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El arte de mear en barras de discotecas

*Este artículo se publicó originalmente en Vice.

Puede que alguna vez alguien te haya contado la historia de un tipo que una vez se meó en una barra de discoteca mientras esperaba a ser atendido. Puede que un amigo muy cercano lo hiciera a tu lado o incluso puede que tú mismo lo hicieras uno de esos días en los que empiezas a beber a las 10 de la mañana aprovechando que ese fin de semana tu hija está con su madre y tienes todo el fin de semana para comportarte como un adefesio humano. Lo que está claro es que hay gente que lo hace, por mucho que no queramos aceptarlo. Existe un clan secreto de personas no vinculadas entre ellas que se dedican al precioso arte de mearse en barras de discotecas. Este clan no entiende de clases sociales, razas o tendencias políticas, cualquiera puede entrar en él en el momento menos esperado. Un día pueden juntarse ciertos factores (borrachera, ganas de mear, ganas de beber, baño inalcanzable, indignación con la conducta de ciertos trabajadores del local,…) y de repente convertirte en uno de ellos, en un meador de barras. Pasas a formar parte del club sin ni siquiera haber firmado la jodida solicitud. Riesgo, aventura, búsqueda de lo divino; mear en barras de discoteca puede proporcionarte la más bella de las experiencias.

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Y es que mear detrás de una barra te proporciona cierta sensación de superioridad. Si bien arriesgada, esa una acción fascinante ya que le proporciona al sujeto del verbo cierto poder. El “fuera de campo” que se genera aporta una ironía dramática perfecta a la situación: tú sabes lo que realmente está pasando en este momento pero el señor que te está sirviendo el cubata no tiene ni las más remota idea, y, la gente a tu alrededor, tampoco sabe muy bien por qué están notando como si unas pequeñas gotitas de aceite caliente estuvieran salpicando sus piernas. Con la serenidad de un jugador de póquer y la sonrisa de un recién comulgado, tienes el control, el poder, el conocimiento. Puedes con ellos, estás jugando a ser Dios. La magia puede desaparecer en cualquier momento, la fragilidad de la situación puede hacer que todo se rompa, que te pillen. Es como andar sobre papel de fumar, fascinante pero peligroso. El cielo está a solo dos pasos del infierno total. Es esa sensación de peligro lo que engrandece y convierte en sublime —casi celestial— esta actividad. ¿A caso el hombre no está en este mundo para deambular por los terrenos más peligrosos? ¿A caso no buscamos eternamente la verdad a través del peligro y el riesgo? Amigos, bienvenidos a “mearse en barras de discotecas”.

Hemos hablado con varias personas que alguna vez han decidido mear en la barra de un discobar para que nos cuenten un poco más cómo funciona el asunto (mantendremos su anonimato para evitar que sean considerados persona non grata en dichos locales, por lo tanto las fotos no corresponden con los testimonios).

NOTA: Tendrán que disculparme, solamente he encontrado testigos masculinos. Supongo que es mucho más sencillo sacarse el nardo que tener que bajarse los pantalones —o subirse la falda— y mear de pie. Quizá me equivoco pero creo que hacer algo así puede ser un poco complicado para una chica, creo que se puede armar un buen follón.

Meador #1 VICE: ¿Cuántas veces has meado en una barra? ¿Dónde?

Meador #1: Dos veces, que yo recuerde. Ambas en Razzmatazz, una en la sala grande y otra en la sala pop. Cualquier sitio de la barra es ideal para hacerlo.

¿Cómo se desarrolló la acción?

Desenfundé el miembro y oriné mientras pedía una bebida.

¿Por qué lo hiciste?

Creo que lo hice para impresionar a mis amigos, pero sudaron de mí completamente.

¿Te han pillado alguna vez?

Creo que nunca han pillado a nadie haciendo este truco.

¿Conoces a alguien más que haga algo parecido?

Un amigo mío lo hizo en la barra de la discoteca/after elrow, en Viladecans, mientras pedía una Coca-Cola. Ahí sí que sentí que lo que hacía era peligroso. Recuerdo que otro amigo se comió una pastilla en un festival y cuando le subió decidió mear en un vaso de plástico a la vista de todos. Luego lo tiró al suelo y nos mojó de orín.

¿Has meado en otros sitios raros?

Mear no, pero cagar sí. Una vez volvía de fiesta y me cagué en el estanque del Parque Joan Miró, el de al lado de Las Arenas. ¡No pude limpiarme! Otra noche ciego de todo se me escapó la caca mientras iba en el Bicing, dejé el sillín oliendo a mierda.

¿Alguna otra anécdota fecal?

Me he limpiado muchas veces el culo con camisetas. En mis antiguos locales de ensayo nunca había papel, siempre tenía alguna camiseta de recambio porque sudaba mucho cuando tocaba. Usaba esas camisetas para limpiarme la mierda del culo, algunas incluso las iba recortando y las dosificaba para este menester.

