Música

El EDM no tiene un problema con las mujeres, tiene un problema con los blancos heterosexuales

Cuando Krewella publicó su nuevo sencillo ayer, con mucha influencia rock, canalizando basura y justicia “Somewhere to Run”, un torrente de comentadores en YouTube inmediatamente desafió la credibilidad de la agrupación como productoras a la luz de la salida de Kris Trindl el año pasado. Los ataques por parte de la comunidad trollera más grande internet no eran nuevos: el chico era el productor, las chicas son sólo figuras, dicen los haters. Qué manera tan exasperante de comenzar la última semana del mes de la historia de la mujer.

Krewella es difícilmente el único objeto del sexismo dentro de la música dance. En una editorial abierta el día de ayer en Pitchfork, Philip Sherburne denunció lo que el llamó “El problema del EDM con las mujeres”, citando los torsos anatómicamente ajenos de las modelos en la portada de la más reciente compilación de OWSLA como un ejemplo de cómo los cuerpos de las mujeres están siendo utilizados como objetos en la música dance mainstream.

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Aunque la cabeza de OWSLA, Skrillex es ostensiblemente responsable por la portada de la compilación de su sello, él es un menor infractor de los derechos de las mujeres en comparación con su compañero en Jack Ü y BFF, Diplo. Si no fuera por sus innegables habilidades como productor, el mayor legado de Diplo podría ser la forma en la que incorpora la parte posterior de las mujeres en su trabajo, a menudo mujeres de color. Desde el video para “Pon de Floor” hasta “Dat a Freak” el cual se convirtió en la base para el track “Booty” de J.Lo, Diplo ha dejado patente su apreciación por los traseros de las mujeres – particularmente las mujeres de color – una parte central de su imagen pública (junto con su intermitente bullying en línea dirigido desde Taylor Swift hasta civiles).

No es sólo la representación de los cuerpos femeninos lo que conlleva un problema: es la simple falta de mujeres en la industria de la música dance. En los escenarios de festivales, en los lineups de los clubes, en posiciones de poder como lo define la influencia sobre lo que escucha la gente y cuanto dinero se puede percibir, las mujeres son una minoría extrema. Además de darles oportunidades ocasionales en publicaciones como listas inofensivas de “lo que debes escuchar” o las DJs “que debes conocer”, esta inequidad de género no es nada positivo para la cultura.

Además, el hecho de que las mujeres morenas y negras sean vistas como objetos adecuados para el consumo de la mirada de los hombres blancos heterosexuales, y con alguna rara excepción, no adecuadas para tener un lugar detrás de las tornamesas en el escenario principal de un festival, es una problemática e indicativa de un enorme espacio entre el espíritu de aceptación de la música dance mainstream y su nueva realidad con relación a la exclusividad.

Algunos de los críticos de Skrillex parecían teñidos con un disgusto aperlado por el estado de la exposición del cuerpo femenino. Las reglas del feminismo dictan que no hay nada de malo con que una mujer decida desnudarse y presumir su cuerpo. Es por eso que alabo a las artistas electrónicas que lo hacen en sus propios términos. Nina Kraviz, Scarlett Etienne, y Jessie Andrews han sido criticadas por expresar el aspecto visual de su arte a través de su físico, a veces en poses cuasi-sexualizadas (o explícitamente sexuales, en el caso de Andrews). Sus detractores dicen que en el momento de elegir esta vía, desvirtúan el valor de su trabajo; distraen al público de su música. Nadie dijo eso cuando Calvin Harris decidió quitarse la ropa para una campaña de ropa interior. Su credibilidad siguió tan incuestionada como siempre.

Los guardianes dentro de la música dance, incluyendo los heterosexuales blancos de YourEDM.com, quienes elaboraron una lista llena casi en su totalidad con hombres de las promesas de la música dance el mes pasado, llegan al punto de fomentar el poder del nepotismo y favoritismo. Incluso si no es un esfuerzo consciente de ser sexista, homofóbico, o racista (y no hay ningún motivo para pensar que lo es), la creencia de que uno debería apoyar a otros de su propio tipo ha llevado a una insidiosa composición homogénea en la industria. Como uno de los pesos pesados de la música dance escribió en Facebook acerca de la lista de YourEDM: “Es adorablemente simple. ¡Sólo invitaron a sus amiguitos a su casa del árbol!”

