FYI.

This story is over 5 years old.

Vice Blog

Carta de una prostituta a la mujer de uno de sus clientes

A pesar de lo que pienses de mí, ofrezco un servicio que es discreto, sin complicaciones y un ingrediente necesario en muchos matrimonios.

Estimada señora,

No la conozco, pero sé que es posible que su marido le esté engañando con una prostituta. Lo digo porque yo soy una de ellas y nunca tengo problemas para encontrar clientes.

Pero no su marido, dice usted claro, ¡él no! Otros maridos sí, seguro, pero su relación, su vida sexual, es diferente. Ustedes hicieron un trío con un compañero de la universidad hace diez años. Ustedes contratan a una niñera y se van a Las Vegas cada mes de agosto. Se lo pasan superbien haciendo esos maratones de ver series. ¡Ustedes disfrutan de un matrimonio fantástico!

Publicidad

Permítame preguntarle: ¿cuándo fue la última vez que tuvo relaciones sexuales con él tres veces en una semana? ¿Cuándo fue la última vez que él se quejó de eso? ¿No cree que tal vez es posible que él esté solucionando ese problema en otro lugar, o sea, conmigo?

La buena noticia es que si su marido queda conmigo, es porque quiere seguir casado con usted. Él ha elegido comprar un poco de falso cariño de la forma menos problemática posible. Imagínese si en vez de mí se acostara con la niñera, con su vecina, con su mejor amiga… Podría seguir con la lista, pero usted ya pilla la idea.

Soy una profesional. Soy discreta y mi tiempo, atención y relaciones sexuales se miden en horas, tras las cuales él vuelve a ser suyo. Y lo más importante, yo no amo a su marido y nunca lo haré. Es muy poco probable que sienta por él algo más que por mi camarero favorito.

Nunca voy a ser una amenaza para su matrimonio porque cuando no estoy trabajando no quiero tener nada que ver con ninguno de ustedes dos. Nunca voy a salir a cenar con él ni le llamaré en mitad de la noche ni voy a provocar un divorcio. Nunca va a enterarse de lo que está pasando por mí. Y si se entera por él, es que él es estúpido o está enfadado con usted.

Sí, algunos clientes se equivocan y se enamoran, pero no tiene sentido porque saben que lo que estamos haciendo es falso. Usted no cree que a su fontanero le encantan los retretes, ¿verdad?

Publicidad

Los hombres saben que mi afecto por ellos está condicionado a su capacidad para darme dinero. Él no está pensando en tener La Charla con usted y los niños y luego salir corriendo a una habitación de hotel a gemir locamente enamorado mi nombre inventado. Yo estoy fuera de su vida. Soy una empleada. Aunque sexualmente se centre en mí, él no ha puesto sus emociones en lo que hacemos juntos.

Si las cosas amenazan con ponerse "complicadas", como dicen los jóvenes, hay una salida fácil por su parte: cuesto dinero.

Por mi experiencia, los hombres generalmente se gastan en sexo solo lo que pueden permitirse. Si su marido lo necesita cada dos semanas, y puede escamotear 1.000 dólares del presupuesto mensual de la casa, se acostará con alguien que cobre lo que yo cobro. Incluso si quiere más, no puede sacar otros mil de la nada. La montaña rusa que acaba en "Nena, tengo algo que decirte", requiere de una cierta inconsciencia.

Cualquier cosa que piense que siente, se le olvidará en dos semanas como cualquier otro deseo. Y si acaba pidiendo un adelanto de sueldo para pagarme, espero que lo hunda en un divorcio de pesadilla, porque es idiota y no tiene ningún control sobre su pasta.

¿Y qué pasa con las enfermedades? A pesar de lo que se ve en las películas, la mayoría de las trabajadoras sexuales hoy en día, probablemente están más sanas y son más conscientes de las medidas de seguridad que tienen que tomar que la secretaria amante promedio. ¿Se acuerda de lo que dije acerca de mi extremadamente limitado afecto por él? Eso también incluye su expediente médico. Y tampoco hay ninguna posibilidad de que nazca un "hijo del amor". La posibilidad de que tenga un bebé debido a mi trabajo es de aproximadamente el 0 por ciento con una desviación estándar de Tienes-que-estar-bromeando.

Quizá todavía no le hace gracia que se acueste conmigo. Le preguntaré de nuevo: ¿Cuándo fue la última vez que tuvo relaciones sexuales con él tres veces en la misma semana?

No estoy diciendo que su trabajo sea mantenerlo feliz, digo que tal vez usted no quiere follar con él muy a menudo. Usted está ocupada o estresada, o él no le presta a usted la atención que necesita para disfrutar del sexo. Le entiendo, tampoco lo hace por mí.

Ese es el punto. Yo soy el ingrediente secreto de una gran cantidad de matrimonios saludables, porque cuando él está conmigo, tanto usted como él están recibiendo la cantidad de sexo que quieren. Siempre y cuando no mire los mensajes de su teléfono móvil, podrían llegar tranquilamente al 50 aniversario. De nada.

April Adams es el seudónimo de una prostituta que vive en la ciudad de Nueva York.