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“Un juego sólo para vaqueros”, calificaba el diario La Patria. “Rudo, además de salvaje, poco refinado y peligroso”, decía El Nacional. “Los jugadores saltaban unos encima de otros, cargaban, se enganchaban y forcejeaban, formando una masa humana muy desagradable. Debemos decir que el espectáculo no agradó, y al contrario, produjo un sentimiento de desaprobación”, describía El Monitor. “Somos decididamente de la opinión de que este juego no encontrará muchos partidarios aquí. Nuestro temperamento y nuestro carácter no lo permitiría. Cada juego degeneraría en una pelea”, sentenciaba El Mundo. “Es poco probable que el juego se naturalice aquí”, advertía El Nacional.
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Los primeros juegos de futbol americano que se veían en México habían provocado un escándalo en la prensa nacional a finales de 1896. La rudeza del juego, la vestimenta, la intensidad de los contactos no cayeron bien y el juego no se pudo arraigar como si lo hicieron otros deportes procedentes de países industrializados como el beisbol, el futbol asociación, el ciclismo, el golf o el tenis. Practicar esos deportes era símbolo de civilización, progreso e ilustración para los jóvenes mexicanos.
En diciembre de 1896 los equipos de futbol americano de la Universidad de Texas y de la Universidad de Missouri fueron invitados a jugar en México. Los promotores de la gira eran miembros de la colonia estadounidense en México quienes habían llegado al país como mano de obra calificada para instalar ferrocarriles, bancos, minas, telefonía, y demás servicios.
La gira tuvo su primer juego en Monterrey el día de Navidad. La prensa reportó que “varios cientos de personas” y el gobernador de Nuevo León estuvieron como espectadores en un partido en que Missouri venció a Texas 12 a 0. El grupo avanzó rumbo a la Ciudad de México, mientras la prensa intentaba explicar que el campo, llamado emparrillado, tenía forma de paralelogramo, que cada touchdown equivalía a cuatro puntos y cada try equivalía a dos cuando se lograba pasar el balón entre dos postes después de cada touchdown.
El primer juego en la Ciudad de México se celebró el 27 de diciembre, en el hipódromo de la Indianilla, ante una asistencia de entre dos y cuatro mil personas que resultó decepcionante, pues esperaban el doble, según la prensa. En ese juego, los de Missouri vencieron nuevamente a Texas 12 a 6. El tercer y último juego pactado en territorio mexicano tuvo una asistencia aún menor, y el desempeño de los jugadores dejó mucho que desear en un partido que terminó con empate a cero, y la expedición regresó a casa. Con aquel ferrocarril se marchó también el primer intento, notablemente infructuoso, por injertar el futbol americano en México, y que no prosperaría sino hasta después de la Revolución Mexicana.
Fue hasta finales de los 20 cuando el futbol americano comenzó a organizarse más formalmente en México y se buscó replicar el modelo universitario estadounidense. Surgieron equipos en la Universidad Nacional, el Club Deportivo Internacional, el Colegio México, el Centro Atlético de México, al igual que un representativo de la YMCA (la Asociación Cristiana de Jóvenes, institución estadounidense que había estado entre los principales pioneros del juego en México).
En 1929 se organizó un Campeonato Nacional de Primera Fuerza, aunque sólo participaron equipos de la Ciudad de México, y para 1933 ese mismo torneo se convirtió en la Liga Mayor. Era el primer esfuerzo organizado por darle continuidad y formalidad al juego. En 1936 surgió el representativo del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y nació también la rivalidad con la Universidad Nacional cuando los del Poli derrotaron 6 a 0 a los universitarios, creando una nueva época en el futbol americano nacional. Para 1942, los de la Universidad Nacional adoptan el mote de guerra de Pumas, mientras que los del IPN se convierten en Burros Blancos.
