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Cultură

Mastúrbate por la paz: sí a las manos peludas y no a las bombas racistas

Un movimiento de protesta pacífica aparentemente fundado por un vendedor de juguetes sexuales en los albores de la guerra en Irak, está recolectando energía sexual para que el mundo salga de sus conflictos absurdos.

Activistas antiguerra protestan contra la última incursión de Estados Unidos en Irak en una manifestación frente a la Casa Blanca. Foto vía Flickr usuario Stephen Melkisethian.

“Planeo masturbarme furiosa y frecuentemente”, escribe Deven quien se identifica como residente de New Jersey. “Voy a masturbarme con una diligencia y una creatividad que hasta ahora parece imposible. Con la ayuda de Dios planeo masturbarme mientras me baño, asisto a clases, preparo la comida y, sí, incluso mientras juego a la pelota con los cachorritos. Mi eyaculación brillará bajo luces oscuras, como un faro de paz y amor propio. Iré por el mundo orgulloso, con velas aromáticas, lubricantes, discos de Barry White y un insaciable apetito por el barajar de los cinco nudillos”.

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Es posible que Deven no haya escrito esto para todo internet por el simple hecho de ser un exhibicionista o un troll. Lo escribió como una plegaria. A principios y mediados de los 2000, Deven era uno de muchos alrededor del mundo que construyeron un movimiento de protesta pacífica –supuestamente comenzó con un vendedor de juguetes sexuales en los albores de la guerra en Irak–, conocido como Masturbación por la Paz. La última vez que se reportaron sus estadísticas, el sitio había reunido unas 17.000 peticiones de ciudadanos de más de 90 países (mayoritariamente estadounidenses, pero con una impactante participación de españoles y escandinavos). Prometían que, mientras se la jalaban, enfocarían su energía para lograr la paz mundial y el cese de la guerra y el sufrimiento humano. Además de las plegarias, los miembros escribieron más de 500 frases en pegatinas para carros, tomaron fotos de senos con el símbolo de la paz, se burlaron de la propaganda de la Segunda Guerra Mundial y escribieron cerca de 70 poemas y canciones: un número insano en el que incluían hits como “Diez días de pajeo”, “Jingle Balls” y “Jalándosela en Noche Buena”. Incluso tenían un himno, “Me vengo en paz”, y un hurra animado por unas porristas de San Diego que decía:

“Apoya a las tropas, que vuelvan a casa / ¡bisexual, hetero o gay! / mastúrbate y detén el tropel / ¡no queremos más muertes!”

El sitio no parece haber sido actualizado en un buen tiempo, y pese a los esfuerzos –ciertamente superficiales–, sus operadores no pudieron ser localizados. Pero no es una reliquia de una época cultural pasada. Es un recurso vivo, un meme esporádico y difuso que aparece de cuando en vez en internet. Se manifiesta en cualquier lado, desde las tántricas redes sociales hasta los perfiles de adultos buscando citas y las guías de porno ético. Recientemente, como en 2011 más o menos, surgió una página en Facebook con el mismo nombre la cual publica guías, gifs y mensajes de una serenidad pegajosa que recuerda el buen ethos del sitio original. Como lo dijo un usuario de Reddit cuando el sitio hizo una de sus esporádicas actualizaciones a principio de este año, “¿Me están diciendo que hay gente que aún no conoce esta web?”.

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Sin embargo, la mayoría del contenido del sitio es viejo. En una entrevista en Nerve.com, el anónimo fundador de la web y vendedor de accesorios onanistas, Mr. O, afirmó que había lanzado el sitio en septiembre de 2002, como reacción al ruido de sables que condujo a la guerra en Irak. En consecuencia, el sitio está repleto de juegos de palabras y referencias a George W. Bush, a las armas de destrucción masiva, a los destructores de búnkeres y a ciudades iraquíes. Pero el sitio siempre se definió en términos abiertos de promover un sentido de paz en general. Mr. O afirmó además que decidió dar sentido a lo que antes había sido un acto de total egoísmo. Por supuesto, el no fue el primero en darle a la masturbación un sentido social, el sex shop Good Vibrations en San Francisco, ya había declarado en 1995 al mes de mayo como el mes nacional de la masturbación, y en 1998 alentó una masturbatón para promover la discusión y los cuidados en torno a la salud sexual. Pero para Mr. O y otros más, el sitio era un medio no solo para dar sentido al autoplacer, sino un puente entre el mundo personal y el sensual.

