Diez preguntas que siempre has querido hacer a un funcionario de prisiones

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Antonio González tiene 49 años, es responsable general en el sindicato UGT prisiones y lleva más de 21 años siendo funcionario en varios módulos para internos. Ha pasado por cárceles como Carabanchel, Puerto II, Alhaurín de la Torre o Archidona. Además, por su cargo en el sindicato ha pisado casi todos los centros penitenciarios de nuestro país.

A Antonio le ha tocado lidiar con situaciones variopintas: desde el suicidio de algún interno hasta inmovilizaciones físicas de reclusos con agitación. “Esto último de forma muy habitual”, aclara.

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Cuando hablas con él te das cuenta de que vive en un mundo completamente distinto al que no estamos acostumbrados, y que a veces, la realidad supera la ficción. Esto es lo que me ha contado.

VICE: ¿Cómo es trabajar en la cárcel? ¿Cuáles son tus rutinas y tu día a día?
Antonio: Realmente es duro porque trabajamos en un medio muy arduo. Tenemos que estar 24 horas con la población reclusa e interactuar con ellos, sin pistolas, sin porras, únicamente con nuestra palabra y la inteligencia. En los turnos de noche entras a las 22h y sales a las 8 am. En los turnos de mañana-tarde entras a las 8 am y sales a las 22h. Es mejor trabajar de noche, porque por la mañana hay mucha actividad porque es cuando vienen psicólogas, educadores, trabajadoras sociales, hay muchos cursos, analíticas, diligencias…En la mayoría de centros en los que he estado se trabajan dos días seguidos de mañana-tarde y luego el siguiente turno de noche. Después de esto tienes 5 días libres.

¿Qué hay que estudiar para trabajar en la cárcel?
Te exigen bachillerato y luego has de opositar. Se presenta mucha gente y la mayoría son licenciados universitarios. El examen son 150 preguntas sobre 70 temas, 8 supuestos prácticos y si lo apruebas pasas un reconocimiento médico. Los más veteranos como yo también tuvimos que pasar un psicotécnico y una entrevista con psicólogos, pero hoy en día esta prueba ha sido suprimida.

¿Cómo es mayoritariamente la gente que se encuentra en tu módulo? ¿Cuál es el perfil, qué delitos han cometido y cuántos años les han caído?
Trabajé muchos años en el módulo de extranjeros porque hablo idiomas. Es gente que pertenece mayoritariamente a la mafia (colombiana, rusa, italiana…). La característica de ese tipo de internos es que quizás son más educados que los que están en módulos de reincidentes pero a la vez son muy peligrosos porque son imprevisibles y no sabes por dónde van a salir. Fundamentalmente son condenados por delitos de tráfico de drogas, pero también hay algunos que están allí por robos, hurtos, delitos de la propiedad. Hemos tenido terroristas, violadores, estafadores… un poco de todo.

¿Cómo es la relación entre preso-carcelero? ¿Ha habido alguno con el que después de tantos años le hayas cogido cariño y os hayáis hecho colegas?
Tiene que haber un trato de respeto mutuo, aunque a veces por su parte es complicado. Hay que tener en cuenta que cada día se produce al menos una agresión, ya sea física o verbal, en alguno de los 84 centros penitenciarios que dependen de la secretaría General. Puñetazos, patadas, cortes, mordiscos… Estas cosas existen.

“Cada día se produce al menos una agresión, ya sea física o verbal”

Siempre te llevas mejor con algunos internos que con otros, sobretodo con los que realizan tareas de limpieza incluidos en los búnkeres y zonas de seguridad. En el día a día hablas bastante con ellos. A veces incluso me los he encontrado por la calle y me dicen “¡Don Antonio! ¿Qué tal?”, cuando me dicen esto mi mujer ya se da cuenta enseguida de que tenemos delante a un excliente.

¿Funciona más irles en plan de buen rollo o hacerte el duro para que te hagan caso? ¿Hay algún truco para tratar con gente con comportamiento difícil?
Hay que mantener el principio de autoridad, porque en aquel momento es lo que eres y estás solo ante el peligro. Es importante proyectar una actitud seria, responsable y actuando dentro de la norma. Yo no soy partidario de aplicar un rigor innecesario, porque aquellos que faltan el respeto cuando se dirigen a un funcionario lógicamente hay que ponerlos en su sitio, pero siempre desde el respeto. Existe un orden disciplinario dentro de las prisiones, hay un catálogo de faltas y las sanciones correspondientes que puede ir desde privación de paseos y acceso a zonas recreativas comunes, sanción en el módulo de aislamiento, suspensión de los vis a vis.. Cuando se produce algún hecho susceptible de ser sancionado emitimos un parte, que es revisado por el jefe de servicio y se sigue un procedimiento administrativo.

