La escena se repitió este domingo en diferentes canchas, también en México, lo inusual: el silencio que solo en estos casos cabe en el guión del futbol. Los protagonistas del deporte más popular se niegan a la indiferencia porque aunque a veces los pinten tan ajenos, son parte. El juego no es otro mundo, el silencio previo al silbatazo ha servido de homenaje esta vez para las víctimas de los actos terroristas en Las Ramblas y en Cambrils, en Barcelona, pero lo ha sido anteriormente para los fallecidos en el Bataclan de París y la Arena de Manchester.
La Liga volvió este fin de semana. La seguridad fue extrema, pero el balón no se detuvo porque así, sin mostrarse vulnerables, prefieren encarar la tragedia de 14 vidas perdidas, centenares de heridos y la tranquilidad arrebatada. El Camp Nou abrió sus puertas este domingo para gritar: “¡No tenemos miedo!”, como ya lo habían hecho en Las Ramblas. Los jugadores de ambos equipos, Barcelona y Betis, permanecieron unidos por los brazos y el silencio fue roto solo por los aplausos. La plantilla del Barcelona cedió el espacio de su apellido en la camiseta para vestir el de la ciudad que los ha recibido junto a sus familias a propósito del futbol, y al frente: #TotsSomBarcelona (Todos somos Barcelona).
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El sonido local los presentó así: “Con el ’10’, Barcelona Leo Messi”. En el palco se guardaron 14 butacas. En las gradas, acompañado por más de 60 mil aficionados, un hombre musulmán ha mostrado una pancarta: “Unámonos contra el terrorismo. El terrorismo no tiene religión”. Sobre su atuendo típico vestía una bufanda del Barcelona. El mensaje fue, para muchos que lo compartieron en redes sociales y varios que le pidieron una fotografía en el estadio, una muestra de empatía y una forma de apartar los prejuicios.
El Camp Nou, con menor asistencia de la usual, cantó dos goles. Una victoria que, de acuerdo con el técnico, sentían obligatoria para dar calma. Deulofeu anotó uno de ellos: “No tenemos miedo pero esto tiene que parar. Esta victoria va para todos los afectados”.
Desde Wolfsburg, Marc Bartra, jugador nacido en Cataluña y desarrollado en la Masía de Barcelona, gritó eufórico su anotación, uno de los tantos del triunfo del Dortmund, besó el brazalete negro que todos portaron y miró hacia el cielo para dedicarlo. Hace pocos meses, Bartra fue víctima de aquel atentado que puso en alerta al mundo del futbol, cuando el autobús del Dortmund se salvó de una tragedia. Ernesto Valverde, técnico del Barcelona, ha reconocido la vulnerabilidad: “Tal y como está el mundo, todos somos víctimas potenciales”, pero hoy quisieron dejar claro que en su vida no hay lugar para el miedo.