En la década de los 40 el futbol americano ya se había convertido en el deporte más emblemático de la vida universitaria en el país. Para 1945, había equipos en la Universidad Autónoma de Nuevo León y en el Tecnológico de Monterrey. Y para los 50, cuando empieza a tomar forma el paisaje visual de la Ciudad Universitaria en la UNAM, es el futbol americano el deporte estudiantil que termina representado en los murales de Juan O’Gorman en la Biblioteca Central.
Entre 1933 y 1970, son los equipos de la UNAM y el IPN los que dominan el panorama nacional, pero en 1969 nace la Liga Nacional Colegial, a la cual se integran también los potentes equipos de las universidades de Monterrey. Y en 1977 nace la Organización Nacional Estudiantil de Futbol Americano, mejor conocido como la ONEFA. Aunque en un inicio la ONEFA fue dominada por las universidades públicas, es en los 90 cuando instituciones privadas como el Tecnológico de Monterrey y la Universidad de Las Américas-Puebla comienzan a reclutar a los jugadores más destacados del país a cambio de becas. Esa década de los 90 marcó una nueva etapa, en la cual la balanza se inclinó hacia las universidades privadas, abriendo una enorme disparidad entre las privadas y las públicas. El Tecnológico de Monterrey abrió más escuelas, la mayoría con su propio equipo representativo nutrido por talentos becados, y aumentó más la brecha sobre las instituciones públicas. Esta brecha provocó un cisma en la ONEFA, donde los equipos privados dejan la liga en 2009 y forman su propio torneo, el de la CONADEIP, al cual se sumarían otras universidades públicas. Ese fue el más duro golpe que ha recibido el futbol americano estudiantil mexicano.
El esfuerzo más reciente por impulsar el futbol americano nacional es la creación, en 2016, de la Liga de Futbol Americano Profesional que arrancó con cuatro equipos su primera temporada, y contempla aumentar a seis para su segunda campaña.
La NFL en México
Conforme el futbol americano en México fue creciendo, organizándose y adentrándose en el gusto de los aficionados, también fue arraigándose el gusto por la NFL, que vio en México un mercado crucial para su internacionalización, y comenzó a traer cada vez más juegos al país.
Los 8 juegos de NFL en México
1978, Saints de Nueva Orleans contra Eagles de Filadelfia
La NFL ya había celebrado un juego en Japón dos años antes, y ahora probaba en México un duelo de pretemporada en el hoy Estadio Azul el 5 de agosto de 1978 ante una buena asistencia de 30,000 aficionados. Los Santos ganaron 14 a 7, pero no fue una experiencia placentera. El mariscal de Filadelfia, Ron Jaworski, calificó la aventura como “uno de los peores fines de semana de mi vida”. Se quejó amargamente del campo, del olor de tener cerca a los toros de lidia de la Plaza México contigua al estadio, de un montículo en una de las zonas de anotación, y demás. Pese a la buena asistencia, la NFL no volvería a México en 16 años.
1994, Cowboys de Dallas contra Oilers de Houston
La NFL regresó a México en la pretemporada de 1994 con uno de los equipos más populares en el país, los Cowboys de Dallas, y en un recinto que dejaría a los estadounidenses con la boca abierta: el Estadio Azteca. Entraron 112,376 aficionados, la asistencia máxima para un juego en toda la historia de la NFL. Una fuerte lluvia dejó el campo reblandecido, y se convirtió en un potrero. Los Cowboys prefirieron no utilizar a Emmitt Smith, y sacaron a Troy Aikman pronto en el segundo cuarto. En un terreno muy complicado de maniobrar, los Oilers se llevaron el triunfo 6 a 0 gracias a un par de goles de campo de Al del Greco.
1996, Cowboys de Dallas contra Chiefs de Kansas City
Luego de la fiesta que fue el Estadio Azteca en 1994, la pretemporada NFL volvió a México dos años después, el 5 de agosto de 1996, aunque ahora fue en Monterrey, el otro bastión del futbol americano en el país. El Estadio Universitario fue la sede, y la afición regiomontana se volcó. Un entrenamiento previo tuvo asistencia de 5,000 personas y luego el partido congregó 45,218 asistentes para llenar el estadio. En esa ocasión los Cowboys, a pesar del apoyo casi absoluto de la asistencia, volvieron a perder con marcador de 32 a 6 frente a los Chiefs de Kansas City.
