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Cultură

Usar, tirar y vender

Art is Trash convierte la basura en arte.

Cuando hace tres años Francisco de Pájaro volvía a casa, a menudo se obligaba a mirar hacia el cielo para evitar que la basura que cubría las calles le diera alguna idea. “Sufría por culpa de esta loca transformación. Me forzaba a mirar el cielo mientras volvía a casa porque no quería seguir imaginando cosas. Estaba exhausto. Llegaba a casa destrozado, con la adrenalina bombeando. Tardé un poco en aprender a sobrellevarlo.” Sus primeras incursiones nocturnas fueron muy estimulantes. “Disfrutaba descubriendo cosas nuevas todo el rato. Nadie me conocía. Los camiones de basura pasaban de largo como si no pasara nada. A la policía no le importaba. Pero en estos últimos tres años las cosas han cambiado bastante en Barcelona.” El extremeño Pájaro, también conocido como Art is Trash, confirma la teoría de que dentro de cada hombre hay un pequeño niño con ganas de salir fuera. En sus dibujos y obra callejera abundan los caballos y los indios. “Me acuerdo que los acostumbraba a dibujar en la escuela. Es algo que tengo muy arraigado y tengo que reconocer que primero me daba vergüenza dibujarlos. Cuando vas por la calle tienes que buscar recursos rápidamente. Tienes una visión en medio de la calle y la traes a la vida.”

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Con el tiempo el significado se ha transformado. Los indios expresan su indignación con la crisis económica actual y con el conservador mundo del arte. Los vaqueros son los políticos, los banqueros y la fuerza policial que los protege. “El street art es protesta; es un arte salvaje; es el más directo.” Pájaro estaba pintando en el sótano de la galería donde en breve se expondrá su obra cuando llegué para hablar con él. Tenía una línea gruesa de color negro pintada en la frente, como un indio Sioux. Sus lienzos están salpicados con colores brillantes, y los indios y los polis/vaqueros corren por todas partes, alborotándolo todo. Pese a la reciente fama que ha alcanzado Pájaro gracias a sus esculturas efímiras hechas de la basura de las calles de Barcelona, éste no se identifica con el street art en su sentido clásico. “No me siento como un un artista de arte callejero, la verdad es que no he chupado mucha calle. Soy un simple trabajador buscando una vida de artista.” Su apropiación de las calles fue la respuesta a una exposición que hizo en una galería que resultó ser un fracaso, es como una forma de olvidarse del pasado. “La mayoría de las galerías pasaban de mí. Entonces una galería importante aceptó mi trabajo. Era todo muy bonito y romántico pero no vendí absolutamente nada. Acepté el hecho de que nadie nunca compraría mis trabajos y de que nadie me tomaría en serio como artista, así que salí a la calle para expresarme. La calle fue un descubrimiento. Antes, mi trabajo era mucho más limpio y cuidadoso y romper con esto fue difícil.”

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Pájaro dice que la jungla de asfalto de Barcelona nunca había sido tan peligrosa como ahora, sobretodo cuando intentas darle algo de color. “La política de CiU es dura. Son nacionalistas a favor de un estado policial, catalanes de derechas, capitalistas absolutos, racistas. Además he visto la opresión por culpa de todas las multas que me han puesto. El gato ha atrapado a la rata en varias ocasiones.” También cree que la prohibición ha empujado a los artistas a volverse más ingeniosos y más punzantes con sus mensajes – la reacción natural a un estado prohibicionista. “Quiero darles [a los políticos] la misma respuesta que nos dan ellos a nosotros. Ellos son basura, nos tratan como tal. ¡Así que los voy a pintar en los lugares donde pertenecen!” Comenta riendo. Su arte callejero se asocia con el barrio del Raval, donde trabaja por las noches como camarero. “Conozco el sufrimiento de la clase obrera, del sistema laboral. A mi me afectaba, así que me expresé como trabajador afectado. Plasmaba todo lo que me estaba pasando a mí y a la gente de mi alrededor. Quería expresar esa indignación.”

Tres años después dice que estos conflictos le han convertido en un mejor artista. “El hecho de estar hambriento te transforma como persona, es parte de la naturaleza. Soy un ejemplo de esto, de cómo llegar a tus límites; económicamente, energéticamente y materialmente: no podía ni pagarme un pincel.” Crear arte que será barrido para siempre al cabo de pocas horas tiene profundas connotaciones poéticas. “Es la forma de arte más efímera. Lo construyes y luego desaparece. Aplastado en los camiones de basura. Un objeto que está destinado a morir.” Pájaro tiene la extraordinaria habilidad de transformar basura sin sentido en objetos vivientes, con gran humor, ironía y sensibilidad. Estos trabajos fugaces provienen de alguien con una naturaleza desesperada, apresurada y viciosa – la mezcla de un pintor talentoso y bien formado redefiniendo su estilo y soltándose en un teatro de usar y tirar. Está soltando todas las confusiones y frustraciones de su vida y buscando inspiración en los dominios salvajes de la libre voluntad artística. “Acostumbraba a pintar las cosas que tenía dentro de mí, mi propio sufrimiento, mis angustias. Pero el arte callejero es más plural. Es lo que está pasando a tu alrededor, en las noticias, en el bar. Habla sobre cosas que me afectan profundamente, no son mierdas ni mentiras.”

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Ahora por primera vez, y gracias a su obra callejera, su talento está siendo reconocido y ya ha vendido una docena de obras a compradores locales y del otro lado del charco. Su exposición actual es la antítesis de lo que fue su primera. Pero después de estar tanto tiempo corriendo salvajemente  por las calles, su vuelta al estudio fue difícil. “Después de tanto tiempo sin pintar lienzos, [la galería] es como un castigo. Como estar encerrado, no hay nada como las calles. Prefiero la calle.” Tampoco se le ha pasado por alto la ironía de su regreso a las galerías. “Cuando empecé a hacer Art is Trash mi objetivo era atacar a las galerías, a la institución del arte, a modo de venganza personal. Bien, no me queréis como artista, pues voy a enseñar mi trabajo en las calles. Mi galería es la calle. Nunca más ningún señor va a abrirme la puerta y cobrarme dinero por enseñar mis trabajos; ¡todo esto se puede ir al infierno!” Introspectivamente, dice que el fantasma del ego está siempre presente. “A veces el ego se te puede comer. Cuando sales a pintar sin ningún tipo de indignación. La gente espera que pintes, tienes un público mirando. Es una batalla que luchas contigo mismo.” Si la acogida repentina de los galeristas ha sido difícil para él, convencerle tampoco ha sido una tarea fácil. El director de Base Elements Urban Art Gallery, Robert Bert, se pasó un año  intentando que Pajaro exhibiera su trabajo. “Era cauteloso. Nos costó mucho tiempo llegar a este punto. Es un éxito para Pájaro y un éxito para la galería. Tío, es bueno, ha estado pintando como un poseso allí abajo.” Exclama Bert. Con su modestia característica, Pájaro lo ve como una oportunidad para dejar el puesto donde llevaba tanto tiempo sirviendo cubatas, cafés y cervezas. Pero complaciente no está. En breve volará hacia nuevos horizontes. Esta por ver cómo reaccionará Londres ante Art is Trash.

Puedes ver el trabajo de Art is Trash  en su página web: http://depajaro.blogspot.co.uk/

Puedes ver la exposición de Francisco de Pájaro en Base Elements Urban Art Gallery http://baseelements.blogspot.com.es/