Las pinturas de medios mixtos del artista mexicano, Alex Lazard, juegan simbólicamente con los motivos que han plagado el imaginario de su país en las últimas décadas. Sin embargo, un giro frío y contemporáneo, llena con fuerza y vitalidad ciertos espacios que el paradigma anterior simplemente no podía ver –ni imaginar.
Colores y rostros difíciles de descifrar explican un mensaje místico, u escondido de la experiencia normalizada del arte, logrando con esto una apelación a los instintos más básicos de la experiencia estética.
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Los trazos de Lazard establecen un nexo primitivo con el propio inconsciente, sin saber cómo o cuándo, su obra no le habla directamente al espectador, sino a las instancias anímicas que gobiernan sus actos y pensamientos. El puente, visible en las obras aquí mostradas, se da precisamente entre las emociones que provoca y la interpretación que les damos. Platicamos con el artista sobre sus influencias y pensamiento estético, puedes leer la entrevista abajo.
Se te ha señalado como un “descendiente” del movimiento de La Ruptura ¿Por qué es necesario o positivo retomarlo y contemporizarlo a nuestros días?
Bueno, cuando hablo de la descendencia de la ruptura que mi generación experimenta y sobre todo en mi proceso de pintar o concebir el arte es porque rescato los valores que esta corriente dio a luz, que son pinturas con temáticas figurativas abstractas y de una paleta muy versátil, estridente y libe.
Tuve el honor de asistir al taller de Gilberto Aceves Navarro como primer Maestro de dibujo a los 19 años. El aprendizaje más sincero y profundo fue la libertad y la capacidad de comprender tus cualidades como artista e intentar innovar siempre desde uno mismo. En cuanto a la importancia de recordar a los pintores y la corriente de la ruptura es porque tengo la sensación de que el arte de “estilo contemporáneo” está vacío. La razón ha triunfado sobre la intuición. Mis primeros recuerdos cuando visitaba un museo de niño era sentir una fascinación absoluta, como si estuviera presenciando un evento mágico e inexplicable.
Mi espiritualidad es mi trabajo, un equilibrio alternativo de la realidad.
¿En qué manera te distancias de éste?
No creo que me distancie de nada, sino tomo lo mejor de lo que veo. Vamos, no estoy siguiendo los pasos de nadie, pero si admiro lo que muchos han hecho, y eso es ser fiel a uno mismo. Encontrar tu voz toma tiempo, y posiblemente la búsqueda jamás termine. Como artista me interesan los nuevos medios que se están implementando, siempre y cuando no haya que justificar una obra para comprenderla. Yo busco mi narrativa visual, pero en gran parte creo que esta me busca, más bien, a mí.
¿Cómo crees que es el camino, como artista, para evocar la tensión emocional propia de tus obras?
La única manera de pintar es sin ego, sin miedo y sin pensar. Para mí, claro. Hay arquetipos que sigo e imágenes que representan simbólicamente cosas de mi vida, les doy un ejemplo. Actualmente pinto escenas de animales, místicos, nahuales. Además, utilizo dos personajes que sostienen mis cuadros, serán Adán y Eva, será la búsqueda de uno con el otro, o de uno mismo, no lo sé, pero me produce sosiego tener la tensión de estos personajes que muchas veces están distorsionados y viviendo en un mundo poetizado. La mitología mexicana me interesa mucho, ya que yo provengo de una familia que nunca estuvo muy apegada a esta. También mis orígenes judíos europeos han cavado en mí una manera muy sui generis de pertenecer a este país, y ahí es donde, creo yo, que surgió la manera de evocar tensión emocional en mi obra. Vengo de y pertenezco a muchos lugares, he vivido a ratos fuera del país. las vivencias que uno tiene genuinamente siempre serán traducidas correctamente al arte, ya que en el arte no hay manera de mentir.
Dentro de las obras presentadas en Equilibrio Alternativo ¿hay una separación notable entre elementos objetivos y subjetivos? Es decir, ¿existe un mensaje que busca ser comunicado o todo queda en el terreno del sujeto que las aprecia?
No lo sé. El placer mas grande que yo tengo es cuando alguien me detiene y me cuenta una historia a raíz de observar una pintura. Yo sé muy bien lo que sentí pero cuando termino un cuadro, se congela, queda una mínima parte del proceso tan intenso con que se creó y el residuo de la emoción es la plástica, es la imagen. Claro que tampoco creo que formule algo fantástico, pero si irrepetible, así que se podría decir que la exposición es una traducción literal de mi interior, del deseo de avivar cualquier tipo de emoción y compartir noblemente el proceso y el significado que tiene ser artista hoy en día.
Actualmente, ¿cuál es tu prioridad al generar una nueva obra?
Ninguna. En ocasiones termino por destruir obras, las retomo, a veces concluyen, muchas veces no. Creo que es el placer de pintar y de la creatividad lo que me hace feliz. Me gusta mucho la sensación de terminar un cuadro sin mucho esmero, cuando sucede esto, me gusta imaginar que el inconsciente tomó un papel importante para la elaboración del cuadro. Cada cuadro empieza y termina de manera distinta, no hay ningún tipo de protocolo que utilice: solamente en la acción se puede construir.
¿Existen elementos recurrentes que resaltes en tus pinturas?
Sí, como comentaba antes, me gusta que mi pintura tenga indicios de mística, dos personajes o mas figurativos y descompuestos por la surrealidad de cada composición. Me gusta escribir palabras y utilizar técnicas como grafismo para dejar inscritas emociones subliminales que hablan general mente de lo que todos sentimos, padecemos y amamos. Hay una sensación muy especial a la hora de pintar y es sentir que el propio cuadro te habla, me refiero al uso de color, también a la composición, hay un inductor y vehículo emocional que compone el lenguaje, balance e intensidad de la obra por sí sola.
Si quieres conocer más de Alex Lazard, visita su sitio.
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