Meador #2

VICE: ¿Cuántas veces has meado en una barra? ¿Cuál es el mejor sitio?

Meador #2: La verdad no sabría decirte, son tantas las veces en las que he recurrido a la meada barrera… Lo he hecho en muchos locales y fiestas sin ningún tipo de contemplación ni pudor. El mejor sitio creo que es un lugar que verdaderamente te apeste.

¿Cómo lo haces para mearte en una barra?

Básicamente me acerco a la barra saco mi sable, pongo las dos manos en la barra, juntas, de modo elegante y pido al camarero con una amplia sonrisa mi siguiente potaje.

¿Lo hiciste por necesidad fisiológica o es que la acción tenía un “mensaje”?

Creo que se combinan ambas, a veces es simplemente porque no hay más remedio, pero por lo general acontece en lugares en los que la fiesta apesta y de algún modo tú quieres llevarlo hacia algo más. La emoción de ciertas acciones prohibidas, como cuando empiezas a fumar porros y cosas así. Ya ves qué mensaje.

¿Conoces a alguien más que haga algo parecido?

Unos cuantos, tú seguro que también.

¿Has meado en otros sitios raros?

Si por raros entendemos lugares en los que no se debería, pues supongo que en unos cuantos. Un colega se meaba en la sangría y los granizados que preparaban en un camping. ¿Tendría un mensaje?

Meador #3

VICE: ¿Cuántas veces has meado en una barra?

Meador #3: Yo pensaba que solo una pero hablando contigo hemos recordado otra más y al reunirme con unos amigos me he dado cuenta de que en realidad fueron tres veces.

La primera de las veces fue durante una noche de reyes en la sala [2] del Apolo; la segunda vez en un concierto de Mujeres en el Sidecar, al acabar el concierto el baño estaba tan colapsado que mee sin pensar mientras pedía la siguiente. La última vez parece ser que fue hace unos cinco años, el día que había entregado mi proyecto de final de carrera, en el Magic. Todo esto ocurrió en Barcelona capital, meadas de burgués que se llaman.

¿Por qué decidiste mear en la barra?

Porque estaba tan borracho que no podía esperar. La acción siempre cumple con los mismos parámetros: grandes dosis de alcohol, vejiga pequeña, grandes ganas de miccionar, sumado a la que creo que es la madre de toda esta mierda, saber si tienes más ganas de mear o de seguir bebiendo. En tres ocasiones de mi vida preferí seguir meando, el resto de veces opté por ir al baño como una persona.

¿Te pillaron?

Nunca, soy un ladrón de guante blanco.

¿Conoces a alguien más que haga algo parecido?

Un amigo mío fue quien me explicó la movida, supongo que al oír tal historia no pude hacer nada más que esperar a que llegase mi oportunidad.

Meador #4

VICE: ¿Cuántas veces has meado en una barra?

Meador #4: Pues ahora que recuerdo mear solo una, aunque sacarme la chorra con intención de mear lo he hecho en un par ocasiones. La que más recuerdo fue una meada en el Apolo, en la barra de arriba. Creo que en esa misma sala —en otra ocasión— lo hice en la pista de baile.

Cuéntame cómo fue la cosa…

Era tarde ya, como las cinco o seis de la mañana, y toda la peña se concentraba abajo. Yo salía de la Picnic y me estaba meando mazo. Me daba mucha pereza ir abajo y por suerte vi que en la barra de arriba solo había una camarera, así que me la saqué de espaldas a ella —como haciendo que buscaba algo en el bolsillo— y me tapé la polla como pude. Me acerqué a la barra sonriente y le pedí una copa. La chica me veía borracho pero como era tan simpático no se percataba de lo que estaba haciendo. Mientras me servía yo empecé a mear hacia arriba y con las manos en la barra para que no se notara. La meada fue corta pero intensa…el problema lo tuve luego para volver a meterme la polla con el cubata en la mano.

¿Te pillaron?

Nadie se dio cuenta…Soy de meada rápida e intensa así que nadie se percató.

¿Ha peligrado tu integridad física?

Tu integridad física peligra pero tienes que estudiar el terreno. Yo lo hice cuando había una camarera inocente sola, si me hubiera pillado habría salido por patas antes de que llamara al de seguridad. Aunque he de decir que en esa sala están curados de espantos y suelen ser muy majos o por lo menos en esa época (2001-2002).

¿Algún consejo para todos esos que se animen a hacerlo al leer tus sabias palabras?

El truco está en ir con tres colegas, no decir nada y llegar a la barra con la polla fuera tapada con un jersey en la cintura. Hablar con la camarera como si nada mientras pides el cubata y atinar hacia arriba para que no haya riachuelo y te pillen los de atrás. Inevitablemente te meas en los zapatos pero te da igual porque vas muy pedo, de otro modo no te estarías meando en una barra, ¿no?

