Es como dice DJ Geistech: “Qué rico hacer música para ti mismo y que le guste a los demás”, afirma Nicolás fumándose un tabaco mezclado con marihuana en algún living de Santiago de Chile. “Esta es la primera vez que me siento haciendo algo para mí mismo, cachai […] Y fue una hueá absolutamente mía: de hecho salió porque Gianluca me mostró el beat un día que fui a su casa. Estábamos trabajando una colaboración entre ambos que todavía no ha salido -y que no se si va a salir. Un beat que le hizo a una mina y que a la mina no le gustó. De una me puse a improvisar encima y nos gustó. Ahí lo decidí: este debería ser mi último tema”.
Noisey: ¿El último-último?
Nicolás Astorga: Como El Bruja, bajo ese alias sí. Es que a mí me parece que todo lo que significa El Bruja -y como a mi me gusta que se entienda- tiene que ver con algo que está en México. No sé si tiene que ver con el contexto musical de Santiago. No sé si más comprensible pero creo que allá está el público de canciones como “Me Miras”, de las canciones con los T.Y., de las canciones producidas por BrunOG.
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¿Y cuál es las diferencia entre ese público y el de Chile?
En Chile hay otra escena que me cansa un poco. Es como el hype de la hueá. La moda de acá es el trap, el trap actual. Como que hay niños muy chicos haciendo trap. No sé, me parece a veces tan fácil sacar cosas y atribuirse contenidos, que ya me cansé. El Bruja partió siendo un ejercicio de apropiación al contexto en el que me metí en México; ese contexto ya no existe, por lo tanto, ya no sé si le veo el sentido a seguir trabajando un proyecto que no sólo me pertenece a mí. El tema “Voy y Vuelvo” es el primer tema que siento que construye mi identidad como Nicolás Astorga. Está más cerca de la música que me gusta, de la que he escuchado desde hace rato.
La canción es súper mamona, medip emo y tiene esta cosa romanticona. Yo quería que el video fuera lo opuesto. El tema aunque se llame Tropisad, lo encuentro como medio invernal en el sonido -entonces quería hacer un video con una luz fría invernal y hacer una especie de fashion film piante [de mala calidad] con ropa falsificada. Me parecía interesante igual la idea de hacer un fashion film de ropa pirata comprada en Tepito -usando en monograma de Louis Vuitton. Que fuera un video en un principio sobre los looks, que es algo que yo no había hecho. En general me había fijado en aspectos más técnicos en otros videos- “Me Miras” para mí fue un ejercicio técnico. Fue aprender a hacer videoclips que por todo el mundo están entendidos como un videoclip súper formal, sin propuesta innovadora en su visualización. El estar mimetizado con tus pares. En Tropisad quería que tuviera que ver con cómo yo me visto en el día a día, o sea no tanto El Bruja. Con cosas de peluche, los peludos, etc.
En ese sentido, ¿hay como un reconocimiento a una cosa más “cola”?
Obviamente. Hay una ambigüedad que yo no había trabajado en otros videos y que acá se ve mucho más develada. Como algo que se devela o se hace más claro. sin volverlo explícito. O sea, para mí lo gay o lo no gay, no sé si tiene que pasar necesariamente por el look.
Claro, esa es la pregunta: ¿Por qué en este video que es sobre look, se devela esa ambigüedad de El Bruja o esa falsificación del personaje?
Pero es que este ya no es falso. Yo siento que este es un video que tiene que ver con lo real y lo falsificado, pero al final la ropa hace que quede mucho más claro mi lugar y mi posición frente a mi sexualidad y a mi imagen. Lo cómodo que me siento siendo yo mismo.
¿Y eso puede traerte consecuencias?
¿Como que ahora se sepa que El Bruja es gay? Es que me da lo mismo, porque mis canciones tampoco se tratan de eso. Yo no digo papi ven pégate o lo que sea. Igual hay videos, como el de “Me miras”, que es la ambigüedad máxima. “Me miras” es onda Juan Gabriel.
Yo nunca quise ser el reggaetonero gay.
No, no estoy de acuerdo.
“Me Miras” es Ricky Martin pre salida del closet.
Pero todavía en el closet.
