El mundo real vs. el Mobile World Congress

Ayer comenzó el Mobile World Congress en la Fira de Barcelona, un encuentro que mueve miles de euros y que cada año bate récords de visitantes, empresas participantes y también en lo que respecta a hacer sentir a los habitantes de Barcelona que les han ocupado la ciudad.

Los alrededores de la Fira y algunas partes del centro se llenan de señores muy elegantes con tarjetones colgados del cuello que miran a su alrededor embobados en los escasos momentos en los que apartan su mirada de sus teléfonos móviles de ultimísima generación. Son días en los que la cerveza fluye a espuertas (dos grandes pancartas de la cerveza local presiden la entrada al recinto) y las prostitutas hacen jornadas maratonianas.

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Pero mientras unos cuantos privilegiados pagan cientos de euros para poder ver al menos una vez en la vida a Mark Zuckerberg y escuchar sus críticas al gobierno norteamericano y sus peticiones de un internet más barato, en el exterior de ese extraño ecosistema el mundo sigue girando.

Los problemas en la Barcelona del año 2014 son muchos y no se arreglan con una simple aplicación para el móvil. Ayer en diversos puntos de la ciudad se sucedieron las manifestaciones de ciudadanos y trabajadores cabreados a los que el MWC no les reportará demasiados beneficios.

Durante el día de ayer nos llegaron noticias de que se manifestaron todos estos colectivos:

Stop Pujades

Hablamos de ellos hace unos días en nuestra entrevista a Jorge Moruno sobre si el transporte debería ser gratuito. Ellos tampoco piden eso, sino que el precio de los billetes del metro se congele y se vuelva a los precios de 2013. Se manifestaron en el Paseo de Gracia e intentaron reventar las fiestas que se organizaban en el Hotel Casa Fuster y en la Casa Batlló. En el hotel las cosas se pusieron un poco feas, un camarero sufrió una herida en la cabeza y al final los Mossos los desalojaron por la puerta de atrás. Las fiestas continuaron.

Algunos de los manifestantes se desplazaron después al restaurante Tickets de los hermanos Adriá en el que se pensaba que estaba cenando Mark Zuckerberg y, aunque no fue así, la policía formó un muro de protección frente al local dando lugar a una curiosa imagen.

Los trabajadores de Panrico y Telefónica / Movistar

A pesar de que pronto todos tendremos relojes-smartphone, las grandes empresas siguen despidiendo a centenares de trabajadores. Es lo que está pasando en Panrico y en Telefónica.

A las puertas del recinto de la Fira de Gran Vía, los trabajadores de ambas empresas estuvieron protestando una vez más por su situación y los de la empresa fabricante de pastelería repartieron un desayuno solidario con los despedidos.

Los Bomberos

Supongo que los bomberos de Barcelona (y de media España) ya han perdido la cuenta del tiempo que llevan manifestándose para conseguir que mejoren sus condiciones de trabajo, tener más medios, más personal, etc. ¿Cómo puede ser que no se les haga caso? Está claro que a quien tiene que tomar las decisiones nunca se le ha incendiado la casa.

En el interior también hubo una nota de reivindicación independentista cuando Àlex Fenoll, creador de la aplicación de moda ShareisFashion se negó a darle la mano al Príncipe Felipe. “Si no nos dejáis votar no te voy a dar la mano”, le soltó. Cumpliendo seguramente el deseo de muchos ciudadanos de Cataluña.

Imágenes vía y vía

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