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¿Esto es arte? Una clase práctica de toreo para niños

El gobierno estudia gastarse miles de euros en un FP de banderillero a la vez que quita la filosofía del bachillerato y recorta en educación todo lo que puede y más.

Vídeo cortesía del PACMA. Advertimos que las imágenes son duras.

Todos los estudios psicológicos coinciden en que los psicópatas, cuando son niños, disfrutan maltratando y torturando animales. Eso les sirve como un entrenamiento previo a los asesinatos que cometerán después. No se que dirían esos mismos psicólogos después de ver el vídeo de aquí arriba en el que chavales que parecen tener entre 15 y 18 años echan la tarde torturando y matando a vaquillas – ni siquiera toros adultos – que agonizan mientras sus verdugos gritan de alegría (sobre todo cuando si les contamos que no solo lo hacen en público y entre vítores sino que además lo hacen gracias a una subvención pública que era de 61.200 euros hasta que este año Carmena la quitó), seguramente lo que dirían es que los psicópatas no son los chavales sino los que nos gobiernan.

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El vídeo fue grabado hace un mes, cuando en Pedrezuela (Madrid) se celebró una clase práctica de tauromaquia en la que participaron los más destacados alumnos de la Escuela de Tauromaquia de Madrid, una escuela sobre la que hace dos días El Mundo sacó un artículo prodigando sus virtudes y su calidad educativa. Paradójicamente, todo esto tuvo lugar en unos festejos que se hicieron en honor a San Miguel y al Santo Cristo de la MISERICORDIA lo que una vez más demuestra que los taurinos deben tener algún tipo de problema porque solo a una mente enferma se le ocurriría celebrar la misericordia divina con un espectáculo sádico en el que se tortura a animales indefensos – recordemos que estamos hablando de vaquillas – para que la gente se lo pase bien, una visión muy grotesca y perversa de lo que esa misericordia debería significar.

Para mí, lo peor del vídeo no es ver como torturan a novillos que no deben tener más de dos años de edad y que difícilmente pueden suponer una amenaza para un grupo de tipos armados con espadas ni siquiera ver como un tipo va dándole el golpe de gracia a las vaquillas mientras se convulsionan el suelo y el torerito de turno se marca un baile prepotente como si fuese Dani Alves después de marcar un gol. No, lo peor de todo es tener que aguantar las caras de placer y de regocijo de los "estudiantes".

Ver a un chaval de 15 o 16 años regodeándose, gritando de placer por haber conseguido cargarse a un pobre animal, sus muecas y gestos de desafío a un pobre bicho que ni siquiera acepta el teórico desafío. Ver sus caras y saber que de alguna forma tan retorcida como su profesión piensan que están contribuyendo al desarrollo cultural del país, que al toro le gusta eso, que están haciendo algo realmente heroico, que el toro tiene la oportunidad de salvar su vida – no como en los mataderos, claro - o cualquier otro de los mismos argumentos que repiten una y otra y otra vez. Saber que eso pasa mientras el gobierno estudia gastarse miles de euros en un FP de banderillero a la vez que quita la filosofía del bachillerato y, en general, recorta en educación todo lo que puede y más.

Pero en fin, nada nuevo, ya lo decían Kortatu que la cultura, al menos en España, es tortura.