Identidad

Hacer un poquito de ejercicio puede ayudarte a no morir

Las dos mujeres que se sientan frente a mí en el trabajo se parecen en muchas cosas. Ambas son jóvenes, inteligentes y jodidamente monas, pero no podrían parecerse menos en lo relativo a su filosofía personal sobre la vida saludable. Mientras una no deja de decir a sus compañeros lo feliz que es subsistiendo a base de ganchitos y cómo aborrece la idea de hacer aeróbic, la otra se ha convertido en algo así como una diosa de la salud, adicta a la máquina de escalar de su gimnasio. Sin duda nos enterrará a todos, pero quienes odian el ejercicio también podrían tener un modo de ahorrarse un ataque al corazón. Un nuevo estudio sugiere que incluso los más suaves movimientos físicos podrían evitar que tu cuerpo te mate.

Un estudio titulado “Frecuencia, tipo y volumen de actividad física en el tiempo libre y riesgo de enfermedad cardíaca coronaria en las mujeres jóvenes” fue publicado recientemente en el diario médico Circulation. En él se hizo un seguimiento a más de 97.000 mujeres de entre 27 y 44 años de edad durante veinte años. Dichas mujeres fueron escogidas del Estudio de Salud de las Enfermeras II, un proyecto de investigación que sigue en marcha y que estudia las enfermedades crónicas en las mujeres. Se empleó una encuesta bianual que incluía preguntas sobre actividad física para determinar el efecto del ejercicio en la salud cardíaca de las mujeres jóvenes.

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En una entrevista concedida a Broadly, la investigadora jefe Andrea Chomistek, de la Universidad de Indiana, explicó que aunque han muerto menos mujeres de más de 55 años a causa de enfermedades cardíacas en los últimos años, estos índices han visto un decrecimiento mínimo entre las mujeres más jóvenes. “Dada la predominancia de factores de riesgo para padecer una enfermedad cardíaca, es preciso que las mujeres jóvenes empiecen a tomar medidas para reducir su riesgo de experimentar un ataque al corazón”, afirma Chomistek. “En comparación con las activas, las mujeres inactivas cuentan con niveles adversos de colesterol y triglicéridos, presión sanguínea y control de la glucosa, todos ellos factores de riesgo cardiovasculares”. Chomistek vio una representación de este dato en la población de mujeres que estudió.

Las historias de terror sobre el deterioro de la salud de las mujeres jóvenes son bastante deprimentes, en especial para quienes no pueden imaginar hacer ningún ejercicio aparte de los paseos que dan en Skyrim o en World of Warcraft. Afortunadamente, el estudio de Chomistek descubrió que no es necesario hacer mucho ejercicio para mejorar la salud. “El ejercicio de intensidad moderada se asoció a una reducción del riesgo de padecer enfermedades cardíacas, no solo el ejercicio vigoroso”, afirma Chomistek. “En especial, descubrimos que los paseos enérgicos eran muy beneficiosos. Así, las mujeres inactivas no tienen necesariamente que apuntarse a un gimnasio o correr una maratón… basta con que vayan a dar un paseo”.

Según el Centro de Control de Enfermedades, “la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte para las mujeres en Estados Unidos”, una realidad muy seria para las mujeres jóvenes que piensan que como no sufren las consecuencias de su vida inactiva a corto plazo, seguirán estado bien más adelante. Erin D. Michos, profesora de medicina y epidemiología en la Universidad Johns Hopkins, escribió un artículo sobre el estudio de Chomistek para Circulation.

En una entrevista con Broadly, Michos explicó que puede reducirse mucho el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares si se consigue llegar a la mediana edad sin desarrollar ninguno de los factores de riesgo asociados, cosa que puede lograrse simplemente manteniendo un nivel saludable de colesterol y una presión sanguínea normal. Las mujeres que son capaces de hacerlo presentan “riesgos sustancialmente más bajos a lo largo de su vida de padecer enfermedades cardiovasculares y un índice de supervivencia destacadamente más prolongado en comparación con las mujeres que ya han desarrollado uno o más factores de riesgo a los 45 años”, afirma Michos.

Es bueno moverse a lo largo del día. A Michos le gusta decir que “estar sentado es el nuevo tabaquismo”, debido a los efectos nocivos de la vida sedentaria. Esto puede contrarrestarse levantándose del escritorio de vez en cuando, pero el ejercicio de intensidad moderada es más útil. “Las actividades de intensidad moderada incluyen caminar a ritmo enérgico, nadar, montar en bicicleta, trabajar en el jardín, hacer las tareas del hogar y bailar, y pueden ser mucho más apetecibles de iniciar”, indica Chomistek. “Pasear a ritmo enérgico en concreto presenta una tasa muy baja de lesiones músculo-esqueléticas y ningún riesgo conocido de provocar eventos cardíacos. Es una actividad que pueden realizar casi todos los adultos sedentarios”.

Callie me dijo que llena su piscina hinchable a mano con cubos de agua todos los fines de semana. “Ni me imagino usando la manguera”, explica. Para ella, este es un ejercicio intenso. Sin duda yo creo que podría calificarse al menos como “trabajos moderados en el jardín y labores del hogar”. Michos dice que lo ideal es hacer al menos 150 minutos de ejercicio físico moderado a la semana y aunque Callie me dijo que suele necesitar unos 25 cubos de agua para llenar la piscina, dudo que le lleve más de media hora a lo sumo.

Michos afirma que algunas mujeres pueden estar en contra del ejercicio por el modo en que se ha vendido el atletismo y la actividad física a los hombres como un atributo de masculinidad. “Las niñas reciben el mensaje de que no deben sudar y que deben jugar a las casitas”, explica Michos. “Hemos progresado mucho en la sociedad a la hora de promover la actividad entre los niños y los adultos jóvenes de ambos sexos, pero sigue sin ser suficiente, sigue siendo preciso animar a las niñas y a las mujeres jóvenes a mantenerse tan activas como —o incluso más que— los niños y los hombres jóvenes de su misma edad”.