El Frank Underwood de la vida real

La serie de Netflix, House of Cards, se volvió un fenómeno gracias al diputado malvado que interpreta Kevin Spacey: Frank Underwood. El personaje es un claro ejemplo de la imagen que tenemos de los políticos estadunidenses: despiadados y eficaces, sí, pero corruptos, carentes de escrúpulos y muy, muy raros.

El programa está ambientado en una versión alterna de Washington DC, donde los funcionarios son como como jefes de una mafia y los periodistas parecen espías. La pregunta que surge es si existen o no precedentes en la vida real de la forma maquiavélica en la que Underwood manipula el poder. Es poco probable que los seres humanos reales que voy a describir a continuación hayan ________ a una chica frente a ________ (te ahorramos el spoiler) pero eso no significa que no tengan secretos oscuros.

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Sam Rayburn, al centro, acompañando a Franklin D. Roosvelt en 1941. Foto vía Sam Rayburn House Museum.

SAM RAYBURN

El demócrata texano Sam Rayburn fue presidente de la Cámara de Representantes de EU por 17 años. Es el único que ha estado en ese puesto por tanto tiempo en la historia de EU. Todos sabían que Rayburn trabajaba en privado. Era un maestro en el arte de los tratos secretos. Sus métodos de persuasión y su compromiso eran tan efectivos que la izquierda de su partido lo criticaba por asociarse demasiado con los republicanos, aún a pesar de que su posición en la política era bastante liberal. El periódico New York Times lo describe en su obituario como “un texano calvo y firme que solía fumar para relajarse”. En mi opinión, es una de las mejores descripciones de la historia.

Era muy reconocido en el círculo de legisladores por las reuniones que organizaba para el Consejo de Educación. En estas reuniones, los líderes democráticos solían beber whiskey, jugar cartas y crear estrategias. Todo el mundo quería una invitación. Harry Truman y Lyndon Johnson asistían con frecuencia a estos eventos. Rayburn desempeño un papel de suma importancia para el ingreso de Johnson, otro texano, a la Casa Blanca. Estuvo tres años consecutivos como moderador en la Convención Demócrata Nacional y después pasó a ser el director de asambleas de Lyndon B. Johnson en 1960, el mismo año en que Johnson compitió contra Kennedy por la presidencia de EU.

Rahm Emanuel con el entonces secretario de defensa Leon Panetta. Foto vía el Departamento de Estado de EU.

RAHM EMANUEL

Rahm Emanuel es uno de los políticos más infames. Es lo más cercano que existe a Frank Underwood en la vida real, sólo que sin límites. Emanuel ha participado con los demócratas desde la década de los 90. Bill Clinton entró a la Casa Blanca gracias a él. Emanuel se encargó de recaudar fondos para la campaña de Clinton. Recaudó dinero suficiente para ayudar a que Clinton superara los ataques por sus aventuras extramaritales. Una vez dentro de la Casa Blanca, organizó campañas para ejercer presión en el Congreso con el fin de que se aprobara el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Rahmbo era un maldito, igual que Underwood. Una vez le envió un pez muerto a un encuestador que se tardó en llevarle los resultados de una encuesta. El encargado de redactar los discursos de Clinton explicó que las dos palabras más contundentes para el inicio de un argumento eran “Rahm dice”. Tras la victoria de Clinton en 1996, cuando su equipo se sentó a la mesa para celebrar, Emanuel se puso de pie, tomó un cuchillo y comenzó a gritar los nombres de todas las personas que creía que lo habían traicionado. Después de cada nombre, gritaba “muerto” y clavaba el cuchillo en la mesa. Ahora que es el alcalde de Chicago, está enfocando toda su energía política desenfrenada en convencer con amenazas a los ciudadanos para que lo vuelvan a elegir.


James A. Baker III llegando a Kuwait en 1991. Foto vía Wikimedia Commons.

JAMES A. BAKER III

James Baker es uno de los hombres tras bambalinas más importantes en la dinastía Reagan-Bush del Partido Republicano. Baker fue el que definió la política exterior al final del siglo XXI. Durante el mandato de Regan, James fue jefe del gabinete de la Casa Blanca y más tarde lo nombraron Secretario de Tesoro. Durante el mandato de Bush, Baker recibió el cargo de Secretario de Estado y Jefe del Gabinete de la Casa Blanca. Era tan poderoso que muchos republicanos trataron de sacarlo de la administración de Reagan porque sospechaban que saboteaba el esfuerzo de los conservadores. Como era de esperarse, no tuvieron éxito.

Las intrigas más importantes de Baker estaban relacionadas con Medio Oriente. Baker era uno de los principales opositores de Saddam Hussein. Ayudó a dirigir la Operación Tormenta del Desierto y se cree que prometió erradicar el régimen de la faz de la Tierra si se encontraba evidencia de que Irak había usado armas químicas para atacar a Kuwait. También amenazó con retirar los fondos a cualquier organismo internacional que reconociera a Palestina, con lo que evitó la creación de un nuevo estado palestino.

La edad no es un impedimento para Baker. A pesar de que tiene 84 años, sigue apareciéndose en las salas llenas de humo de cigarro donde se reúnen los republicanos. Hoy en día es asesor de política exterior en la campaña presidencial incipiente de Jeb Bush.