Pero es porque ¿Cómo habría conseguido que todos los chakis mexicanos me escucharan y me apañaran y me admiraran siendo gay?
¿Por qué no hubiera podido ser eso?
Yo nunca quise ser el reggaetonero gay. Eso a mí nunca me ha interesado, porque no me interesa hablar de género en mi obra. Otra cosa es que la gente pueda sacar un análisis así. A mí me parece que hay cosas más gay en el video que la ropa. Por ejemplo, la decisión de haber puesto a la Princesa Alba y a la Kendra Antonella, que ellas dos sean mi gang. Eso es más decidor quizás que mi ropa, porque Yung Beef sale modelando con tacos en el desfile de Calvin Klein, Yung Lean con vestido en su video. Son raperos con playeras que se les ve la panza y son hétero o usan peinados de mujer o cosas así. Eso siempre ha existido. Yo para hacer eso no necesito ser choro [irreverente], solo necesito ser yo mismo. En este me veo más relajado con cómo me estoy viendo a pesar de que estoy todo el rato modelando en el video, pero estoy pasándolo bien.
Porque el modelaje tiene que ver con El Bruja.
Obvio. Es el fin de toda la investigación en el fondo. Que se inicia cuando me voy a México y entro a una agencia de modelos. Y pensé “Qué es lo que tiene que hacer el modelo ahora”. Como lo que hizo Paris Hilton después de ser famosa: tener una canción y después un remix con Wisin y Yandel, cachai. Ahora tendría que sacar mi línea de ropa y perfume, si yo quisiera continuar esa línea de trabajo. Igual me interesaba no quedarme solo en la cosa de ser modelo, sino hacerlo más amplio y excesivo. El Bruja fue una cosa muy personal, lo del modelo fue más pensado desde acá. Y a México llegué y me encontré con otra cosa. Me ocurrieron muchas cosas que se escapan del proyecto en la cual terminé necesitando hacer lo de El Bruja. Me fui a México con penas de amor y esas penas tuvieron que ser resueltas de ciertas maneras y El Bruja fue una de esas. También probarme a mí mismo, de alguna manera, que podía hacer lo que yo quisiera.
¿Como llega a este video la colaboración de Princesa Alba y Kendra Antonella?
Ninguna de las dos se conocían cuando grabamos el video -creo que en el mismo video se ve la fecha como material VHS. Ahí la Princesa Alba no había lanzado su material, nada y Kendra Antonella todavía no ha lanzado material. Entonces, un poco las quería a(com)pañar. Me interesaba el personaje de la Kendra y de la Trini como Trini. Me parecen interesantes juntas, viniendo cada una de lugares totalmente distintos, con las biografías que pueden tener cada una. Entonces, ¿cómo hacer ese encuentro? ¿quiénes son? Son la cuica y la flaite: la niña new rich que sacó su video y se hizo viral en Chile; y la otra es la niña rebelde del underground de Instagram. Kendra es increíble, la gente que la conoce la admira profundamente porque es una chava que le da lo mismo todo. Entonces me pareció muy potente y político hacer ese encuentro, de dos personajes así, en un video que fuera el último y que estas dos mujeres fueran mi gang.
¿Ellas, de alguna manera, representan una nueva generación de mujeres que están en el reggaetón?
Sí, de los dosmiles. Ellas y Gianluca también representan una nueva generación de personas haciendo música urbana.
¿Cual es a diferencia de esta generación con la anterior?
Yo soy millennial supuestamente y los más chicos son la generación Z. Son una generación no de la diversidad solamente, sino también del poco prejuicio; como que les da un poco lo mismo su llegada hacia el público. Se apropian de lo que son ellos mismos. No son inseguros cachai. Por ejemplo, a Gianluca le da lo mismo hacer estas canciones en un contexto como Chile, porque una cosa es ser Yung Lean y hacerla en Suecia, pero es muy distinto a Chile.
Y en Chile le está yendo bien igual.
¡La raja! Pero eso responde a un momento específico y a una generación específica. En el momento en el que salió Yung Lean, el 2013, la situación era muy distinta. No podría haber existido esa música -en esos años- en Chile. Ahora sí.
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