¿Existen realmente las celdas de aislamiento? ¿Cuál es el protocolo a seguir para llevar a un preso peligroso allí y qué han hecho los que han acabado allí?
En las celdas de aislamiento están los internos que muestran una inadaptación a las normas y a la convivencia del centro penitenciario. Por ejemplo, si han agredido a un funcionario o a otro interno seguramente acabarán en aislamiento. El procedimiento es muy reglamentista: se tiene que comunicar al juez de vigilancia penitenciaria, hay un plazo máximo para el cumplimiento de la sanción de aislamiento y cada día recibe la visita de los profesionales de tratamiento y del médico para evitar que puedan decir que hay maltrato en la cárcel. No hay maltrato, esto es una leyenda urbana.

“No hay maltrato en la cárcel, esto es una leyenda urbana”

¿Os toca hacer revisiones de las taquillas de vuestros compañeros? ¿Has visto alguna vez algún caso de un compañero tuyo que haya pasado droga a los internos? ¿O es algo que solo aparece en la serie de ficción Vis a Vis?
Yo no he abierto la taquilla de un compañero en mi vida. Quizás si se presume que han metido una pistola en la cárcel, por ejemplo, puede que por orden del director del centro o por orden judicial haya una inspección. Es cierto que algún compañero ha sido procesado por meter droga. Cuando se producen este tipo de situaciones, que son muy esporádicas (solo he conocido un caso en mi carrera profesional), somos los primeros interesados en que las manzanas podridas salgan del cesto. La gente en la cárcel es muy profesional y estamos muy en contra de este tipo de delito, y si pasa, siempre se sabe. Los internos son los más chivatos del mundo, esto es un patio de colegio.

¿Y en las celdas? ¿Qué es lo más heavy que te has encontrado? ¿Qué suelen tener los reclusos en ellas?
Me he encontrado objetos prohibidos de fabricación casera: con un bolígrafo y una cuchilla de afeitar han fabricado pinchos, palos de escoba que habían afilado a modo de lanza, los huesos de los pollos que habían convertido en armas punzantes, la chapa de las latas… ellos manipulan lo que sea porque están muy aburridos. También me he encontrado móviles, que están totalmente prohibidos, con carcasas de plástico para que no sean detectados. Dentro de las celdas suelen tener fotos de sus familias y antes (ahora ya no tanto), ponían fotos de mujeres desnudas. Las celdas son de dos literas, hay un inodoro y en las celdas más modernas hay una pequeña ducha. En otras cárceles hay un lavabo y las duchas están en zonas comunes. También hay una mesa de pladur con una silla. Las celdas deberían ser individuales, pero normalmente la comparten dos internos, por lo que si uno va al lavabo el otro se percata, es un espacio muy reducido.

¿Es verdad que al entrar en la cárcel se practican tactos rectales? ¿Quién los lleva a cabo? ¿Te ha tocado alguna vez? ¿Hay tanta violencia y tanta droga como vemos en la tv?
Si hay sospechas de que pueda estar metiendo un objeto prohibido sí. Esto lo hace el funcionario de ingresos, por lo que a mí no me ha tocado. Muchas veces sí me he tenido que poner los guantes y hacer un cacheo con desnudo integral. Es lo que toca, es nuestro trabajo. Hay un protocolo muy reglado para este tipo de cacheos.

“Gracias a la profesionalidad del personal de servicios penitenciarios se incauta muchísima droga, sino esto sería un auténtico polvorín”

En la cárcel hay violencia y hay droga. Pero gracias a la profesionalidad del personal de servicios penitenciarios se incauta muchísima droga, sino esto sería un auténtico polvorín. Algunos de ellos llegan a drogarse incluso con la medicación que toman. Si sospechamos que están trapicheando con los psicotrópicos que algunos toman, se la tienen que tomar en boca.

¿Qué es lo más surrealista que te ha pasado en tu trabajo?
He visto como un interno le pasó un palo de fregona por el cuello a otro interno y le dejó como si fuera un pinchito moruno. No murió pero se lo tuvieron que llevar, nosotros tuvimos que procurar que no se durmiera hasta que se lo llevaron en ambulancia. Fue realmente dantesco y se me ha quedado la imagen grabada.

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