A Boo Johnson le gusta todo lo que tenga que ver con pasársela bien mientras patina, por eso no es casual que el eslogan de su compañía de gorras sea JHF Co (“Just Have Fun”). Durante mucho tiempo fue el miembro más joven del equipo SUPRA, viajando alrededor del mundo desde los 16 años. Ahora, con 23, planea posicionarse en la industria del skate con su negocio, mientras sigue patinando de manera profesional durante al menos diez años más.
VICE: Dejaste la escuela para convertirte en un skater profesional. ¿Cómo llevaste la presión?
Por aquel entonces no era muy consciente de la decisión. Ahora que soy más grande pienso más en ello, porque sé que no podré patinar toda mi vida, y haberme graduado es la típica cosa que a mi madre le gustaría que hubiera hecho.
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No me arrepiento de haber dejado la escuela para poder patinar, porque siempre puedo volver a estudiar y graduarme. Aunque ahora que lo pienso, podría haber combinado ambas cosas, pero por aquel entonces sólo pensaba en patinar todo el tiempo.
La moda y las apariencias parecen ser importantes en tu vida: tienes tu negocio de gorras JHVco, tu propio color de las Chino, tienes todo el cuerpo tatuado… ¿Crees que la gente es más abierta o seguimos siendo juzgados por nuestro aspecto?
La mayoría de la gente que tiene tatuajes ve a otros que también tienen y sienten una especie de entendimiento, de reconocimiento por tener algo en común. Pero por otro lado, muchos pueden mirarte y tener una idea equivocada de quién eres y cómo eres basándose en esos tatuajes, en el aspecto.
En un momento en el que todo el mundo parece copiar el look skater, ¿qué sientes aportando tu toque especial a los Chino?
El estilo skater está muy de moda por su sencillez y su pureza. A la mayoría de los skaters no les importa mucho su aspecto, y la gente que lo intenta copiar se esfuerza demasiado.
Los tennis son básicamente unos zapatos listos para patinar, lo que yo aporté fue la elección del color. Creo que el guinda resalta cualquier pantalón gris, negro o azul básico. Sí, me gusta todo el tema de la moda porque admiro a gente que está metida en el juego. Me crié patinando con otro colega a quien le interesaba muchísimo todo este mundillo, así que era cuestión de tiempo para que a mí también me gustara.
¿Qué parte de Boo Johnson encontraremos en el modelo Chino?
Diría que la sencillez. Soy una persona simple, y también lo es este modelo. Uno con el que todo el mundo puede patinar y con el que te puedes sentir cómodo. Sí, esa es la esencia compartida con Boo Johnson.
Te encantaba el modelo Cuba de SUPRA, ¿cuál es la mejora de la Chino sobre la primera?
Adoro el modelo Cuba. Son los únicos tennis que llevo todo el tiempo. De hecho, me presenté en Barcelona para la sesión de fotos con mis Cuba y ahí estaban mis compañeros, todos con sus Chino y ¡a mí se me había olvidado por completo!
La Cuba y la Chino son distintas, pero también son parecidas (risas). Tengo una especie de relación sentimental con las Cuba. Pero las Chino tienen un corte más bajo, más cordones y están increíbles.
Ya que tienes tu propio negocio de gorras y que has colaborado en el diseño de las Chino, ¿te ves en un futuro en el negocio del diseño?
Acabo de empezar con la empresa de gorras (Just Have Fun Co) y la verdad es que va bien. Todavía no se pueden encontrar en las tiendas, sólo en mi tienda de skate de referencia, Pharmacy [que lo patrocinó a los 15 años]. Estoy construyendo el hype poco a poco: hace dos meses que creamos un perfil en Instagram y ya tenemos 8000 seguidores. Nos llegan un montón de mensajes de chicos alrededor del mundo preguntándonos por las gorras. ¡Es un gran comienzo!
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Tengo claro que quiero centrarme en mi carrera como skater profesional, porque todavía me quedan diez años de darle. Pero por otra parte, es cierto que es un mundo que me interesa. Me gusta muchísimo la fotografía también. Y el mundo de la moda siempre existirá. Por ello voy tomando cosas de aquí y de allá, escuchando a la gente que sabe, combinándolo con mi propio estilo, y de momento mi ambición es limitada.
Encontraré el momento para graduarme y poco a poco adentrarme en el mundo de la moda. Quiero tener mi propio negocio, por eso empecé con JHF Co, para meterme en el mundo emprendedor cuando ya no pueda patinar de manera profesional. Tengo claro que no quiero dejar la industria del skateboard, ¡es brutal! Como todo, tiene sus pros y sus contras, pero la gente que trabaja en el mundillo es muy abierta y chingona. ¡Quiero seguir en él! La idea es colarme poco a poco en el sector, gracias a mi negocio de gorras.
¿Cómo surgió el concepto de “just have fun”?
