Solo un cineasta como Werner Herzog podría hacer un documental sobre internet y articular el mismo miedo existencial que ha conseguido transmitirnos de forma repetida a lo largo de 30 años sobre la naturaleza.
Su nuevo trabajo hace una dura evaluación de nuestros tiempos. El documental dura 98 minutos, se titula Lo and Behold: Reveries of the Connected World y está dividido en diez partes, en las que escuchamos la narración de Herzog con su famoso acento alemán junto con las solemnes perspectivas de una serie de expertos en internet, científicos e incluso del cofundador de Tesla Motors y CEO de la compañía aeroespacial SpaceX Elon Musk, que confiesa a Herzog en la cinta que casi nunca recuerda los buenos sueños, solo las pesadillas.
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. Foto cortesía de Magnolia Pictures.
Lo and Behold empieza directamente desde la “zona cero” de los inicios modernos de internet en el campus de UCLA, cuando el 29 de octubre de 1969 se envió el primer mensaje ARPANET que recorrió más de 600 kilómetros hasta llegar al Instituto de Investigación de Stanford.
Cuando el pionero de internet Leonard Kleinrock entra en el lugar de nacimiento de internet —la sala 3420 de un edificio del UCLA— Herzog empieza a narrar animadamente: “Los pasillos aquí tienen una pinta repugnante, y aun así este nos lleva a una especie de santuario que ha sido reconstruidos años después de que haya perdido importancia”. Una máquina robusta llena de CPU, módems, unidades lógicas y memoria que se guarda aquí con el mismo cariño que expresa Kleinrock al describirla como: “la primera pieza de equipamiento de internet jamás instalada”.
. Foto cortesía de Magnolia Pictures
En el próximo capítulo, “The Glory of the Net”, Herzog entrevista al profesor de Stanford Sebastian Thrun, que construyó la compañía Udacity para ofrecer educación gratuita para todos. Thrun recuerda dos experiencias diferentes: la de impartir una clase online a 160.000 alumnos corrientes y la de impartir la misma clase a 200 alumnos de Stanford. Al comparar a sus estudiantes descubrió que los mejores 412 se encontraban en la primera clase. “Ese hecho me abrió los ojos y me di cuenta de que por cada buen estudiante de Stanford podrían haber otros 412 estudiantes brillantes ahí afuera, que podrían ser incluso los mejores estudiantes del mundo”, dice Thrun.
. Foto cortesía de Magnolia Pictures.
Pero las cosas se vuelven rápidamente más oscuras cuando Herzog entrevista a la familia Catsouras, incluyendo a sus tres hijas y a los padres que perdieron a su cuarta hija en un accidente de coche. Nikki salió corriendo en el Porsche de su padre y sufrió un accidente mortal en 2006 cuando tenía 18 años. Un miembro de los servicios de primeros auxilios hizo una foto del cuerpo casi decapitado de Nikki y acabó convertida en una serie de horripilantes memes de muy mal gusto. Una persona anónima envió un e-mail con la foto del cuerpo desfigurado de Nikki a su padre, que hasta el momento creía que su hija no había perdido más que una parte de su pulgar como consecuencia del accidente. La señora Catsouras dice en el documental: “No sabía que la especie humana podía llegar a ser tan depravada, y creo que hasta los perros tratan mejor a los de su especie. En internet no hay ningún tipo de respeto o dignidad porque nadie nos obliga a rendir cuentas”.
Herzog luego viaja hasta la remota ciudad de Green Bank en West Virginia, donde nació el sofisticado radiotelescopio con el que se descubrió el agujero negro de la Vía Láctea. En este lugar no pueden existir señales de radio terrestres para que el telescopio pueda captar los sonidos más tenues del espacio. Los satélites, teléfonos móviles, radios e incluso los microondas pueden interferir. Por eso, es imposible acceder a ningún tipo de tecnología inalámbrica dentro de un radio de 16 kilómetros, cosa que atrae a una gran comunidad de ermitaños que afirman estar artos de las señales inalámbricas.
Luego nos desplazamos hasta el estado de Washington a un centro de rehabilitación donde la especialista en adicción a internet Hilarie Cash nos cuenta la historia real de una pareja de South Korea, que estaba tan obsesionada con un juego online sobre cuidar a una niña pequeña que dejó morir a su bebé de desnutrición por descuido. “En Corea del Sur los adolescentes se suelen poner pañales mientras juegan a los videojuegos, para así evitar perder puntos cuando tienen que ir al baño”, apunta Herzog.
Pero la cosa se pone todavía más fea cuando Herzog habla con la astrónoma del planetario Adler Planetarium, Luciannne Walkowicz, que describe una enorme tormenta solar en 1859 conocida como el evento Carrington, que provocó un fallo en los sistemas de telégrafos. “Podemos estar agradecidos de que no haya pasado algo tan catastrófico como el evento Carrington en estos tiempos de la tecnología moderna”, dice Walkowicz en el documental. “Pero incluso las pequeñas erupciones solares que vemos interfieren en nuestra comunicación y crean cortes en nuestra red eléctrica y fallos en nuestros satélites”. Lawrence Krauss, cosmólogo de la Universidad del Estado de Arizona, añade: “Si hay una erupción solar, si destruyéramos el tejido de información del mundo ahora mismo, la civilización moderna se derrumbaría […] Si internet se apaga, la gente no recordará cómo solía vivir antes de su llegada”.
. Foto cortesía de Magnolia Pictures.
El entrevistador continúa su ronda con “el pirata más famoso del mundo”, Kevin Mitnick, que estuvo encerrado en una prisión federal de los EE. UU. durante cinco años, antes de adoptar su acostumbrada actitud existencial y preguntar a todo el mundo: “¿Sueña internet en sí mismo?”
Tras unos pasajes de inteligencia artificial, pensamiento crítico y el futuro de internet, resulta aparente que Lo and Behold no es tanto un documental sobre internet como lo es sobre tecnología en general, con historias vagamente relacionadas con el tema de la interconectividad digital. Aún así, es una cinta muy reveladora que vale mucho la pena ver, aunque solo sea por las diversas perspectivas que ofrecen los diferentes personajes.
Lo and Behold tuvo su estreno mundial en el festival de Sundance now in theaters nationwide, On Demand, on Amazon Video, and on iTunes. Aquí encontrarás más información.
Traducción de Rosa Gregori
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