O al menos eso es lo que el sitio dice ser. Su humor ha dejado muchas preguntas de si se trata de una burla a los movimientos pacifistas. Algunas han sido respondidas en la página, como la de si el sexo también ayuda a la paz (respuesta: a su manera, pero pueden masturbarse mutuamente), o si es posible masturbarse tanto por la paz (respuesta: probablemente), o si realmente afecta en algo (respuesta: quién sabe, pero al menos no hiere)… suena a respuesta de Christopher Walken (el bailarin de Weapon of Choice) en Saturday Night Live. “Parece que estuvieran haciendo una declaración irónica de que no hay nada que podamos hacer para detener a los belicistas y evitar así que maten y mutilen inocentes, que trabajar por la paz es completamente inútil y que más hacemos sentándonos en casa a pajearnos”, escribió un visitante de la página, a lo que Mr. O respondió, “esa es una visión muy pesimista. Piensa positivo”.

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Hay al menos un intento en la página por señalar cómo debe tomarse su contenido. En la sección de preguntas frecuentes, la primera es: “¿Esto es real?”, a lo que responde Mr. O: “Sí”. Y si hay algo qué decir a favor de la credibilidad del sitio, a pesar de los links que conducen a información sobre vibradores, lubricantes, anillos para el pene y tapones anales, es que nunca hace una lista de precios ni te lleva a un sitio donde te piden dinero. No hay avisos publicitarios sucios ni ventanas emergentes. Está completamente limpio, pura sensualidad. Quizás explicando su falta de seriedad, Mr. O dijo en una entrevista: “La población más grande del mundo, verán, es la gente que se masturba. Así que estamos intentando alcanzar el mayor grupo demográfico”. El mensaje parece acercarse a la gente en sus propios términos, con humor y diversión, y que quizá todo eso tenga algún significado. Por lo menos no hace daño.

La mayoría de los lemas y consignas que ha generado el sitio son ridículas, lo que sugiere que en su apogeo solo fue un truco para generar relaciones públicas de gente con cierto sentido del humor. Entre los mejores lemas están: “La guerra es mierda, frota tu clítoris”, “no te puedes masturbar con armas nucleares” y “reviéntate la verga, no la cabeza”. Y entre las plegarias para masturbarse hay tonterías maravillosas como: “con una calabaza, mi violación a una fruta significará la violación del mundo por la guerra”, o “solo mis manos pueden controlar el destino de millones, mi esperma actuará como mártir de esta causa”, o una de las muchas plegarias australianas que promovía la masturbación pública y los círculos onanistas dice, “voy a pararme desnudo frente a un acantilado y a masturbarme sobre el océano y el cielo, para traernos un poco más cerca de la paz como el clímax está de la alegría”.

Pero escarbando profundamente en los tesoros de los testimonios, algunos comentarios sugieren que hay personas realmente convencidas de la idea de la liberación de energía sexual como medio esotérico y místico para influir sobre el mundo. “Voy a usar mis técnicas tántricas para desviar mi energía negativa y convertirla en un orgasmo puro”, escribe un británico. Otro comentarista lanza una opinión bastante… química sobre el asunto: “usaré el agua del baño, dejando que el amor de esta agua pacífica fluya a través del alcantarillado y alcance a todos en mi comunidad”. Un mago oscuro, seguramente, mencionó el culto Thelema del ocultista Aleister Crowley de principios del siglo XX, y escribió: “si has estudiado la magia de Crowley, sabrás que no hay nada que acelere más un hechizo como un buen orgasmo. Así que me jalaré mi animalito no solo por la paz sino por el entendimiento entre los sexos, la supervivencia del ecosistema y la cancelación de El Show de Jerry Springer (un talk show estilo Laura en América, pero gringo). George y Saddam no se darán cuenta qué tipo de perno etéreo golpea sus cerebros mientras yo incendio a mi viejo Hitachi”.

Es claro que cuando el sitio estuvo en su apogeo, tenía un atractivo entre la masa, desde los cómicos amateur hasta los verdaderos creyentes en la magia sexual. Pero trascendió los conflictos y las culturas, más allá de la inspiración original por el conflicto en Irak. Un usuario chino se comprometía a masturbarse por la liberación del Tíbet, otro más en Sri Lanka para poner fin a la guerra en su país y un puertorriqueño abusó de su banano para protestar en contra de las prácticas de la Marina estadounidense en la zona. Un usuario en Alabama, incluso, se comprometió a masturbarse mientras conducía para mitigar el estrés y la rabia.

Así que Masturbarse por la Paz es tan divertido como absurdo, pero también es algo sincero, honesto. Un lugar en el que la gente puede extrañar y amar a todos los que la guerra se ha llevado, y de meterle algo de diversión inocente a los conflictos absurdos. Es una idea simple que aparentemente se traduce entre conflictos y sobrevive más allá de su idea original, flotando en el éter y reinventándose de vez en cuando. Es un mandala, una herramienta vacía pero potente que puede ser llenada con cualquier significado que queramos otorgarle. Y quizá, mientras el mundo se desliza más y más hacia un conflicto tan complejo como el de Siria y (de nuevo) el de Irak, deberíamos usar esa herramienta y frotar algo de vida sobre ella, para que el movimiento Masturbarse por la Paz pueda venirse de nuevo, en paz.

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