Cuando era más pequeño empecé a patinar como una manera de pasarlo bien y toda mi pandilla ha seguido esa filosofía, que nos ha traído a donde estamos hoy. Creo que estoy en un momento en mi vida en el que soy capaz de impulsar ese movimiento de pasarla bien hacia fuera, al mundo entero, y hacerlo con la empresa. JHV son un puñado de amigos que disfrutan con lo que hacen, capaces de volver a los orígenes del skate.
El mundo del skate está revolucionadísimo ahora mismo. Las competiciones que hay hoy en día poco tienen que ver con las que había a finales de los noventa y dos mil. Todo el mundo compite contra todo el mundo, hay millones de competiciones… Cuando descubres el skate por primera vez, lo eliges porque quieres hacer algo fuera de tu zona de confort. No quieres jugar fútbol, ni básquet… Escoges el skate porque sabes que será diferente a todo lo demás y porque será divertido. Cuando empiezan a pagarte por patinar, te haces un nombre por ti mismo, etc. Es fácil perder el norte y olvidar por qué empezaste a patinar por primera vez.
Me gustaría devolver al mundo del skate esa idea de pasárselo bien; aunque parezca que todo el mundo lo tiene presente, pero si lo piensas no hay muchas marcas que hagan énfasis en ello. Cuando patines y estés frustrado porque no te sale algo, me gustaría que te pudieras quitar la gorra, y al mirarla pudieras decir: “ok, lo entiendo”. Sólo diviértete. Y eso se puede aplicar a cualquier otro deporte, sea ir en bici, salir a pescar o dar un paseo.
Cada día recorres 8km con tu fixed…
¡8km, yeah! Es mi manera de empezar el día, salir de casa y mantenerme en forma. Patinar es durísimo para el cuerpo, pero la gente no tiene ni idea. De hecho, tampoco hace mucho que existe el skateboard como deporte y no sabemos cómo afecta nuestro cuerpo y cómo estaremos en treinta años. Miras a Tony Hawk y ni siquiera es tan mayor, pero ya ves cómo le ha afectado tantos años de patinar. Los jugadores de fútbol americano terminan con contusiones en la cabeza. Los que patinamos saltamos escaleras, aterrizamos sobre cemento, nos caemos… Quién sabe las secuelas físicas que tendremos en un tiempo. Así que intento mantenerme en forma tanto como puedo con la bici, haciendo flexiones o nadando.
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¿Quieres saber algo? Hace tres semanas, me robaron la bici que tenía desde hace cuatro o cinco años. La dejé un momento en el suelo para ir a ayudar a alguien a quien el coche no le arrancaba, y cuando me giré, la bici ya no estaba. Y me quedé pensando: “¿¡es en serio, estoy aquí intentando hacer algo bueno y me roban la bici!?”. Empecé a correr buscando al güey que me la robó. Me metí por las peores zonas del barrio, en busca de alguien que la hubiera visto, pero ni rastro. Ya me compré otra, pero no es lo mismo. Le había metido tantos kilómetros a esa bici y ahora tengo que empezar de nuevo. ¡Un asco!
¿Qué haces cuando no estás patinando?
El año pasado me hice con un perro, Yogui, y es la cosa más bonita que he visto nunca, es como mi hijo. Es algo que me encanta. Si estoy en casa, Yogui está con su papi todo el tiempo. Ya sabes, Yogui y BooBoo, por eso le puse ese nombre. Es una manera de ser más responsable. Cuando estoy de gira, lo dejo con mi chica o con mis colegas. ¡Tiene más amigos que yo! Y si no estoy con él, estoy leyendo o tranquilo.
¿Qué cosas te ha permitido hacer el ser skater profesional? ¿Con qué recuerdo especial te quedarías?
¡Tantísimas cosas! Es una locura. He aprendido tanto desde que formo parte del equipo. Durante mucho tiempo he sido el miembro más joven, hasta que llegó Dee, que es seis meses más pequeño que yo. SUPRA me ha permitido viajar alrededor del mundo con la gente más increíble que puedas imaginar. Tener la posibilidad de patinar con estos ídolos es brutal. He aprendido de lo bueno y de lo malo, porque llevo desde los 16 a su lado y claro, ¡eres una esponja! Gracias a todo lo aprendido estoy donde estoy.
A pesar de que me lo pasé genial en Australia, la primera vez que fuimos a Filipinas con SUPRA es el mejor recuerdo que tengo. Todo lo que nos pasó fue irreal. Nos reuníamos con miles de personas y fue todo muy auténtico. Los chiquillos de ahí apenas tenían nada, y ver cómo cinco güeyes vienen y les regalan algo de ropa, material de skate, ¡nos cargó las pilas! Volvíamos a la furgoneta y nos mirábamos como idos, diciendo: “¡esto es demasiado!”. Eres casi como una estrella del rock del skate. Y cuando eres un niño sueñas con viajar, patinar y recibir ese cariño del resto de la gente ¡y ahora todo está pasando y es un mundo nuevo de sensaciones! Ver a los niños tan emocionados como lo estamos nosotros, es brutal.