Ted Kennedy en 1987. Foto por US Navy.

TED KENNEDY

El nombre Kennedy es un sinónimo de autoridad por sí solo. Aún así, Edward “Ted” Kennedy a menudo se ve opacado por sus hermanos John y Robert. El menor y el único sobreviviente de los hermanos Kennedy fue senador del Partido Demócrata en Massachusetts por casi 40 años. Ted se convirtió en uno de los hombres más influyentes en el gobierno. A lo largo de su carrera escribió más de 300 propuestas de ley que fueron aprobadas. También fungió como diputado responsable de la disciplina de su grupo parlamentario hasta su muerte, en 2009.

La carrera política de Kennedy no fue nada tranquila. Jimmy Carter todavía lo culpa por haber rechazado la propuesta de reforma del servicio de salud cuando seguía en la Casa Blanca. Según Carter, Kennedy rechazó dicha propuesta porque le tenía rencor a Carter y quería que fracasara para quedarse con la presidencia. En 1980, Kennedy finalmente convenció a los miembros de la Convención Demócrata Nacional y se postuló como candidato a la presidencia a pesar de que su contrincante era del mismo partido pero fue derrotado por Carter.

También fue víctima de la clase de incidentes que caracterizaban a su familia. En 1969, el vehículo que conducía se salió del puente y la persona que lo acompañaba murió en el accidente. Kennedy se declaró culpable de haber abandonado la escena del accidente, por lo que su imagen quedó manchada y se truncó su carrera como candidato presidencial. Comparar la vida de una persona real con la del personaje ficticio Frank Underwood sería una locura. Sin embargo, no cabe duda de que el incidente Chappaquiddick tiene tintes de House of Cards.


Reagan y su consejero. Foto vía Wikimedia Commons.

CASPAR WEINBERGER

El Secretario de Defensa de Ronald Reagan, Weinberger, tuvo algo que ver en todos los escándalos que relacionamos con la administración de Reagan. Fue el principal promotor de la Iniciativa de Defensa Estratégica, también conocida como “La guerra de las galaxias“, la cual no fue más que intento fallido de Reagan por desarrollar un sistema de defensa con misiles ubicado parcialmente en el espacio. También transmitió a la Casa Blanca y al ejército la desconfianza que le inspiraba la Unión Soviética, aún a pesar de que otros miembros de la administración estaban a favor de que terminaran los conflictos. El punto de vista de Weinberger se puede resumir con esta frase que pronunció refiriéndose a Mikhail Gorbachev: “El hecho de que ahora vista zapatos Gucci y sonría de vez en cuando no significa que la Unión Soviética haya cambiado su doctrina básica”.

Como secretario de defensa, Weinberger supervisó el aumento más considerable en las filas del ejército en tiempos de paz en la historia de EU. Sin embargo, uno de sus negocios más turbios resultó en el escándalo Irán-Contra. Para los que no están muy informados acerca de la Guerra Fría, en resumen, la administración de Reagan conspiró para vender armas al gobierno de Irán y utilizó las ganancias para financiar una rebelión contra el gobierno de Nicaragua. Weinberger renunció antes del juicio, pero se realizó una investigación donde se descubrió que trató de esconder cerca de dos mil páginas de notas que podían servir como evidencia para culpar al mismísimo Reagan. Weinberger fue declarado culpable por los cargos de perjurio y obstrucción de la justicia. Más tarde, el presidente George H.W. Bush le otorgó el perdón antes de someterlo a juicio.


El senador de Michigan, Arthur Vandenberg, da la bienvenida al futuro presidente Gerald Ford al Congreso. Foto vía Wikimedia Commons.

ARTHUR VANDENBERG

Vandenberg pasó de ser el editor de un periódico a ser el senador del estado de Michigan por el Partido Republicano. Su transición fue tan ridícula que hasta me dan ganas de postularme yo mismo sólo por diversión. Vandenberg tenía mala fama por su postura aislacionista, no obstante, después del atentado de los japoneses a Pearl Harbor, el senador accedió a que EU participara en la Segunda Guerra Mundial. La conversión de Vandenberg al internacionalismo se consideró un acontecimiento muy importante en todo el mundo. La página del Senado se refiere al discurso donde el senador anunció su conversión como ” un discurso que se escuchó en todo el mundo”.

La influencia de Vandenberg en el Congreso tuvo un impacto significativo, tanto positivo como negativo, en los presidentes de esa época. Antes de la Segunda Guerra Mundial, Vandenberg se oponía por completo al Nuevo Acuerdo propuesto por Franklin D. Roosevelt. Incluso logró que se creara una oposición exitosa contra el plan Roosevelt de reducir el poder de la Suprema Corte. Al terminar la guerra, Vandenberg ayudó a Truman a buscar apoyo para reconstruir la economía mundial y reposicionar a EU en el ámbito geopolítico. Más tarde, fue nombrado presidente de Comité de Relaciones Internacionales del Senado. En este cargo, logró que los dos partidos apoyaran la Doctrina Truman, el Plan Marshall y la OTAN. Cuando Truman le preguntó a Vandenberg qué podía hacer para frenar el poder cada vez más grande de la Unión Soviética, éste le respondió: “tienes que presentarte ante el Congreso y hacer que se mueran de miedo”.

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