Augusto Ferrer-Dalmau es el único español que se dedica a pintar conflictos armados

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Augusto Ferrer-Dalmau es el único español que se dedica a pintar conflictos armados

Ha estado en Afganistán con el Ejército español y ha viajado con los marines estadounidenses y georgianos.

Augusto en Afganistán en 2012

Augusto Ferrer-Dalmau pertenece a un club exclusivo. Un hombre dedicado a sus dos obsesiones –"lo militar y la pintura"- que ha logrado ser parte de un reducido grupo de pintores que plasman el heroísmo de la batalla sin sangre ni muertos. En total, 14 en todo el mundo: "El resto son estadounidenses, canadienses, australianos y británicos, así que soy el único que habla español", nos cuenta desde su estudio de Valladolid. Todos dedicados a viajar empotrados en patrullas y acompañar a militares en reconocimientos para tomar esbozos en pequeñas libretas. Bocetos que luego se convierten en lienzos o series al óleo.

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Sumidos en la era de la inmersión digital, en un terreno donde la imagen fotográfica y de vídeo y las texturas 3D marcan el pulso de la gran mayoría de producciones y tendencias, Ferrer-Dalmau y sus compañeros de profesión buscan "hacer un homenaje a esos hombres valientes": retratar la guerra a través del realismo de su pincel. La patrulla es un buen ejemplo: paisaje y composición impresionista, hiperrealista en la construcción y la técnica de los personajes, este enorme homenaje al soldado español relata el viaje de Ferrer-Dalmau junto a la Brigada Paracaidista Almogávares VI, desplegada en la provincia de Badghis, al noroeste de Afganistán.

La patrulla (2013) es su obra de referencia. La única sobre conflictos actuales -sin contar las de temática histórica- que está en un museo, el del Ejército: "La estampa de un soldado pintada es bonita. Fotografiado es más duro, más bélico", matiza. Ferrer-Dalmau, que ha estado en la provincia de Badghis (al norte de Afganistán) con militares españoles y al sur, en Heldman (frontera con Kandahar, al sur de Afganistán) con marines estadounidenses y georgianos, busca "reflejar sensaciones mucho más amables de soldados que pasan meses y meses encerrados en campamentos sin apenas nada y lejos de su mundo. Son seres humanos que están haciendo un trabajo muy duro, por eso me acerco a ellos desde una posición más artística, más bohemia". La razón es que "las bajas españolas de Afganistán, todos esos militares muertos defendiendo a España, se merecían un cuadro [propiedad del Ejército de Tierra] en un museo".

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La patrulla (2013)

¿Por qué lienzos en vez de vídeos o fotografías? "Lo que busco es que la sensación de haber estado allí quede reflejada. Puede que a través de la televisión te llame la atención un helicóptero, pero cuando estás allí te das cuenta de que eso no es importante y piensas que a lo mejor es más apropiado retratar a un soldado mirando al horizonte junto a un rebaño de ovejas. O los afganos con sus burros, algo muy típico de allí que nadie plasma aunque los soldados ven un millón de veces al día". Ya, pero… ¿Por qué pintarlo y no fotografiarlo o grabarlo? "Es que esto no es fotografía dura del combate, no es mi trabajo. Yo me dedico a la parte bonita, a lo que es llamativo y entra por la vista". ¿Propaganda militar? "Ni mucho menos, eso acabó hace mucho tiempo. Se trata de llegar a más público y ser, como te decía, más amable: hacer la guerra desde un punto de vista más artístico y puro y buscar un recuerdo bonito. Yo persigo el sentimiento, la sensación, no ver a alguien disparando o cinco motos en el suelo".

Ferrer-Dalmau, catalán con estudio en Valladolid y casa en Madrid, es autodidacta: "No creo que le pueda enseñar mi técnica a nadie porque es muy personal, no fui a ninguna escuela ni academia, y no tuve ningún maestro". No le hizo falta: "Estaba pintando escenas históricas [la otra temática de su obra, a la que por ahora dedica la mayoría del tiempo] y me ofrecieron ir con el Ejército español a Afganistán, y así hasta ahora". Nada más llegar, este pintor de 51 años atrapado en un agujero de gusano artístico "recordó las sensaciones del servicio militar", pero enseguida se dio cuenta de que "la situación allí es mucho más compleja".

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Desde entonces, en sus visitas, que nunca incluyen combates ni enfrentamientos directos, Ferrer-Dalmau ha podido comprobar "las diferencias abismales entre el soldado español y el estadounidense", a todos los niveles: "el español siempre está de rodillas, ofreciendo comida y ayudando a la población civil, algo a lo que el estadounidense no es nada propenso". Aunque mejor hablar de equipos, recursos y bases: "En la española había cuestas y era mucho más pequeña y humilde, y la americana era enorme y plana y con un material increíble". Eso y los uniformes: "Muy distintos también, los marines están a otro nivel", ironiza. ¿Y los georgianos? "Soldados fogueados, de choque, gente de mucho honor y mucha valentía", resume.

Ferrer-Dalmau prefiere "no discutir las razones políticas" por las que España lleva más de una década en Afganistán: "Lo que está claro es que nuestros militares han dado su vida por su país y se sacrifican, y no se merecen solo una foto en un periódico. Como país nos debemos que el público diga: ¡Qué bonito! ¡Mira nuestros soldados!". Nada más lejos de la realidad. Para Ferrer-Dalmau "los españoles somos así". Se refiere "a Líbano, Afganistán, Irak… Llevamos muchos años, muchos reemplazos y muchos muertos y heridos. Cuando estuve en Afganistán un paracaidista español fue herido en las dos piernas de gravedad y eso, claro, no salió en los periódicos. No es justo".

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Y los marines, ¿cómo han integrado la pintura de guerra en sus unidades? "Tienen claro desde hace mucho tiempo, por lo menos desde la II Guerra Mundial, que es un programa que les interesa mucho, que no pasa de moda. Antes se pintaba porque no había fotos y ahora para endulzar el conflicto bélico". El resultado son obras que circulan entre despachos de congresistas, salones de fortunas privadas y paredes de museos. La próxima exposición de Dalmau tendrá lugar el 24 de mayo en Georgia: "Expondré una serie de bocetos sobre sus militares, para ellos es un día muy importante". Al volver seguirá trabajando en su próxima aventura, "una visita a varios conflictos con un ejército. Por ahora no puedo contar más".