Las membresías para casas del árbol en patios traseros implican una apuesta baja. El género musical con mayor crecimiento es algo importante, al son de unos 6.2 billones de dólares por año. Hay mucho dinero por ganar en este mundo actualmente, como Derrick Carter lo dijo en una publicación reciente, los blancos heterosexuales están ganando la mayoría de él.

Un comprador de talento de un prominente club nocturno que pidió no ser mencionado me dijo que la gerencia del club no contrató a una agrupación porque las dos chicas no se veían “buenas”. Ese grupo tuvo un sencillo que llegó al top 10 mundial. Aunque ciertamente existen oportunidades claras que se presentan a algunos DJs hombres por su aspecto (hola, Sr. Harris), Hardwell nunca perdido ninguna de sus presentaciones como DJ porque alguien no pensó que fuera lo suficientemente agradable a la vista.

Otro promotor que ha solicitado su anonimato admitió que la cuestión de raza o igualdad de orientación sexual nunca es una consideración cuando se construye un lineup. El enfoque, dijo, está en la música y el margen de ingreso.

De alguna manera, así deberían ser las cosas. El núcleo de la escena de la música dance es su música y entregar un producto de calidad en una manera razonablemente económica sin que la identidad de los artistas sea una prioridad. Aún así, la música dance como la conocemos fue creada por artistas negros, latinos y homosexuales que querían crear espacios seguros para que la gente se alejara de la sociedad. Estos espacios fueron los lugares donde encontraron aceptación, comunidad, y mucha diversión, lejos del patriarcado del hombre blanco. En una cruel vuelta del destino, el patriarca es ahora la clase dominante en esta cultura que alguna vez fuera subterránea.

De los 24 headliners de Ultra el fin de semana próximo, ninguno es mujer. Sólo cinco de ellos podrían ser identificados como gente de color. Ninguno es abiertamente gay. Si estuvieran con vida hoy en día, ¿qué dirían Larry Levan y Frankie Knuckles acerca del apropiamiento de su contracultura por parte de una población que ya está a cargo de mover el mundo?

Por supuesto, la música dance no es el único lugar donde los hombres blancos heterosexuales son la fuerza dominante. VICE magazine recientemente nombró su primera editora en jefe, lanzó un canal dirigido a la mujer, y tiene una nueva COO, pero hasta donde yo sé, soy el único director de canal homosexual en VICE (y eso ha sido mencionado hacia mí con orgullo por parte de algunos de mis compañeros homosexuales dentro de la empresa). Desde el Congreso hasta Silicon Valley, Hollywood hasta el Parlamento Británico, las posiciones para mujeres, minorías raciales y los gays son menos que los disponibles para sus equivalentes blancos heterosexuales.

No hay nada inherentemente malo con esto. Personalmente, me caen bien los blancos heterosexuales. Mi padre y mi padrastro son blancos heterosexuales. Tengo muchos primos blancos heterosexuales y son excelentes. Algunos de mis mejores amigos y colaboradores son blancos heterosexuales y son gente muy buena también. Aún así al conocerlos, he aprendido que no existen muchos lugares en nuestra sociedad donde los blancos heterosexuales no sean bienvenidos. No se puede decir lo mismo respecto a las minorías de género o raza y las mujeres también. Cuando perdemos esos espacios seguros – como lo fue alguna vez para la gente de color, mujeres y la comunidad LGBT – perdemos la esencia de la música dance: un lugar para todos. Además, como la promesa de América lo ha mostrado, somos más ricos, fuertes y vitales debido a la diversidad de razas, género y sexualidad y no a pesar de ello. Para aquellos que se preocupan respecto al futuro de la música dance, debemos tomar esa diversidad y trabajar activamente para fomentar un espacio para ella.

Cualquiera que asista a Ultra este fin de semana apreciará la belleza de la audiencia de la generación rave. Refleja la diversidad a la que están acostumbrados los millennials: cultural, multilenguaje, no únicamente tolerante, sino abierta a las sexualidades distintas, y extremamente cuidadosa de los problemas de equidad de género. Las estadísticas consistentemente muestran que la audiencia del EDM está completamente divida equitativamente entre hombres y mujeres, y la audiencia de Ultra probablemente lo demuestra. El crecimiento de la música dance desde sus primeros días en las fiestas Loft de Dave Mancuso y Frankie tocando en the Warehouse ha significado que en la actualidad haya más gente en los clubes que nunca. Sería agradable si la gente en la cima de esta única contracultura no fueran únicamente los blancos heterosexuales que dominan el resto del mundo también..

Zel McCarthy es el editor en jefe de THUMP. Él está en Twitter.