamma Aleotti, de Saturno Devorando, y está acompañado de un video dirigido por Sebastián Coto– crece y crece en capas y elementos, dejando entrever una historia de una relación tóxica, representada en las visuales de forma a la vez tierna y grotesca –como puede llegar a ser el amor.
Medio año después de ese lleno total en “el Melico” con 424, Pérez regresó al teatro el pasado 24 de agosto, esta vez para estrenarse en vivo con Achará, acompañado de Guido Fernández (de Voodoo) y Diego Trika (de Voodoo y Bufonic), teloneando a la agrupación local Magpie Jay. Es así como empieza oficialmente la cuenta regresiva hacia la salida su EP debut, pero la faceta solista de Pérez ya está en marcha y pinta muy bien.
Conversamos con la mente detrás de Achará para conocer más detalles sobre el proyecto, sus impresiones después de su debut en vivo, la identidad tica que representa en sus canciones, y más.
NOISEY: ¿Cuál fue la motivación detrás de hacer un proyecto solo? ¿Sentiste que había ideas y conceptos que no encajaban con la visión musical de 424?
Felipe Pérez: Siempre estoy haciendo música de todas maneras, y siempre tuve la idea de hacer un proyecto aún más electrónico, aún más cinemático y un poco más oscuro [que 424]. Desde hace varios años ya había ido compilando maquetas y recopilando ideas para en algún momento hacerlo. Sí, es una decisión explícita de explorar otras cosas por mi cuenta, y es un proyecto que de estoy terminando de entender –si bien ya hay siete canciones, ayer fue la primera vez que tocamos y hay otros planes, todavía está en desarrollo y lo sigo descubriendo. Pero, sí es eso; tengo mucho tiempo para hacer música y quiero hacer más música.
Tu primer sencillo, “Sierpiente”, salió hace ya casi dos años. ¿Continuaste trabajando en música solo todo este tiempo o hiciste una pausa que duró hasta este año?
No, fue una pausa en realidad. De estos siete tracks que van a salir ahora en septiembre, cinco los compuse y los grabé este año, en los últimos cuatro meses, entonces hay mucho material de este momento nuevo. Hay otro material de hace dos años, donde ya había medio empezado a hacer ciertas cosas. Hay ciertos temas que quiero terminar de producir de ese entonces, pero sí hubo un break entre esos dos momentos. “Yo soy solo” también la escribí en aquel momento, cuando hice “Sierpiente”. Esto dos temas son los más viejos; todo los otros temas los hice este año.
¿Qué podemos esperar de las canciones que componen No hay horóscopo?
Hay una canción que creo es que la canción más pop feliz que he hecho en mi vida. Salió por sorpresa, y es como un pequeño oasis en este EP que en realidad es bastante denso y como melancólico. Normalmente no soy de hacer esa música y me gusta mucho. Hay por ahí un bolero muy cinemático, que a mí me gusta decir que es un bolero porque al menos de ahí viene la inspiración para la instrumentación y el ritmo; no sé si se sienta así, pero es un concepto del que me agarro para desarrollar ese tema.
Hay otro solo de guitarra interesante por ahí, como el de “Sierpiente”. Claramente 424 está muy basado en guitarras, y es una alineación más de banda de rock. En este proyecto, empecé queriendo alejarme de la guitarra, pero terminó habiendo un poco de guitarra acústica, y está este solo de “Sierpiente” y uno en otra canción. Entonces la guitarra se vuelve como un momento nada más; es un momento en una canción, no es música de guitarra. Y hay mucho sintetizador, beats muy orgánicos, pero todo siempre como grande y reverberado.
Trabajaste con Giancarlo Tassara para crear el primer EP de Achará. ¿Por qué lo escogiste precisamente a él como colaborador?
Giancarlo es primo mío y es el ingeniero de sonido de 424. Con él hicimos Siempre Mar también, y pues tenemos una química en el estudio muy buena onda, nos llevamos muy bien y trabajamos muy bien juntos. Él es una pieza súper importante del proyecto y siempre va a estar a bordo; digamos que es como un miembro más de la banda, un integrante tácito. Siempre le enseño maquetas, y además este año nos hemos estado adentrando a producir juntos a un par de artistas de acá de Costa Rica. Parte de los planes es seguir trabajando juntos en producción de otros artistas, y en Achará –si bien yo soy el que compone y el que hace las canciones y demás– él es fundamental para la parte de producción y postproducción y todo el proceso que hacemos juntos de mezcla hasta mastering y grabación.