1997, Broncos de Denver contra Delfines de Miami
De regreso en el Estadio Azteca y con el que se consideraba el segundo equipo más popular, los Dolphins de Miami, la NFL volvió por segundo año consecutivo para presentar un duelo de mariscales leyenda: Dan Marino de Miami y John Elway de los Broncos de Denver. 104,209 aficionados entraron al estadio en la quinta asistencia más grande de la historia, pero la locura estalló cuando el mexicano Marco Martos, enfundado en el uniforme de los Broncos, devolvió 26 yardas la patada inicial de la segunda mitad y tuvo otra recepción en el último minuto del partido. Martos, formado en el sistema de futbol americano universitario de México, tenía un contrato de 10 días y finalmente no terminó dentro del equipo. Miami ganó 38 a 19.
1998, Cowboys de Dallas contra Patriots de Nueva Inglaterra
Otra gran fiesta en el Estadio Azteca a la cual entraron 106,424 aficionados, la segunda cifra más alta en la historia de la NFL, nuevamente con los Cowboys como gran atracción frente a los Patriots, y también con Marco Martos actuando brevemente con los de Dallas. Con otro contrato de 10 días, Martos entró con un minuto en el reloj y atrapó dos pases, aunque en esta ocasión tampoco logró quedarse en el equipo. Dallas perdió por tercera ocasión en México, ahora por marcador de 21 a 3 frente a Nueva Inglaterra.
2000, Colts de Indianápolis contra Steelers de Pittsburgh
En 2000 le tocó a otro equipo consentido de México, los Steelers de Pittsburgh, visitar el Estadio Azteca el 19 de agosto, en pretemporada, aunque la asistencia de 87,145 aficionados, ya no fue tan impresionante como en años anteriores. Quien sí impresionó fue el joven mariscal de los Colts, Peyton Manning, quien iba rumbo a su cuarta temporada en la NFL con paso de leyenda. Lanzó dos pases de anotación para derrotar a Pittsburgh en un juego apretado, 24 a 23. Aunque la asistencia había sido menor a juegos anteriores, el ruido del Azteca era tanto que los jugadores tuvieron que usar señales especiales para comunicarse y la afición logró mantener su espíritu festivo.
2001, Cowboys de Dallas contra Raiders de Oakland
Los Raiders cautivaron a la afición mexicana en 2001 al aceptar firmar autógrafos en su hotel, mientras que los consentidos Cowboys reforzaron considerablemente su seguridad en el hotel e impidieron cualquier tipo de acercamiento. Nuevamente, en el Estadio Azteca, la afición respondió el 27 de agosto con una asistencia de 88,309 personas, y los Cowboys también respondieron ganando por primera vez en suelo mexicano y liderados por una gran actuación del joven mariscal de campo Quincy Carter. Los de Dallas derrotaron 21 a 6 a Oakland, también en juego de pretemporada.
2005, 49ers de San Francisco contra Cardinals de Arizona
Para 2005, la NFL tomó la decisión de hacer un juego de temporada regular por primera vez fuera de territorio estadounidense, y escogió a México y el Estadio Azteca para hacer historia, enfrentando el 2 de octubre de ese año a los Cardinals de Arizona con los 49ers de San Francisco. El Azteca volvió a presentar una entrada espectacular con 103,467 aficionados, que se convirtió temporalmente en récord de asistencia para un partido oficial en la historia de la NFL y que prevaleció hasta la inauguración del nuevo estadio de los Cowboys en 2009. Arizona derrotó a los de San Francisco 31 a 14.
2016, Texans de Houston contra Raiders de Oakland
Por primera vez en la historia de la NFL, la liga tendrá un juego de lunes por la noche fuera de los Estados Unidos, realizándose el próximo lunes 21 de noviembre en el Estadio Azteca. La NFL regresa a México después de once años.