La catorceava tormenta de nieve del invierno pasado en Nueva York, me di cuenta de que podía ver todo mi sistema vascular a través de mi piel y había casi perdido la cabeza por la falta de sol. Quedaba sólo una cosa por hacer: comprar impulsivamente un boleto de avión a la Ciudad de México. Parecía ser el movimiento correcto. Incluso convencí a mi amigo que habla español a que hiciera lo mismo. Empecé a soñar con la vitamina D y a hablar incesantemente sobre todos los tacos que podría y que iba a comer en el minuto en el que aterrizara: carnitas, cochinita pibil, barbacoa, y lo que fuera que México me permitiera amablemente devorar.
Comí exactamente un taco todos los días durante mi estadía en México.
Videos by VICE
Habían otras cosas increíbles para comer en vez de tacos alrededor de la Ciudad de México, Oaxaca, Chiapas; un universo que no sabía que existía, el mismo que me pregunto mientras escribo esta oración, ¿Porqué tan sólo no nos mudamos para México? Aún cuando México es un espacio físico real, está grabado en mi memoria como una utopía culinaria; un verano sin fin donde la comida deliciosa y revolucionaria está al alcance de tus manos. La única forma que tenía para probar de que no era sólo un producto de mi cansada mente de invierno, es la evidencia visual que les presento a continuación.
(Todas las fotos del autor).
tlyacoyoOh, y de nada.
Janelle Jones es una fotógrafa de Brooklyn, NY. Para ver más de su trabajo, visítala aquí.