¿Has meado en otros sitios?

Yo sufro bastante de incontinencia así que he meado en muchos sitios chungos.

Un colega me arrastró al concierto terrible que dio Manu Chao en Plaza Cataluña. Estuvimos por la zona lateral que da a una de las salidas del FNAC pero nos fuimos metiendo dentro más y más debido a la gran afluencia de gente. Estuvimos esperando entre la multitud casi una hora antes de que comenzara. Y justo cuando comenzó me entraron unas ganas terribles de mear. Divisé la opción de alejarme y luego volver con los colegas pero si me iba luego sería imposible volver, es más, en el tiempo que tardaría en salir ya me habría meado encima.

¿Y qué hiciste?

Ni en mis peores pesadillas me hubiera imaginado coreando y bailando en un concierto del perroflauta ese pero no me quedó otra opción. Me saqué la polla, puse las manos en alto y empecé a bailar como el que más. Si a alguien le pillaba mi meada solamente tenía que disimular como un cabrón. El truco es hacerte el loco y corear y gritar como uno más. Estoy seguro que mi pis fue a la pierna de varios hippies, ¡me la sopla!

¿Algo más?

Otra muy buena fue en Madrid, donde me estaba meando cosa fina pero estaba en Plaza de la Luna y había poli. El caso es que me fui corriendo y me puse a mear en el cristal de un escaparate. Resultó que no era el escaparate de una tienda sino el de un Pizza Hut y yo estaba allí plantado con la polla fuera, meando al cristal, mientras justo al otro lado estaba cenando una pareja con su hijo pequeño, que me miraban estupefacto.

Meador #5

VICE: ¿Has meado alguna vez en una barra de discoteca?

Meador #5: No, pero una vez meé desde el piso de arriba al de abajo, en el Apolo. O sea, estaba meando en la baranda.

Esa baranda es de pared creo, no tiene rendijas ni nada, ¿cómo llegaste a mojar a los de abajo?

Levanté un poco el pito para dejar caer un chorrín abajo.

Muy elegante. ¿Lo has hecho alguna otra vez?

Aparte de esta vez creo nunca más lo he vuelto a hacer.

Meador #6

VICE: ¿Cuántas veces has meado en una barra?

Meador #6: La verdad es que yo nunca lo he hecho. Soy más de mear en la calle. Ya sabes, la típica cochera o entre unos contenedores.

¿Conoces a alguien que lo haya hecho?

Sí, a un par de personas. ¿Mear entre la gente en conciertos cuenta? De esos también.

Cuéntame una de esas meadas en discotecas.

La que mejor recuerdo fue una noche en el Razzmatazz, hace un montón de años. Yo y mi amigo en cuestión (el meador) fuimos a la barra a pedir una copa. Una de esas copas de mierda que te ponen en Razzmatazz. El tipo puso una cantidad de licor muy ridícula así que le pedí por favor que me pusiese un poco más, a lo que me contestó, y esto es literal, “Págame y pírate”. Ante esto yo me indigné un montón y le tiré el puñado de monedas que tenía acompañadas de un montón de gestos e improperios. Los agentes de seguridad que había al lado lo vieron y vinieron corriendo a echarnos del local. Durante todo este tiempo mi amigo había estado callado y muy quietecito a mi lado. Luego me confesó que mientras todo esto pasaba aprovechó para echar una meadilla en la barra.

¿Le pillaron?

No. De todas formas no fue un acto vandálico o por las risas, fue una meada en la barra como protesta,en contra de la tiranía de los camareros de mierda.

Meador #7

VICE: ¿Cuántas veces has meado en una barra?

Meador #7: No recuerdo cuantas.

¿No te da miedo?

En realidad sólo existen dos peligros: que tu cara de gustazo te delate mientras pides un JB o que el pis alcance tus zapatos. El verdadero problema es pasearte meado por las discotecas de tu ciudad.

¿Por qué lo haces?

Siempre lo hago por venganza. Me jode que me traten con desprecio cuando voy a un bar. Mientas te habla el camarero, te sacas la polla y amablemente le dejas tu mensaje por simpático.

¿Te han pillado alguna vez?

Nunca me han pillado pero sí que me he llevado alguna hostia de mis colegas, que no soportan bailar sobre pis.

¿Conoces a alguien más que haga algo parecido?

Estas cosas no se comparten. Al día siguiente asumes con deportividad que eres un degenerado pero sabes que tu cerebro volverá a hacer “clic” y lo repetirás. La venganza no se sirve como un plato frío en este caso, sino en estado líquido y bien calentito.

¿Has meado en otros sitios raros?

Sí, la adrenalina de mear en sitios prohibidos es un mundo que se merece ser estudiado. Es como esconderte para fumar al salir del colegio o follar en la playa en pleno agosto.

Todas las imágenes vía internetkhole