Has mencionado en algunas oportunidades que con Achará tienes un interés especial en que el proyecto se sienta y se escuche costarricense, en especial a través de las letras, usando palabras propias del país que no se usan en más ningún otro. ¿Qué despertó ese interés?
Yo en realidad empecé a cantar en español básicamente cuando empezó 424, en el 2010. Toda mi vida había cantado en inglés, y conforme han pasado los años y decidí cantar en español, le he agarrado un tremendo cariño. No me gusta ni escribir ni cantar en inglés; lo podría hacer de ser necesario, pero no me apasiona. Entonces luego de tenerle ese cariño al idioma en sí, que ya no puedo vivir sin él y me encanta, viene la parte en la que me pongo a pensar un poco en cómo hacer para que mi música de alguna manera se relacione un poco más al país de donde vengo y a lo que me rodea, y a cómo hablo y me expreso. Entonces decido usar “achará”, que es una expresión que se usaba aquí hace muchos años (ya casi nadie la usa), que es como para decir “qué lástima”. Es un término que va muy de la mano de la melancolía de este proyecto. Es una palabra costarricense muy misteriosa, realmente no se sabe su origen, y es como muy cacofónica y a la vez no suena como si fuera español, entonces me gustó por ahí ese nombre.
Luego, en Costa Rica hay música folclórica y típica, pero no hay como un sonido costarricense per se. Entonces siempre ha sido, creo yo, algo que nos tocó a los músicos costarricenses el que nuestra música no necesariamente se siente con algo de identidad costarricense. Si ves toda la escena alternativa en México, o lo que se hace en Colombia, hay algo de ese sonido regional. En Costa Rica también hay cumbia y hay todo esto, pero ninguna música dice “Costa Rica”. No me interesa explorar un sonido folclórico, sino que en las letras hablo como se habla aquí, y digo ciertas palabras que no se van a entender en México [por ejemplo]. Esa es mi manera de decir “Soy tico y hablo así”. Y es como, “¿Qué está tratando de decir esta persona? ¿Qué significa eso?”. Es mi manera de representar a Costa Rica en la música.
Claro. Muchos grupos en la historia de la música contemporánea de Estados Unidos e Inglaterra, por ejemplo, usan palabras y mencionan lugares de los que no tenemos idea, y aun así muchos los investigamos y terminamos conociéndolos. ¿Por qué no hacerlo nosotros también?
Exacto. Claramente, uno escucha hip-hop y hay demasiadas cosas que hay que buscar a ver qué putas significa. Me ha inspirado mucho el hip-hop a cantar y a hablar como yo hablo, como hablamos nosotros de manera relajada; a soltarme un poco a que sea más coloquial, que hace que alguien de acá en Costa Rica lo sienta un poco más cercano y todo, que haya una conexión.
Hiciste el debut en vivo de Achará el 24 de agosto en el Teatro Melico Salazar. ¿Cómo fue la experiencia? ¿Cómo se sintió volver a presentarte allí?
Fue increíble volver a tocar en ese teatro. Invité a un par de muy buenos amigos, Guido [Fernández] y Diego Trika, a que me acompañaran. Hace dos semanas empezamos a ensayar y a resolver cómo se toca todo esto en vivo. Creo que es el set de 20 minutos más producido que he visto en mi vida. Queríamos hacer un montón de cosas: sólo había un micrófono en la tarima, que era el de mi voz, y todo lo demás corría por mi compu; automatizamos todos los cambios de efectos de guitarra y de batería, para que todo el mundo nada más se concentrara en tocar. Y luego, entre Guido y Diego, [tocan] batería y bajo, y van rotando; yo toco bajo en algunas canciones y guitarra, y todo ahí con los controladores y demás.
Aparentemente fue muy dinámico, parece que le gustó a la gente ese como coreografía cambiando instrumentos. Este proyecto también es eso, como explorar otra puesta en escena que es muy distinta a la que tengo con una banda. Es seguir experimentando un lado más electrónico, una tarima totalmente silenciosa, ya otro tipo de show. Sonó muy bien, creo que a la gente le gustó, mucha gente muy feliz.
Algodón Egipcio está en Twitter —@algodonegipcio